La razón es preocupante y sigue poniendo como ejemplo, lo que actualmente ocurre en Europa. El continente ha cerrado el primer semestre de 2018 con 41.000 casos de sarampión, mismos que se han duplicado con relación al año anterior, cuando fueron 23.927.

37 personas han muerto en la Unión Europea este año y los países más afectados siguen siendo Francia, Georgia, Grecia, Italia, Rusia, Serbia y Ucrania. Medios del viejo continente aseguran que en este último país ya se reportan 23.000 casos, más de la mital del total en toda Europa.

Por lo anterior, el bloque sigue cerrando filas, a la hora de llamar a la vacunación responsable de los recién nacidos. Incluso, Italia, Australia y otras naciones han impuesto multas severas a quienes no cumplan con la carta de vacunación establecida por decreto de ley.

Sin embargo, las cifras no reportan una baja en cuanto a sarampión y por eso, el reciente comunicado de la Organización Mundial de la Salud.

A través de la misiva, La directora regional de la OMS, Zsuzsanna Jakab, no escatimó en plasmar la “preocupación” por los números que representan a un continente en riesgo de una enfermedad que antes se creía erradicada.

“Estamos viendo un aumento dramático en las infecciones y los brotes. Pedimos a todos los países que implementen inmediatamente medidas apropiadas al contexto para detener la propagación de esta enfermedad”, aseguró la funcionaria.

Sin embargo, en el llamado formal, no pasó desapercibida la responsabilidad implícita que esta organización atribuye, a quienes deciden no vacunarse o no vacunar a sus hijos, debido al rechazo a la inmunización que impera en Europa y que alcanza incluso, a los que no pueden recibir dosis por prescripción médica.

“Debemos celebrar nuestros logros sin perder de vista a los que aún son vulnerables y cuya protección requiere nuestra atención urgente y permanente”, recoge el comunicado, en franca alusión a los países y su responsabilidad, a través de sus gobernantes, de ofrecer las vacunas a sus ciudadanos.

“Podemos detener esta enfermedad mortal, pero no tendremos éxito a menos que todos hagan su parte: inmunizar a sus hijos, a sí mismos, a sus pacientes, a sus poblaciones, y también recordar a los demás que la vacunación salva vidas”, en un claro mensaje a quienes se niegan hacerlo por las razones antes mencionadas.

En Europa, por ejemplo, un estudio de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, arrojó preocupantes cifras del desdén que las vacunas generan en los países desarrollados en el continente europeo.

En Francia, 41% de encuestados no creen que las vacunas sean seguras, Bosnia, Rusia e Italia están entre el grupo de las naciones con personas rechazando las dosis. El 17% de los habitantes del bloque europeo consideran que estas no son seguras. 8% dice que no son importantes y 11% de las personas consultadas, determina que no son efectivas.

De ahí la preocupación expresa de la OMS en su más reciente llamado de atención a los antivacunas.

Fuente: OMS
Fuente: OMS