Los más de 12 meses de pandemia que llevamos, en el que el mundo se encerró a vivir largos periodos de cuarentena o distancia social disminuyendo el contacto humano físico al mínimo, han traído consecuencias brutales.

Más allá del problema sanitario y económico que ha levantado el Covid-19, otra cifra que se ha disparado es la que tiene relación con las enfermedades asociadas a la Salud Mental.

Si antes de la pandemia ya era un problema, la Encuesta Nacional de Salud Mental reveló que el 15% de los chilenos mayores de 18 años podría tener depresión, indicó en diciembre Clínica Las Condes.

El psicólogo Tomás Miño declaró: “Las consultas psicológicas han aumentado este último tiempo y se proyecta que el impacto en salud mental post pandemia será muy fuerte, sobre todo en temáticas depresivas y ansiosas, tanto en la población adulta como en jóvenes y niños, lo que puede ser muy complejo también para las dinámicas familiares”.

Pese a estas cifras, es importante destacar que muchas veces hay enfermedades que se confunden con la depresión, considerando que cumplen varios de los criterios que se asocian a este trastorno mental, sin embargo, la realidad es que no lo son y un mal diagnóstico puede llevar a que no se pueda tratar de buena forma la enfermedad real.

Según destacó el portal especializado Psychology Today, muchas enfermedades mentales son mal diagnosticadas, indicando que entre el 26% y 45% de los pacientes referidos con “depresión” realmente no la tenían, además de que en un análisis más acabado se reveló que los médicos generales pueden detectar correctamente la depresión en sólo un 47,3% de los casos, lo que representa un alto porcentaje de pacientes que no poseen esta enfermedad y no se está entendiendo cuál es el verdadero trastorno que poseen.

Aquí te describimos 4 condiciones que constantemente son confundidas con depresión, debido a que los síntomas son muy parecidos, pero no siempre son lo que creen que es.

Trastorno Bipolar

El trastorno bipolar por muchos años fue una enfermedad tabú e incluso, aún se utiliza para describir de forma peyorativa a las personas, sin embargo, es un problema de salud mental mucho más común de lo que se cree.

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Según indica ABC, una de cada 60 personas sufre este trastorno que han sufrido personalidades como Winston Churchill, Nina Simone o la comediante chilena Belén Mora.

Pero, ¿por qué es a menudo confundido con la depresión? la respuesta está en lo que señalamos antes, los síntomas, que en este caso son muy parecidos, como por ejemplo el cansancio, la apatía o la tristeza, que son parte del periodo bajo de esta enfermedad, la que justamente se denomina fase depresiva.

Para la poca fortuna de quienes tienen esta condición, es usual que se comience a tratar como depresión, lo que empeora el cuadro clínico del paciente. Según explica el portal español, pueden pasar hasta 10 años para que una persona que sufre el trastorno bipolar sea diagnosticado correctamente, añadiendo que en muchos casos pueden recibir 3 o 4 diagnósticos erróneos.

Un estudio de The British Journal of Psychiatry, destacó que hasta el 22% de las personas que sufren trastorno bipolar son mal diagnosticadas con depresión, lo que representa un problema importante debido a que los medicamentos utilizados para combatir esto último pueden terminar empeorando la enfermedad real de la persona.

Según destaca el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, la bipolaridad o trastorno bipolar es una enfermedad mental, antiguamente conocido como “trastorno maniacodepresivo” o “depresión maníaca”, que puede ser crónico o episódico (puede ocurrir ocasionalmente o regularmente).

Se caracteriza por cambios inusuales en el estado de ánimo, energía, actividad y concentración, que son mucho más que un altibajo normal en una persona, sino que son cambios que pueden ir de un extremo a otro. Estos cambios impredecibles pueden dificultar considerablemente la calidad de vida. Pueden pasar de sentirse optimistas, animados y productivos a irritables, decaídos, profundamente tristes o muy sensibles.

Diabetes

Aunque parezca que es muy difícil confundir la diabetes con la depresión, es más usual de lo que crees, considerando que ambas enfermedades se comienzan a apoderar, muchas veces de forma silenciosa, de tu cuerpo.

Los síntomas que levantan la alerta de la depresión son la pérdida de peso repentina, fatiga e irritabilidad, que puede estar asociada a mantener hambre constantemente y no poder ingerir alimentos, síntoma típico en la Diabetes tipo 2.

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Un punto relevante es que una vez que esta enfermedad es diagnosticada, muchas veces es necesario tener un cambio radical de vida en las personas que la padecen, lo que implica exigencias que pueden ser estresantes y generar síntomas que se presentan en la depresión, señala Clínica Mayo.

Según destaca el investigador y profesor de la Escuela de Medicina de la UCSF, Lawrence Fisher, “debido a que la depresión se mide con escalas que están basadas en los síntomas y no están vinculadas a las causas, en muchos casos estos síntomas pueden reflejar la angustia que las personas tienen sobre su diabetes, y no a un diagnóstico clínico de depresión”.

Hipotiroidismo

El hipotiroidismo es un trastorno en el que la glándula tiroides no produce la cantidad suficiente de algunas hormonas cruciales y en sus primeras etapas puede no causar síntomas notables, destaca Clínica Mayo.

Esta deficiencia en la producción de la hormona tiroidia puede desencadenar síntomas entre los que se encuentran la fatiga excesiva, pérdida de cabello, problemas de sueño, confusión mental o ansiedad, destaca The New York Times.

Al diagnosticar esta condición, es usual que se puede confundir con depresión e incluso, otras enfermedades, considerando que los síntomas asociados son muy comunes con otras afecciones o se toman como parte normal del envejecimiento de las personas, considerando que se presenta con frecuencia en personas mayores.

Según consigna el diario de la gran manzana, el 20% de las personas de más de 75 años, en especial mujeres, carecen de niveles suficientes de la hormona tiroidea, lo que presenta síntomas como los señalados anteriormente que a esa edad también se suelen relacional a la demencia.

Síndrome de fatiga crónica

El síndrome de fatiga crónica corresponde a un trastorno que se caracteriza porque, tal como señala su nombre, las personas que lo sufren viven una fatiga que dura al menos seis meses y que empeora con la actividad física o mental, pero que no mejora con el descanso.

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Entre los síntomas que se asocian a esta afección se encuentran tener dificultades para tener un sueño reparador, problemas con la memoria, el enfoque o la concentración e incluso, mareos al estar parado o sentados.

Como se puede apreciar, estos síntomas dejan a las personas que lo sufren incapacitados para tener una vida normal, por lo que muchas veces se confunde con la depresión, al tener síntomas similares, destaca Forbes.

Aunque, como señala Psychology Today, es posible poder distinguir entre este síndrome y la depresión, puesto que quienes sufren esta última afección están agotadas y desinteresadas por las cosas que usualmente les llamaban la atención, mientras que quienes poseen SFC mantienen el interés, aunque no tengan energía.