María José Gómez es ingeniera civil de la UC. Si bien aquella es su profesión, se dedica hoy en día en su totalidad a la pedagogía en su preuniversitario, donde prepara a jóvenes para rendir la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES).

María José Gómez es ingeniera civil de profesión y profesora de corazón. Desde el año 2018 (excepto el 2019) ha rendido la prueba de admisión superior (hoy PAES) de manera consecutiva, logrando algo particular: puntaje máximo en matemáticas cada año que la rinde.

La profesional dio por primera vez la prueba el año 2010 (admisión 2011) obteniendo puntaje nacional en matemáticas, resultado que se repitió para las admisiones de los años 2019, 2021, 2022, 2023 y 2024. De tal forma, María José acumula dos máximos de 850 puntos bajo la PSU (año 2010 y 2018), dos más con la PDT (año 2021 y 2022) y otros dos de 1000 puntos en la prueba M1 de la PAES.

Gómez terminó desarrollando un proyecto importante; el preuniversitario “mate y física online”, donde lleva a cabo la labor que más le apasiona: enseñar. “Desde que era chica sabía que me gustaba, sabía que mis compañeros me entendían y sabía que lo hacía bien, entonces, como que algo me decía que me tenía que dedicar a esto“, manifestó María José a BioBioChile.

María José Gómez: puntaje máximo por sexta vez

“Me gustaría volver a lo que hice un par de años en el sur, que fue un preuniversitario social, donde hacía clases a alumnos de liceo que no tenían opción de preuniversitario y los ayudaba a dar una mejor prueba. Mi objetivo en realidad es ese. En algún momento me encantaría tener un preuniversitario que fuera social 100% y enfocarme en eso, pero por ahora es tratar de ayudar a la mayor cantidad de alumnos posible de todo Chile a cumplir sus sueños“, expresó la profesora.

¿Cuál es su fórmula para siempre lograr el resultado máximo? “Se necesita obviamente dominar los contenidos, poder resolver las preguntas en el tiempo que te dan, o sea, tener agilidad mental para comprender y para resolver y responder bien”, parte explicando la ingeniera.

“Concentrarse muchísimo en el momento de la prueba, lograr hacer que tu mente no se vaya para otras partes, sino que estar ahí en el momento presente. La meditación ayuda un montón también a eso, yo medito también frecuentemente, cotidianamente, y eso me ayuda mucho a la concentración”, agrega Gómez.

“Lo otro que hago harto y que he hecho todas las veces que he dado la prueba es la visualización. Yo visualizo mi objetivo. Es algo que yo igual aplico mucho en mi vida; visualizo qué es lo que quiero alcanzar, cuál es mi objetivo, cuál es mi meta, y me imagino como si ya lo hubiera alcanzado; si ya lo hubiera logrado”, explica.

En aquella línea, María José agrega que utiliza su imaginación como herramienta, y le aconseja lo mismo a sus estudiantes. “Me imagino el día de la prueba, me imagino entrando, me imagino saliendo tranquila, pensando que contesté todo bien, me imagino el día de los resultados y recibiendo el puntaje máximo. Eso también es algo que les inculco harto a mis alumnos; que se visualicen alcanzando el puntaje máximo, que se crean el cuento también, que se crean capaces de hacerlo“, añade la ingeniera.

La profesional explica que dentro de sus últimos alumnos, 4 sacaron 1000 puntos en esta PAES. “Una estudiante que fue alumna el año antepasado, el año 2022, también sacó 1000 puntos y me estaban llamando para agradecerme, así que qué más feliz. Súper orgullosa del logro de todos mis alumnos”, agregó.

¿PSU, PDT o PAES?

Sobre las diferentes pruebas que ha podido dar (PSU, PDT y PAES), la profesora tiene una visión definida. “Encuentro que hay una diferencia importante entre la PAES y la PSU. Yo creo que la PDT fue una buena transición entre ambas. La PSU era una prueba que medía mucho conocimiento matemático: sabe resolver este ejercicio, sabe multiplicar, dividir, sumar o restar y ya, no medía mucha comprensión“, opina la educadora.

“La persona que rendía la PSU no tenía que leer, no tenía que interpretar ni comprender un problema donde te daban imágenes o que te daban situaciones de la vida real, sino que era mucho más teórico y más al grano, en cambio la PAES te pone ejercicios de la vida real“, asevera Gómez.

“(La PAES) te pone una sábana que se tiene que doblar de forma que te quede un cuadrado para que ocupe menos espacio y luego la doblas de nuevo y la doblas de nuevo. La PAES lo que hace es plantearte problemas de la vida diaria que requieren un conocimiento matemático para ser resueltos“, explica María José.

En aquel contexto, la educadora manifiesta que la mayor dificultad de la PAES no es la parte matemática, sino que la parte de comprensión.

En sus palabras, hay que “entender; imaginarse el problema bien y ser capaz de ese problema traducirlo en una ecuación o en una fórmula y poder resolverlo (…), no sé si (la PAES) es más fácil porque tiene, quizás, la parte de comprensión un poquito más difícil… La parte matemática más fácil, y al final compensa. Igual pienso que la PAES puede ser un poco más fácil. Es más fácil ahora que salió la M2, y la M2 sí es más compleja; mucho más compleja que lo que era la PSU antes también“, concluye la profesional.