El clásico de la ciencia ficción fue transmitido en Chile y al igual que en otros países, su transmisión generó caos en los auditores que creyeron que los extraterrestres llegaron a conquistarnos.

Era una noche tranquila. El año es 1944 y al interior de los hogares chilenos la única entretención es la radio. El reloj marcaba las 21:30 del domingo 12 de noviembre y repentinamente la música da paso a una información preocupante. Empezaba “La Guerra de los Mundos” y el escenario de la batalla era el Chile de los años 40.

Y para empezar los boletines informaron que una bola de fuego surcó el cielo santiaguino.

Pasados cinco minutos, desde Radio Cooperativa Vitalicia, anunciaron la inesperada aparición de una esfera, en una chacra de Puente Alto. En ese momento, las alarmas se encendieron en los diarios, mientras la autoridad intentaba desplegarse supuestamente ante el inminente ataque de extraños seres.

Los testigos del evento hablaban del aterrizaje de cilindros en San Fernando, en Curicó y en Talca. En este punto la invasión extraterrestre era un hecho. Los marcianos habían llegado a bordo de naves y venían a conquistarnos. Al menos eso pensaron los chilenos que sintonizaron la emisora.

Sin embargo, este ataque era una recreación de la “La Guerra de los Mundos”, el radioteatro basado en la obra de H. G. Wells, el novelista británico que imaginó la llegada de seres con enormes tentáculos a a la Tierra.

¿Cómo hicieron la versión chilena de “La Guerra de los Mundos”?

Para entender el pánico de la época, hay que remontarse a la primera dramatización realizada seis años antes en Estados Unidos, en 1938, impulsada por la promesa de la actuación, Orson Welles, que utilizando efectos sonoros narraba como “los rayos de calor” y “gases venenosos” mataban a la población de New Jersey y New York.

Este espectáculo montado gracias a los actores del The Mercury Theatre y transmitida por la Columbia Broadcasting System (CBS), fue toda una sensación, claro luego que se comprobara que era una puesta en escena.

Fue su fama y buenas críticas que permitió pensar en llevar el guion a nuestro país. Esta misión recayó en el actor y guionista Raúl Zenteno, que contactó a un colaborador de Welles para ultimar los detalles de la versión chilena del radioteatro, cuyo trabajo captó el color y la identidad local.

“La Guerra de los Mundos” de Steven Spielberg

De ahí surgió la idea que la invasión ocurriera en varias comunas de Santiago, y que incluyó lugares tan propios como una chacra y el testimonio de algunos lugareños como un tal “Don Jacinto”, quien era el dueño de la parcela donde surgió el primer avistamiento. “Estaba aquí con la patrona, comiendo y sentimos una sonajera tremenda. Algo que se estrelló. Y en el gallinero veo una tremenda cosa plateada, allá, en el fondo del parrón, echando humo”, respondió durante la transmisión en vivo.

Más adelante el reportero -personificado por Zenteno- relató con exactitud lo que ocurría tras los avistamientos. “Vamos a tratar de acercarnos y de ver lo que pasa. ¡Ha salido una especie de manguera del interior de la esfera que está brillando. Y de repente la voz: “¡Cuidado, fuego, fuego, nos va a quemar”, dijo el periodista ficticio en medio de los gritos.

Seguidamente el relato radiofónico detalló que al menos eran 400 carabineros heridos, mientras las fuerzas militares se alistaban para combatir con todo el poder de fuego a los alienígenas, que aniquilaban a los pobres chilenos.

Un radioteatro no apto para “personas impresionables”

En ese sentido, la dramatización llegó a provocar verdadero terror en la gente. Al menos en los desafortunados que no pudieron leer el aviso en el diario La Nación sobre el evento radiofónico que sería transmitido ese domingo 12 de noviembre. La publicación bastante explícita recomendaba que las personas muy “impresionables” no escucharan la audición para protegerlos de los efectos adversos que pudiera ocasionar.

La Nación

Pero al momento de la transmisión, no hubo forma de frenar la histeria colectiva que se formó. Nadie lo vio venir. La prensa de la época, entre ellos El Mercurio, detalló que la actuación provocó en que algunas personas que habían escuchado la radio, fueran llevadas de urgencia a la Asistencia Pública, recogió el periódico el día después.

La invasión extraterrestre causó tanta repercusión, que los medios informaron del deceso del trabajador de la Compañía Chilena de Electricidad, José Villarroel de 70 años, quien murió de un ataque al corazón en Valparaíso.

Una persona que pudo atestiguar la magnitud de lo narrado, es la actriz Carmen Barros -quien era amiga de Zenteno- y recordó en una entrevista con La Tercera, cómo lo vivieron los radioescuchas. “Yo estaba del otro lado de la historia. Sabía que era una ficción, pero claro, uno entiende que si no hubiera tenido la propaganda previa todo esto podía resultar asustante y angustioso. Muchos aquí cayeron igual que como cayeron en Estados Unidos, porque esta fue una jugarreta de Orson Welles, pero también una prueba de su genialidad y del poder que por ese entonces tenía la radio”, apuntó la intérprete.

También consultado sobre la emisión de la adaptación local, el poeta Armando Uribe (quien tenía 11 años) declaró al diario que el episodio provocó susto en el centro de Santiago y que “la gente andaba saltona” porque además del conflicto mundial entre los aliados y el Eje, los chilenos debían preocuparse de otra ofensiva, esta vez, de una amenaza del espacio.

Obviamente, ninguno de estos miedos eran reales, sin embargo, la acción tuvo repercusiones para los cerebros que impulsaron la teatralización de “La Guerra de los Mundos” en Chile.

Los coletazos de “La Guerra de los Mundos”

En Estados Unidos la transmisión del futuro director de El Ciudadano Kane costó caro. Los auditores al percatarse que se trataba de una ficción planificada por Orson Welles, acudieron en masa a la estación de la CBS. El descalabro fue tanto, que el edificio tuvo un incendio, en el que murieron seis personas.

El mismo impacto, con nefastas consecuencias lo vivieron en Ecuador en 1949, cuando en Radio Quito transmitieron su propia adaptación del libro de Wells, con la apariencia de un boletín informativo que anunciaba el aterrizaje de un “platillo volador”. Pero aquí la histeria fue mayor, ya que gatilló varios suicidios, además, del incendio de la emisora, que fue clausurada por dos años.

Pero, ¿qué ocurrió en Chile? Después de ser sorprendidos por simular una invasión de otro planeta, Renato Deformes, quien trabajó como locutor del radioteatro, afirmó que todos los implicados fueron llevados a declarar en una comisaría ubicada en la calle San Isidro, en pleno centro de Santiago. En el lugar, desfilaron varios actores de renombre, que participaron de la performance. Entre ellos estaban Agustín Sire, Roberto Parada, Eduardo Alcaraz y Domingo Tessier, quienes tuvieron que defender lo inexplicable, pues los carabineros apenas podían entender el poder de la radio.

Deformes en 1990, explicó al escritor Alfonso Calderón lo sucedido. “Nos costó mucho explicar qué había pasado. Y más de un tirón de orejas oficial nos llegó. Sin embargo, eso cambió la noción del espectáculo radial. Lo que se podía hacer era sencillamente fabuloso”, afirmó en la entrevista publicada en el libro “Pasan los años”.

El locutor sostuvo que la guerra entre los marcianos y los chilenos terminaba con una frase rotunda, para sorpresa de los auditores que no podían creer que habíamos sido invadidos por fuerzas extraterrestres: “¡Este es el fin señores auditores!”.