Cerca del 80% de la población mundial y dos tercios de los países miembros de Naciones Unidas estarán representados en la Cumbre del Grupo de los 77 y China (o G77+China) en La Habana, capital cubana, este 15 y 16 de septiembre.

La Habana, Cuba, será escenario por primera vez de la Cumbre del Grupo de los 77 y China, o G77+China. Un encuentro de jefes de Estado y Gobierno que también sumará a representantes de alto nivel de 134 países del llamado Sur Global.

En el centro de las conversaciones, que se llevarán a cabo los días 15 y 16 de septiembre en el marco de la cumbre, se espera llegar a acuerdos y estrategias conjuntas de cooperación para el desarrollo.

El mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, convocó a los miembros de la organización el pasado junio apelando a la necesidad de unidad, con especial énfasis en la ciencia y la tecnología. Por lo que, precisamente, el paragüas del encuentro es: “Retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación”.

El jefe de Estado de la mayor de las Antillas hizo el llamado en calidad de presidente pro témpore del grupo intergubernamental desde el pasado enero, un papel que Cuba ostenta por primera vez en la historia y que le otorga la responsabilidad de representar y coordinar a sus integrantes durante un año.

Se trata de una oportunidad para “potenciar la voz del grupo en la actual situación internacional”, aseguró el ministro de Relaciones Exteriores cubano Bruno Rodríguez.

En palabras del canciller, la reunión será “austera y simple” en su desarrollo, por lo que se da en medio de las “difíciles condiciones de la economía cubana”.

Sin embargo, Rodríguez y las autoridades de la isla son optimistas y aseguran que habrá una declaración final que buscará plantear la necesidad de una “reforma de la arquitectura financiera internacional, la eliminación urgente de medidas coercitivas unilaterales y el establecimiento de un nuevo orden económico internacional”.

Con Díaz-Canel al frente del G77+China, los expertos coinciden con que esta cumbre es una victoria diplomática del Gobierno de la isla.

“Esta es una gran ocasión para Cuba porque le da impulso a sus posibilidades de protagonismo internacional capitalizando lo que ha sido la política Exterior de Cuba bajo el Gobierno de los Castro y ahora bajo el Gobierno de Díaz-Canel”, asegura Andrés Serbin, doctor en Ciencias Políticas y analista internacional.

Lo anterior, “ya que han tenido vinculación con muchos países en el mundo y una política exterior muy activa y con esto se reafirma este protagonismo cubano en el sistema internacional, a pesar de ser un pequeño país y con una crisis económica tremenda”.

Por su parte, el profesor visitante de Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid Arturo López Levy, en diálogo con la Agencia de noticias EFE, aseguró que ha sido “notable” la “capacidad de la diplomacia cubana” en un momento que calificó de “estratégico” dadas las fracturas entre Occidente y potencias como China y Rusia.

¿Quiénes asistirán al encuentro?

A pesar de la convocatoria temprana del presidente cubano a los representantes de los 134 estados soberanos que componen el G77+China, la mayoría de los asistentes tardaron en confirmar su presencia en la isla. No obstante, la lista se ha ido engrosando con el paso de los días, ad portas del inicio del encuentro.

Diversos presidentes latinoamericanos fueron los primeros en aceptar la invitación, entre ellos, los mandatarios de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Argentina, Alberto Fernández. Posteriormente se sumaron otros como Gustavo Petro (Colombia), Luis Arce (Bolivia) y Xiomara Castro (Honduras).

Además, la presencia de representante de naciones africanas y del sur de Asia será significativa. Los presidentes Filipe Nyusi, de Mozambique; Ranil Wickremesinghe, de Sri Lanka; Thongloun Sisoulith, de Laos o Cyril Ramaphosa, de Sudáfrica, se personarán también en Las Habana. Además resalta la participación de Mahmud Abbas, líder de la Autoridad Nacional Palestina; y Abdelatif Rashid, presidente de Irak.

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidos, António Guterres, asistirá a un día de la cumbre y dará un discurso en la ceremonia inagural. Después, se encaminará hacia Nueva York, donde tendrá lugar la 78 Asamblea General de la ONU a partir del día 19 de septiembre.

China, un miembro imprescindible que participa en el Grupo de los 77 de manera externa, estará representada por el responsable de la disciplina dentro del Partido Comunista Chino, Li Xi.

¿Qué es el G77+China?

El Grupo de los 77 y China cumplirá en 2024 sesenta años desde su fundación, que tuvo lugar en 1964 al final de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Aunque ya había comenzado a funcionar antes del encuentro, fue hasta ese momento que los 75, con la salida de Australia y Nueva Zelanda, países firmaron la Carta de Argelia que le dio al grupo una estructura institucional.

Con el paso de los años se han sumado decenas de participantes, siendo el último Sudán del Sur en 2015. No obstante, el grupo ha ha mantenido desde sus orígenes el nombre original.

El gran objetivo de la unión de estos países fue, desde un inicio, promover los intereses económicos del Sur Global. La gran particularidad es que sus miembros hacían parte del Movimiento de Países No Alineados que, en el contexto de la Guerra Fría, eran naciones que no respaldaban ni el liderazgo capitalista de Estados Unidos ni el orden comunista que marcaba la ahora extinta Unión Soviética.

El año de su fundación, el grupo dio a conocer su ‘Declaración’ en la que hicieron un recorrido de lo que había sido la UNCTAD y se plantearon uno de sus principales objetivos: mantener la unidad.

“Los países en desarrollo consideran su propia unidad, la unidad de los setenta y cinco, como el rasgo sobresaliente de esta Conferencia. Esta unidad ha surgido del hecho de que, frente a los problemas básicos del desarrollo, tienen un interés común en una nueva política para el comercio y el desarrollo internacionales. (…) Su solidaridad se puso a prueba durante la Conferencia y salieron de ella con una unidad y una fuerza aún mayores”, rezaba el documento.

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France 24

La creación del grupo generó expectativas. De hecho, tal como dice Muchkund Dubey, quien fue secretario de Estado de Relaciones Exteriores del Gobierno de la India, fue aclamada “en un titular de portada del prestigioso semanal londinense ‘Sunday Observer’ como “el fenómeno más importante del período de la posguerra”.

Los primeros años del grupo, según señala Dubey, fueron claves y marcaron su historia. “El Grupo funcionó con extraordinaria eficacia y energía durante la mayor parte de la época dorada de la cooperación económica internacional en el marco de las Naciones Unidas, es decir, desde 1964 hasta finales de la década de 1970”.

Sin embargo, tuvo un declive posteriormente, y dada la heterogeneidad del organismo -con países con economías mucho más grandes que otros y en diferentes partes del globo- llegar a consensos ha sido mucho más complicado.

No obstante, expertos y los propios miembros aseguran que uno de los más grandes logros del grupo es haber permanecido unidos durante casi seis décadas. Un punto que hace honor a su documento de fundación.

¿Por qué es importante?

La relevancia del G77+China es evidente cuando se pone en cifras la población a la cual representa. Y es que el grupo, junto con China, abarca a cerca del 80% de los ciudadanos del mundo. Por otro lado, suman más del 46% del PIB mundial y tres de sus miembros tienen asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Además, se trata del mayor grupo negociador de países dentro de la ONU: el G77+China supone algo más de 2/3 de los miembros de la organización. “No nos olvidemos que el Grupo de los 77 es un Grupo intergubernamental que actúa como una suerte de foro de coordinación dentro de las Naciones Unidas”, señala Serbin.

“No es un mecanismo informal o multilateral como son, por ejemplo, los BRICS. Muchas veces se asocia el G77 con los BRICS en función en que puedan impulsar una transformación de un sistema unipolar a uno multipolar”, añade.

Por esa razón, el potencial poder que tiene dentro de la ONU es innegable. Tal como señala el ‘Orden Mundial’, “el G77 también tiene una segunda función: ser un contrapeso al G7, que agrupa a Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia, Francia y Canadá”.

Aunque algunos de los acuerdos suscritos entre las partes han terminado por quedarse en lo simbólico, cumbres como esta, señala Serbin, “contribuyen a coordinar posiciones en el marco de los diversos mecanismos y en la Asamblea General de Naciones Unidas”.

¿Qué estará en la agenda del G77+China en La Habana?

Las autoridades cubanas han reiterado el énfasis que harán en la cooperación en términos de tecnología ciencia e innovación en el marco de la cumbre, debido a que señalan que se trata de un aspecto indispensable para el desarrollo equitativo de las naciones en el mundo.

De hecho, en su convocatoria, Díaz-Canel remarcó que los avances científicos son “inaccesible para gran parte de la humanidad”, por lo que contrarrestar esta situación es indispensable.

Para Serbin también Cuba ha insistido en que “impulsará los Objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”. Una perspectiva similar tiene Carlos Verissimo, analista de política exterior, quien asegura que el grupo “buscará movilizar sus propios recursos para garantizar que dichos objetivos sean una prioridad efectiva en sus políticas internas”.

Además, señala Verissimo, se pretenderá “encontrar un paradigma energético diferente, por ejemplo, para poder cumplir sus compromisos en materia de lucha contra el cambio climático”. Esto, en el sentido en que los Países Menos Adelantados (PMA), que en buena medida componen el grupo, “sólo aportan el 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero han sufrido el 69% de las muertes causadas por desastres relacionadas con el clima”.

Los temas económicos también podrían estar en el centro de las discusiones y los países del G77+China discutirán posibles alternativas para reformar el sistema de comercio internacional, dando “acceso comercial preferencial para los países en desarrollo”. Esto en un contexto en el que “la deuda externa de los países del Sur se ha duplicado en los últimos 10 años”, según señalan los expertos.

La perspectiva de los países del Sur sobre temas que han marcado los últimos años podría abrirse paso en las conversaciones. En ese sentido, la recuperación pospandemia y la guerra en Ucrania pueden tener cabida en el plenario.

El segundo de estos temas toma relevancia en el sentido en que ha sido discutido arduamente por los países industrializados, pero desde el sur, naciones latinoamericanas y africanas han querido desempeñar un papel de mediador entre Rusia y Ucrania, y convertirse en agentes claves para una posible salida negociada del conflicto.

¿Cuál es el interés de China en este tipo de encuentros?

La cumbre lleva la impronta de China incluso en su nombre. El gigante asiático ha tenido un gran interés en acercarse al Sur Global en los últimos años. Sin embargo, su rol en Grupo de los 77 comenzó hace ya más de dos décadas.

En 1992, el gigante asiático comenzó a participar de sus eventos de manera “externa”. Si bien su papel puede parecer ambiguo, porque suele considerarse como un participante más, las autoridades chinas han afirmado que no son un miembro oficial, aunque respalden las iniciativas de la organización.

Aunque su participación ya data de hace años, de por sí la temática ya es atractiva para el país asiático. Para Verissimo, China necesita “aumentar su comercio internacional con otros países y es una potencia tecnológica que está dispuesta a exportar su conocimiento al mundo”. Y añade: “Con el cierre de importación de tecnologías que ha tenido por parte de varias naciones y de Estados Unidos necesita rápidamente crear nuevos mercados y los países del Sur-Sur son muy interesantes para ello”.

Además, el actual contexto geopolítico dota de ciertas particularidades esta cumbre. “El acercamiento de China al Sur Global tiene que ver con el enfrentamiento que se está dando con Occidente en colectivo, especialmente EE. UU. y la Unión Europea, con los países fundamentalmente euroasiáticos encabezados por el tándem Rusia-China, por ganarse a los países sureños y obtener su apoyo en los ámbitos y foros en general, y también en los económicos”.