La última vez que Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de identidad de un bebé robado fue en diciembre de 2022, cuando presentó -con pocos días de diferencia- al "nieto 131" -hijo de Lucía Nadín y de Aldo Hugo Quevedo, ambos desaparecidos en 1977- y al "nieto 132" -hijo de Mercedes del Valle Morales, desaparecida en 1976-.

La organización Abuelas de Plaza de Mayo identificó al “nieto 133” robado por la dictadura argentina (1976-1983), según desveló este viernes el colectivo, que ampliará los detalles de “una nueva restitución” de identidad en una rueda de prensa.

“Con inmensa felicidad, anunciamos el encuentro del nieto 133”, indicó la institución el comunicado de prensa.

Allí se convocó a un encuentro con la prensa en el Espacio Memoria y Derechos Humanos en el que se ofrecerán más detalles del caso.

“A casi 40 años del inicio del período democrático más largo de nuestra historia, seguimos buscando a nuestros nietos y nietas, todos los días. Cada restitución reafirma que el pueblo argentino nos acompaña y decide no olvidar”, agregó el texto.

Lo anterior, sobre la primera identificación que tiene lugar en 2023, pues las dos últimas datan de diciembre de 2022.

La emblemática asociación está integrada desde 1977 por ancianas que buscan a sus nietos, hijos de desaparecidos que fueron apropiados por el régimen y entregados a familias ajenas.

El trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo

La asociación, presidida por Estela de Carlotto (92 años), estima que cerca de 500 bebés fueron robados por la dictadura a sus progenitores.

En su mayoría se trató de opositores al régimen, y en muchos casos a madres que dieron a luz en centros clandestinos de detención y tortura.

Según lo detallan pruebas y documentos históricos, ellas fueron desaparecidas para siempre, asesinadas o tiradas con vida y drogadas al mar.

Según organismos de derechos humanos, el terrorismo de Estado hizo desaparecer a cerca de 30.000 personas.

A mediados de la década de 1980, las Abuelas impulsaron la creación de un banco para almacenar sus perfiles genéticos.

En 1987, el Congreso creó por ley el Banco Nacional de Datos Genéticos, que desde entonces se encarga de resolver la filiación de las niñas y niños apropiados durante la última dictadura.

En todo este tiempo, el banco ha ido sumando técnicas avanzadas de identificación genética y forense y en 2009 se sancionó una nueva ley que jerarquizó a la institución.

Hasta antes de este viernes, hubo un período de tres años y medio sin recuperaciones, pues la última identificación había tenido lugar el 13 de junio de 2019.

Lo anterior, cuando la organización presentó públicamente a Javier Matías Darroux, de 41 años, como “nieto 130”.