El abogado nicaragüense Santos Sebastián Flores Castillo, que denunció que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, presuntamente abusó sexualmente de su hermana desde que tenía 15 años, murió en una cárcel donde estaba recluido desde 2013 en circunstancias desconocidas, informó este jueves un organismo humanitario.
Flores Castillo, de 52 años, falleció el pasado martes en una prisión conocida como “La Modelo”, la más grande de Nicaragua y ubicada a unos 25 kilómetros al norte de Managua, indicó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), que recibió la información de los familiares de la víctima.
El Cenidh, que acompaña a la familia en el caso que elevó contra Ortega ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), demandó al Ministerio de Gobernación que inicie una investigación exhaustiva que determine las causas de la muerte de Flores Castillo.
Representantes del Cenidh informaron a Efe que los familiares del hombre también intentan investigar las causas de su muerte.
Las autoridades nicaragüenses no se han referido de momento a esa denuncia.
Condenado por violación
Flores Castillo es hermano de Elvia Junieth Flores Castillo, de 32 años, quien, según la denuncia de los hermanos y de ella misma, fue abusada sexualmente por Ortega desde que tenía 15 años.
El hermano de la supuesta víctima de Ortega fue acusado y condenado a 15 años de cárcel por el delito de violación sexual en contra de una empleada del Poder Judicial, cargos que siempre fueron negados por el convicto y su familia.
Antes de ser encarcelado, el 17 de junio de 2013, el abogado llevaba varios años intentando que el caso de su hermana trascendiera a través de organismos defensores de los derechos humanos.
El caso tomó relevancia en noviembre de 2017 cuando sus familiares decidieron denunciar desde Miami, donde se exiliaron, supuestos malos tratos y torturas a las que el reo era sometido en prisión.
En ese entonces, Elvia Junieth, ahora madre de dos niños y sin relación con Ortega, brindó una conferencia de prensa por teléfono en 2017, en la que afirmó: “Yo soy la principal víctima por abuso de poder del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra; ha destruido a mi familia, me ha destruido a mí”.
Caso ante CIDH y OMCT
Ese mismo año la CIDH conoció los detalles del caso del ahora fallecido e inició sus propias investigaciones, que duraron cuatro años, hasta que fue admitido el 7 de septiembre pasado.
Ya desde entonces el secretario general de la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT), Gerald Staberock, se había puesto en contacto con el Gobierno de Ortega para expresar su “preocupación” por las condiciones de Flores Castillo en la cárcel, que incluía denuncias sobre “graves malos tratos, aislamiento, y restricción de visitas”, así como falta de acceso a la salud y a defensores de derechos humanos.
Antes de que fuera conocido el caso de Elvia Junieth, Ortega ya había sido objeto de una denuncia similar por parte de su hijastra, Zoilamérica Ortega Murillo, hija de la vicepresidenta Rosario Murillo.
El caso de Narváez no progresó en el Poder Judicial, controlado por los sandinistas, y la hijastra terminó optando por el exilio en Costa Rica.
La familia de Flores Castillo siempre sostuvo que su caso no era político, sino humanitario, no obstante, responsabilizaron a Ortega de lo que le ocurriera a Santos Sebastián dentro de la cárcel.