El gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, confirmó este lunes que ocho personas murieron el pasado fin de semana durante una operación policial en un municipio del litoral paulista, tras el asesinato de un agente de la fuerza élite de la Policía Militarizada.

“Hubo ocho muertes este fin de semana. La Policía quiere evitar a toda costa el enfrentamiento, pero desde el momento en que son hostigados, lamentablemente se produce un enfrentamiento (…) La Policía reacciona y reaccionará para repeler la amenaza”, declaró el dirigente regional en una rueda de prensa.

El balance del Gobierno de Sao Paulo contradice la versión del oidor de la Policía paulista, Cláudio Aparecido da Silva, quien afirmó que el número de fallecidos ascendía a por lo menos diez.

De acuerdo con el gobernador, durante la acción “no hubo hostilidad” ni excesos, sino una “actuación profesional” por parte de los uniformados, en la que también fueron detenidas 10 personas, entre las cuales el sospechoso de dispararle al policía militar Patrick Bastos Reis, de 30 años.

La operación comenzó el viernes, un día después del asesinato del agente en Guarujá con un equipo de 600 uniformados de las policías civil y militarizada del litoral paulista y, según el Gobernador, continuará estos días.

De acuerdo al oidor de la Policía paulista, Cláudio Aparecido da Silva, dadas la víspera, el número de víctimas ascendía al menos a 10 y respondía a denuncias hechas por organizaciones defensoras de los derechos humanos y habitantes de Guarujá, el municipio donde ocurrieron los hechos.

“Este despacho tomó conocimiento de las denuncias, ya inició un procedimiento y accionó a las instituciones del Estado y de la sociedad civil. Estamos reflexionando juntos sobre las formas en que podemos detener las violaciones que se están produciendo”, dijo el oidor a la prensa.

El sospechoso de disparar y matar al policía militar, detenido el domingo, fue identificado como Erickson David da Silva, quien al parecer está vinculado con una banda de narcotráfico de la región.

Pese a la captura del sospechoso y de otras nueve personas, habitantes del municipio han dicho que los uniformados están torturando y matando a “todos” y que han prometido asesinar a 60 personas más en diversas favelas de la ciudad, según medios locales.