Este lunes la Fundación Internacional para la Libertad realizó su “XIII Foro Atlántico: ‘Iberoamérica y el mundo: desafíos post-pandemia"”, donde participó el presidente Sebastián Piñera como entrevistado.

En la oportunidad, Piñera fue consultado sobre el estallido social, el ambiente político tras las protestas de octubre de 2019, la pandemia y el proceso constituyente que se lleva adelante.

El Presidente mencionó creer “que —sin perjuicio que hemos sufrido mucho—, en grandes líneas, si uno suma y resta, (…) lo peor esperamos que quedó atrás, y que Chile está recuperando su capacidad de crear empleos y de crecer, y al mismo tiempo recuperando su capacidad de combatir el coronavirus”.

“Por supuesto que nada de esto garantiza que no vamos a tener rebrotes. Estamos viendo lo que está pasando en Europa con la segunda ola que es mucho peor que la primera, y por eso estamos trabajando en un plan de segunda ola”, sostuvo.

Modelo chileno

Consultado sobre qué le espera al modelo chileno que —según señaló el entrevistador— era uno de los más exitosos de américa latina y que ha sido cuestionado ampliamente desde octubre de 2019, el Presidente aseguró que dicha reacción de la ciudadanía por un cambio de modelo no es mayoritaria.

“Es verdad que hay una reacción que yo creo que no es mayoritaria en nuestro país que apunta en esa dirección. Los últimos 30 años de Chile, desde que recuperamos nuestra democracia el año 1990 hasta el año 2020, (…) sin duda fueron 30 años buenos para Chile y además recuperamos nuestra democracia durante ese periodo en forma ejemplar”, aseguró.

El Presidente agregó que en ese periodo se logró un “acuerdo tácito” en base a tres principios: “Respetar la democracia y el Estado de Derecho; comprometerse con la economía abierta, libre, competitiva, integrada al mundo; y hacer un gran esfuerzo de inclusión, de combatir la pobreza, reducir desigualdades, de avanzar hacia una mayor igualdad de oportunidades”.

“Por supuesto que esto no significa que no hayan grietas, que no hayan grises durante estos 30 años, y eso fue tal vez lo que con más fuerza surgió: una demanda por acelerar una mayor equidad, una mayor igualdad de oportunidades, una demanda por combatir con más fuerza y tener menor tolerancia frente a los privilegios y los abusos”, declaró.

Asimismo, indicó: “El modelo (…) por lo demás en estos 30 años, 24 años fueron gobiernos de la Concertación, es decir de la actual oposición, así que cuando hablo de estos 30 años estoy hablando de un mérito de la Concertación y nuestro, porque hemos compartido el Gobierno”.

“Ahora es cierto que surgió una izquierda muy radical, muy populista, muy poco respetuosa de las reglas de la democracia, de las reglas del Estado de Derecho que ha planteado cosas que ha mi juicio serían muy negativas para Chile, pero yo tengo fe y confianza de que el modelo Chileno, con ajustes, con cambios, no se va a tirar por la borda y que vamos a ser capaces de acordar una nueva Constitución”, adujo.

En esa línea, mencionó: “Recordemos que esta Constitución lleva 40 años, porque es del año 1980, en los tiempos de Pinochet, y llevamos 40 años discutiendo sobre la legitimidad de la Constitución, sobre las bondades la Constitución o las des bondades o las ilegitimidades”.

“Un país no se puede pasar 40 años discutiendo sobre su carta fundamental. La carta fundamental, la Constitución —en los países civilizados y sabios— es el gran marco de unidad, de estabilidad, de proyección que nos permite resolver nuestras diferencias dentro de ese marco constitucional de unidad y de estabilidad. Ese no ha sido el caso de Chile”, aclaró.

Sobre lo mismo, reconoció que “es verdad que hemos tenido un tiempo turbulento por lo que pasó en octubre del año pasado, por la pandemia del coronavirus y por la recesión de la economía mundial, pero si yo pudiera decirlo en dos palabras, yo creo que hasta ahora Chile ha sabido canalizar esa demanda por un nuevo pacto social en forma institucional, dentro de la Constitución y no con violencia ni con anarquía, a pesar que violencia ha habido mucha”.

“Yo soy optimista, que Chile no se va a desviar de un camino de libertad, de democracia, de progreso y esta vez tenemos que hacer un esfuerzo muy grande porque sea más inclusivo: los comprenda a todos. No dejemos a nadie atrás”, subrayó.

Populismo

En la instancia, Piñera también fue consultado sobre si le preocupa que el proceso constituyente devenga en “atisbos de populismo”.

A lo anterior, el Presidente señaló: “Por supuesto que me preocupa porque Chile no está libre ni está exenta de populismo. Hoy tenemos mucho populismo en nuestro país. Gente que promete las soluciones fáciles, los atajos, el éxito sin trabajo, en lograr las cosas haciendo énfasis en los derechos pero olvidándose de los deberes. Eso está presente en Chile y nos preocupa mucho”.

“Para que haya equidad tiene que haber progreso, y por eso si uno cree que vamos a tener desarrollo económico sin equidad social, está siguiendo un camino peligroso, y si uno cree que va a tener equidad social sin progreso económico, está siguiendo un camino imposible, y por eso es tan importante lograr un justo equilibrio”, opinó.

Además, añadió: “Por supuesto que estamos en la misma batalla que está el mundo entero, en esta lucha de los populistas que prometen el oro y el moro, pero al final todos sabemos que es un espejismo, porque es pan para hoy, hambre para mañana . La única forma de resolver los problemas de pobreza, los problemas de falta de oportunidades y las muchas carencias que tenemos en américa latina es con progreso, con desarrollo, con crecimiento”.

Radicalización de la izquierda

Por último, el Mandatario fue consultado sobre los riesgos de que una “izquierda radical” influencie a una izquierda moderada en el proceso constituyente, impidiendo a los sectores llegar a acuerdos en aristas importantes.

Sobre esa materia, Piñera señaló que “ese riesgo existe, porque es verdad. Ha surgido en Chile una izquierda muy radical, muy extremista, que no respeta los principios básicos de la democracia, del Estado de Derecho y que permanentemente quiere desbordar esa democracia y ese Estado de Derecho”.

“Esa izquierda, a mi juicio, no es el camino que Chile necesita para alcanzar una sociedad más libre, más justa, más prospera, pero el segundo peligro (…) es que la centro izquierda, que era lo que llamábamos la Concertación (…), esa centro izquierda en nuestro país ha estado a mi juicio demasiado presionada y a veces dejándose llevar por esta otra izquierda extremista”, explicó.

Agregó que “el riesgo está (…). Hasta ahora esa izquierda, que no tiene los votos, pero sí muchas veces anda de la mano con la violencia, y anda con la mano del populismo y no respeta los valores y principios básicos de la democracia, ha tenido en Chile un papel que no le corresponde”.

“Por eso los demócratas de verdad, los que creemos en la libertad, los que creemos en un Chile más libre, más próspero, más justo, tenemos que ser capaces de lograr un gran acuerdo”, planteó.

Finalmente, aseveró que “el partido no está jugado. ¿Hay riesgos?, hay riesgos, pero yo confío, porque conozco a los chilenos, que vamos a encontrar ese camino de un gran encuentro de los que creemos realmente en la democracia, el Estado de Derecho y la libertad para darle a Chile un segundo aire que nos permita seguir avanzando hacia ese”.