Sumamente tensa está la situación en Israel luego que la Knéset (Parlamento) aprobara la anulación de la doctrina de la razonabilidad, la cual permitía al Tribunal Supremo revisar y revocar decisiones gubernamentales en base a si estas son razonables o no.

Se trata de una norma de la reforma judicial impulsada por el primer ministro Benjamín Netanyahu. La doctrina de la razonabilidad, ahora anulada, es vista por la oposición como una garantía democrática fundamental frente a abusos de poder.

Cabe señalar que Netanyahu defendió dicha anulación argumentando que esta permite “que el gobierno electo pueda conducir la política de acuerdo con la decisión de la mayoría de los ciudadanos del país”.

“Hoy en día vamos hacia una guerra civil”, llegó a alertar el pasado lunes el exprimer ministro iraelí Ehud Olmert.

“Me refiero a una desobediencia civil con todas las ramificaciones posibles para la estabilidad del Estado, la capacidad del Ejecutivo para funcionar y la obediencia de gran parte de la población israelí hacia el Gobierno, que es percibido como ilegítimo por gran parte de la población”, indicó en entrevista con Channel 4 News.

Polémica reforma de Netanyahu

¿Pero qué es lo que busca Netanyahu con esta criticada reforma? María José Mora, académica del Instituto de Historia de la Universidad de los Andes, señala a BioBioChile que hay que tener presente que en noviembre de 2022 Netanyahu volvió a ganar las elecciones pero sin lograr mayoría necesaria en el Parlamento, lo que hizo que se viera obligado a pactar con los partidos de extrema derecha y ultra religiosos.

“Además, hay que tener en cuenta que él está en medio de un juicio por corrupción y por una serie de otras cuestiones que lo tienen obviamente en el ojo de la mira y en ese punto, evidentemente la Corte Suprema juega un rol importante”, sostiene.

“Esta reforma permitiría, en primer lugar, modificar el Comité de selección de jueces que nombran los miembros de la Corte Suprema. Estos nueve jueces, para ser nombrados, requieren de un consenso entre las ramas judiciales y políticas”, detalla.

Si aprueba la reforma, dice Mora, el nombramiento de estos jueces sería mediante una elección por mayoría simple, “con lo cual en el fondo va rompiendo los equilibrios que permiten nombrar una Corte suprema neutra”.

“Por otra parte, hay un paquete de medidas que está proponiendo que van dirigidas a reducir las capacidades de la Corte Suprema para revisar las leyes aprobadas por el Parlamento. Es decir, la Corte Suprema no podría invalidar leyes que considera que violan las leyes básicas de Israel”, plantea.

Hay que considerar que Israel no tiene Constitución por lo que funciona con estas leyes básicas como normas fundamentales. “Por eso es tan importante. Por otra parte, el Tribunal Supremo no podría impugnar las leyes regulares”, argumenta.

“También está lo que se acaba de aprobar, que es la cláusula de anulación bajo la cual la Corte Suprema puede rechazar o vetar una ley o una norma si la considera irracional o en contra de los conceptos básicos de Israel. En el fondo, eso es vetar una ley aunque haya sido aprobada por la Knesset. Y eso evidentemente también le quita y resta poder al Tribunal Supremo para proteger y mantener lo que se consideran las leyes básicas de la Constitución”, dice.

Por su parte, Fabián Andrés Pérez, académico de Historia, Geografía y Ciencias Sociales en la UNAB sede Viña del Mar y Doctor en Historia, plantea que son varios factores los que Netanyahu se está jugando.

“Por una parte, la estabilidad de su propio sector, que es una coalición que en realidad es un polvorín. Si bien es conservador de derecha, está aliado con la extrema derecha, con el sionismo religioso, con una serie de partidos que están incluso más a la derecha que él”, comenta.

Pérez señala que con esta reforma, lo que se busca es limitar y controlar el poder Judicial por parte del Ejecutivo. “A eso es lo que apunta en el fondo”, menciona.

“Este es el gobierno más conservador e incluso más derechista que ha tenido en sus casi 80 años de existencia. Entonces, claro, lo que quiere en el fondo es limitar que la Corte Suprema tenga ciertas potestades para, en el fondo, cambiar ciertas leyes o pedir que se promulguen otras”, expresa.

“Es importante señalar que los opositores apuntan a que esto le da un desbalance ya que el Ejecutivo va a tener mucho más poder sobre el Judicial”, remarca.

El licenciado en Historia con mención en ciencias políticas añade que esto es una vía rápida hacia un autoritarismo. “Y en ese sentido, desde la oposición han dicho que no volverán a tener conversaciones a menos que se detenga este proceso”, enfatiza.

Grave crisis

¿Hasta dónde podría escalar este conflicto? ¿Podría llegar a una guerra civil? Mora admite que es difícil de adelantar. “La verdad es que en los meses anteriores las protestas en las calles llevaron a miles de personas a manifestarse en distintas ciudades de Israel en una evidente molestia y temor de la población de que las medidas de Netanyahu se conviertan en una dictadura o que vaya radicalizando y controle en absoluto el poder”, plantea.

“Es muy difícil prever si esto podría convertirse en una guerra civil, pero sí es un conflicto que se considera hoy día uno de los mayores que ha tenido el Estado de Israel en la era moderna. Lo que está ocurriendo, evidentemente, no tiene precedentes”, puntualiza.

En ese sentido, explica, lo que provoca este ambiente en el país es precisamente que Netanyahu “esté gobernando con los grupos más extremos, más radicales, más a la derecha y más religiosos. Y eso evidentemente genera también reacciones importantes dentro de la sociedad civil”.

Pérez, por su parte, remarca que las protestas en los últimos cuatro o cinco días han reunido sobre las 100.000 o 150.000 personas. “Si esto sigue así se puede provocar un clima que lleve a una guerra civil”, plantea.

“No sé si se dará pronto, pero lo que sí está claro es que el sistema defensivo está en peligro porque hay varios centros reservistas que ya han amenazado que no se van a presentar si sigue esto”, agrega.

¿Seguridad nacional en peligro?

La situación en Israel ha escalado a tal punto que incluso reservistas militares, incluyendo pilotos de la fuerza aérea, han amenazado con no presentarse a cumplir con su servicio a menos que el gobierno detenga su reforma judicial.

“Eso también es una acción sin precedentes en la historia israelí. El ejército y el mundo militar siempre se ha mantenido fuera de los acontecimientos políticos. Esto revela que efectivamente el temor a que esta reforma acomode el Tribunal Supremo al antojo del gobierno de turno, en este caso bastante criticado y cuestionado, con un líder que está enjuiciado”, dice Mora.

Eso sí, la académica ve difícil que esto pueda comprometer la seguridad del país. “Es un gobierno y una estructura con un nivel de militarismo tal en su sociedad y en sus estructuras, que sería muy difícil que el movimiento de algunos grupos pueda poner en riesgo la seguridad completa del país”, expresa.

“Pero sí creo que es un llamado de atención bastante inédito que no se había dado nunca, el que el mundo militar o que miembros del mundo militar de pilotos o reservistas, planteen sus dudas y sus discusiones respecto de la reforma”, detalla.

Pérez, a su vez, recuerda que Israel es un Estado que “está en constante peligro de guerra ante los ataques, está rodeado por el mundo islámico, Siria, Palestina, los conflictos que tiene Cisjordania, etc, por esta política de ocupación de territorios que ha tenido Netanyahu”.

Al respecto, indica que muchas autoridades internacionales están prestando mucha atención a lo que está pasando, incluyendo Joe Biden.

“El hecho de que reservistas y pilotos de la fuerza aérea hayan dicho que no se presentarían al servicio… claramente para el resto de los países que están ahí atentos puede ser una señal. Es peligroso porque además yo creo que Estados Unidos ve con especial atención estas protestas en Israel porque es el aliado de la zona, el que ha ayudado a estabilizar por decirlo así todo el Medio Oriente”, expresa.

“Es una reforma que, y también lo ha dicho la oposición, le viene como anillo al dedo a Netanyahu porque él está acusado por corrupción”, concluye.