Entre los invitados de honor a la toma de posesión de Donald Trump, ocurrida el lunes pasado, estaban los principales magnates tecnológicos de Estados Unidos, como Mark Zuckerberg (Meta), Elon Musk (Tesla) y Jeff Bezos, el fundador de Amazon.
Es justo este último, que ha tenido una historia particular, en donde lejos de tener una infancia acomodada como Musk, cuyo padre tenía supuestamente una mina de esmeraldas, Jeff Bezos empezó desde abajo, siendo un hombre que forjó su fortuna calculada en 124.000 millones de dólares a punta de una mentalidad empresarial, acusada en ocasiones de “fría”.
Sumado a ello, desde niño demostró ser un “prodigio”, siendo capaz de realizar juegos de cálculo y probabilidades.
Con un futuro promisorio, Jeff Bezos estudió en la Universidad de Princeton, para luego trabajar en la empresa de gestión de inversiones, D.E. Shaw. Así las cosas, con un empleo seguro, Bezos quería intentar un negocio propio, que terminó siendo Amazon, una de las multinacionales con mayor influencia en Estados Unidos y el mundo.
La infancia de Jeff Bezos
Jeff Bezos nació en Nuevo México en 1964, en una familia en que su padre biológico abandonó el hogar.
Su madre, Jacklyn, mientras estudiaba en la universidad, llevaba a su hijo a las clases. Aunque en el seno de su familia, no sufrió de carencias, pues ella trabajó como contadora, además que su progenitora rehizo su vida con el cubano Miguel Bezos, quien trabajó en Exxon.
A la edad de cuatro años, Jeff fue reconocido oficialmente como hijo de Miguel.
Ya en 1982, Jeff tuvo las mejores notas en el instituto Palmetto High, logro que le valió ser entrevistado por el Miami Herald, donde dijo que su mayor sueño era construir “hoteles espaciales, parques de diversiones, yates y colonias para dos o tres millones de personas orbitando alrededor de la Tierra”, afirmó una nota de El Mundo.
A la hora de los estudios, Bezos logró titularse en las carreras de Computación e Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Princeton (Nueva Jersey).
Ocho años más tarde, llegó al puesto de vicepresidente de D.E. Shaw & Co., ubicado en pleno Wall Street. Teniendo una vida asegurada, Bezos, que era un emprendedor nato, quiso intentar un giro radical, montando una librería online.
La creación de Amazon
Junto a su esposa, McKenzie Tuttle, Bezos, que había estudiado la posibilidad de hacer negocios en internet, vio una oportunidad de crecimiento con un negocio online.
En 1994, el empresario fundó Cadabra.com, lo que sería la antecesora de Amazon, nombre que remite al río Amazonas. “Quería dejar mi trabajo e irme a hacer esta locura, aunque no fuera a funcionar porque la mayoría de las startups no lo hacen. MacKenzie me animó. Siempre quise ser inventor y ella quería que siguiera mi pasión”, recogió BBC Mundo.
Amazon, desde su origen, era la tienda virtual donde se podía encontrar de todo. En pocos años, la empresa logró posicionarse en un mercado emergente, haciendo que en 1997 saliera a la Bolsa.
Asimismo, Amazon, se transformó en una marca, donde el esfuerzo era la constante. “Tenemos orígenes humildes, te lo aseguro. Yo mismo entregaba los paquetes por correo en mi Chevy Blazer”, afirmó el multimillonario a The Telegraph.
Sin embargo, el costo de crecer de forma sostenida, se tradujo también en un estilo de liderazgo “despiadado”. En conversación con BBC Mundo, Maren Costa, quien estuvo encargada de la experiencia de los usuarios en Amazon.com, aclaró que la multinacional “tuvo un auge de la gamificación de la página, usando mecánicas adictivas de las máquinas tragamoneda para que la gente siguiera comprando”, recalcó al sitio inglés.
Paulatinamente, Amazon dominó el mercado electrónico, expandiendo la oferta de productos, ofreciendo, además, la producción de películas y series (con Amazon Prime Video) y el almacenamiento en la nube (Amazon Web Services).
El imperio de Jeff Bezos
Hace más de diez años, Bezos compró The Washington Post por 250 millones de dólares. Con ello, el magnate compró diversas mansiones en Washington D.C., Nueva York, Beverly Hills y Hawai.
Según los cálculos, si Bezos decidiera despilfarrar 1 millón de dólares todos los días, tardaría 554 años en quedarse sin dinero.
De ahí que no sea nada extraño que tenga entre sus posesiones cuatro aviones privados, un yate de 127 metros y una de las más variadas carteras inmobiliarias en los Estados Unidos.
La revista especializada en finanzas, Forbes, estima que Bezos tiene casi 13.000 millones de dólares en efectivo e inversiones.
Su family office, Bezos Expeditions, ha invertido en más de 100 startups, según PitchBook, incluyendo la empresa de medios deportivos Overtime y el unicornio chileno de leche vegetal NotCo, recogió el sitio financiero.
Divorcio y el comienzo de una nueva vida
Pero la vida en apariencia perfecta de Bezos, sufrió un giro con el tumultuoso divorcio con MacKenzie, quien ayudó a crear Amazon desde un garage. La exposa embaló los pedidos de libros en los primeros cinco años de la empresa.
El motivo de la ruptura, fue un affaire con Lauren Sánchez, presentadora de televisión, en el que una filtración del ‘National Enquirer’ destapó la serie de encuentros que tuvo la pareja.
Al escándalo, se sumó que Lauren estaba casada con el agente de Hollywood Patrick Whitesell, con el que tiene dos hijos, detalló Vanitatis.
Con relación al término del matrimonio, Bezos y MacKenzie, compartieron un comunicado que ponía fin a su matrimonio. “Hemos decidido divorciarnos y continuar con nuestras vidas compartidas… como amigos. Tuvimos una gran vida como matrimonio, y volveríamos a repetirla en aventuras y proyectos, como individuos separados. Seguimos siendo una familia”, indicaron.
De hecho, de la ruptura, MacKenzie obtendría 35 mil millones de dólares y un 4% de las acciones de Amazon. En el lado contrario, Bezos, que mantuvo una actitud reservada, ahora es visto en el Koru, el yate de vela de tres mástiles de Bezos, besando a Sánchez.
Más aún, que Bezos sigue planificando más lanzamientos con Blue Origin, parece ser que Lauren es la compañía perfecta para esta nueva aventura.
Así describió Jeff a Lauren en una entrevista con Vogue: “Lauren tiene una intuición asombrosa, poderes casi de bruja en ese sentido”, dice Bezos. “Ve cosas que otras personas no ven. Ella es realmente muy sensible a lo que piensan otras personas”.
Con 61 años, Bezos, no da muestras de detenerse para cumplir sus sueños, uno que considera viajar al espacio en el corto plazo y seguir manteniendo la hegemonía con Amazon.