Durante su viaje a Paraguay junto al Presidente Boric, en el marco del cambio de mando de dicho país, el exmandatario Sebastián Piñera opinó sobre la falta de acuerdos entre el Gobierno y Chile Vamos en materia de reformas. En esa línea, manifestó que el conglomerado está dispuesto al diálogo, pero que "los proyectos originales en materia de reforma tributaria y reforma de pensiones, en mi opinión, eran muy malos proyectos".

En el marco de su viaje junto al Presidente Gabriel Boric a Paraguay, el exmandatario del país, Sebastián Piñera, manifestó que ambos conversaron con franqueza. “Chile está en una situación muy grave”, comenzó.

“Conversamos de los problemas y también de las oportunidades de Chile (…) estamos en una situación de inseguridad que está angustiando a los chilenos. Estamos en una situación de estancamiento económico que compromete el futuro, tenemos un problema de corrupción, problemas sociales en materia de pensiones, salud, educación y para enfrentar estos problemas necesitamos diálogo y acuerdos”, señaló en un punto de prensa.

En esa línea dijo creer que Chile Vamos “siempre ha estado disponible al diálogo y los acuerdos”. No obstante, agregó que “los proyectos originales en materia de reforma tributaria y reforma de pensiones, en mi opinión, eran muy malos proyectos”.

Con lo anterior, apuntó a la reunión que tendrán los presidentes de Chile Vamos con Boric. La cita de este jueves, precisamente, busca destrabar las diferencias existentes entre oficialismo y oposición, en materia de reformas.

Piñera en Paraguay: Chile no puede mantener una “guerra fratricida”

“Lo importante es que los acuerdos sean buenos para Chile y yo creo que algunas propuestas refundacionales originales eran malas para Chile. Por eso me alegro de que el diálogo esté llevando a que nos encaminemos a buenos acuerdos que resuelvan los problemas y no que los agraven”, expresó el exjefe de Estado.

“Sin duda, un país que se dedica a una lucha o guerra fratricida entre sus propios hijos no tiene destino“, reflexionó.

Piñera viajó junto a Boric al cambio de mando de Paraguay, donde asumirá Santiago Peña para suceder a Mario Abdo.