Este martes finalizó en Bruselas la cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La declaración final expresa "preocupación" por "la guerra contra Ucrania" pero evita condenar la invasión rusa, tras arduas negociaciones que no consiguieron consenso con Nicaragua.

Las largas disputas sobre la condena a la invasión rusa, debido a que Nicaragua no aceptaba mencionar a Ucrania en el texto, eclipsó el importante anuncio de una inversión de 50.000 millones de dólares en América Latina, con la cual la Unión europea pretende frenar la creciente influencia comercial de China.

No obstante, el hecho de que UE pueda hablar en nombre de todos los países que la integran, es la diferencia más importante al momento de entablar discusiones con otros bloques, como fue el caso con los 33 países de la Celac, cuyos integrantes defendían exclusivamente sus naciones, de acuerdo con el análisis de Christopher Sabatini, investigador para América Latina del centro de Análisis Chatham House en Londres.

“Hemos visto una gran diferencia entre las dos regiones. La Unión europea tiene una estructura, en comparación a la de los 33 países que conforman la Celac”, mencionó Sabatini.

“Al final la Celac enseñó sus dificultades fundamentales. Se puede acordar un tratado de libre comercio entre el Mercosur (Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil) y la UE. Los que no están en el mapa, Bolivia, Nicaragua, Cuba y Venezuela”, añadió.

“El mensaje está claro: Europa va a colaborar con países que tienen todas las reglas transparentes del mercado, que coinciden con las preocupaciones de Europa y los compromisos de Europa”, aseguró.

Otros de los puntos claves de esta cumbre son el “apoyo pleno” al proceso de paz en Colombia y al dialogo para unas elecciones libres en Venezuela.

Todo un balón de oxígeno político, en un momento en el que muchos dirigentes latinoamericanos cuentan con niveles de aprobación muy bajos en sus países, lo cual hubiese impedido esta reunión como en años pasados, cuando Bolsonaro era presidente de Brasil.

“La UE ha abrazo el plan ambicioso proyecto de Petro, es una señal de apoyo internacional muy importante”, destacó Sabatini.

“La iniciativa del presidente Macron sobre la situación trágica de Venezuela también es importante para negociar algún tipo de salida”, explicó.

“Al final Europa puede liderar de mejor manera que los Estados Unidos, por las sanciones que han impuesto a la región, por la presión de Trump, o por su comportamiento con Venezuela”, remarcó.

Tras la cumbre de Bruselas, Europa busca recuperar el tiempo perdido en sus relaciones con América Latina, y pretende desbloquear este mismo año el acuerdo de libre comercio con Mercosur, en negociación desde hace ya más de dos décadas.