Tras días de declaraciones escritas, el canciller Heraldo Muñoz salió a defender el actuar de Chile en el caso del comunicador chileno-venezolano Braulio Jatar, detenido en el país caribeño.

Sin responder a las críticas directas hacia su persona, el ministro de Relaciones Exteriores reafirmó las acciones de Chile tras la detención del comunicador, descartando que esto sea un gesto contra Venezuela.

El secretario de Estado enfatizó que las gestiones del país son en la línea de resguardar los derechos humanos y el debido proceso.

Esto luego de que Venezuela emitiera un nuevo comunicado, en lo que se ha transformado en prácticamente una guerra de declaraciones por escrito. En el documento, el país caribeño acusó a Muñoz de tener doble estándar en los casos de violaciones a los derechos humanos, y de tener una cierta preferencia con personas ligadas a la derecha venezolana.

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El cónsul de Chile en Caracas fue enviado a la cárcel 26 de julio, en el estado de Guárico, lugar donde fue trasladado Jatar, sin que hasta ayer existieran novedades de aquello.

En este escenario de crispación diplomática, el diputado Jorge Tarud pidió que sea el embajador Pedro Ramírez quien haga las gestiones.

Mientras, los senadores Hernán Larraín, de la UDI, y Jorge Pizarro de la DC, deslizaron duras críticas al gobierno caribeño.

Esto bajo la mirada de la familia de Jatar, que anunció que irá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para solicitar que interceda para que el profesional espere en libertad la investigación en su contra por legitimación de capitales.

En medio de esta creciente tensión bilateral, otro país latinoamericano alzó la voz. Brasil catalogó de “arbitraria” la detención de Jatar en Venezuela.