El número oficial de contagios por COVID -19 en Venezuela alcanzó un nuevo récord desde el decreto de cuarentena. Nicolás Maduro acusa al presidente colombiano de querer contaminar de coronavirus al país bolivariano.

El más reciente informe lo dio a conocer Maduro la tarde del 20 de mayo: 3 casos de “transmisión comunitaria”, 5 casos por contacto con viajeros y 67 casos de venezolanos que han regresado de Colombia y Brasil. Lo que eleva el total de contagios a 824.

Con respecto a los venezolanos procedentes de Colombia, Maduro responsabiliza al presidente de Colombia, Iván Duque: “Esa es la orden que ha dado Iván Duque en una reunión infausta, dando órdenes para que se logre contaminar de coronavirus a Venezuela”.

Agregó que los migrantes venezolanos contagiados – presuntamente – habrían dicho que mientras caminaban para regresar a Venezuela “de un momento a otro los montaron en vehículos, autobuses, les dieron bolsitas con pancitos. Ellos dicen que estaban sanos en las ciudades de Cali y Medellín, que no habían tenido contacto con contagiados y presumen que los contaminaron en los autobuses”.

Críticos, en la mira del gobierno

Arrancando la décima semana de cuarentena en Venezuela desde el primer anuncio oficial de números de contagio de coronavirus, la credibilidad sobre las cifras emitidas por el gobierno que dirige Nicolás Maduro han sido cuestionadas.

A pesar del incremento en contagios del más reciente informe, Venezuela se mantiene como uno de los países de la región con menos casos de COVID-19 y muertes por la pandemia. Algunos expertos se preguntan cómo es eso posible tomando en cuenta la preocupación inicial expresada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto a Venezuela, que consideraba uno de los países más vulnerables para atender la emergencia.

Contradecir las cifras oficiales conlleva el riesgo de ser un perseguido político en Venezuela. Tal es el caso de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (ACFIMAN) que recibió amenazas por publicar el primer reporte científico sobre Covid-19 en el país, en el que alega que “las pruebas realizadas hasta ahora en Venezuela son insuficientes para estimar adecuadamente el tamaño real de la epidemia, y que con los datos disponibles hasta el momento el escenario de una epidemia bajo control con una curva aplanada es improbable”.

José Félix Oletta, ex ministro de Sanidad, dijo a DW que “el informe de ACFIMAN maneja dos escenarios que ellos han estudiado y estiman que el número de casos que se pueden producir pudieran llegar a mil casos al día o incluso a cuatro mil casos por día”.

Según Oletta, Venezuela se encuentra “en la fase plana, inicial, con pequeñas ondulaciones, en cualquier momento comienza a acelerarse el número de casos en forma masiva, eso podría presentarse entre junio y septiembre”. Aún con los recientes anuncios que marcaron un récord en el incremento de contagios, según el informe de ACFIMAN, se esperan cifras mucho más altas de contagios.

Para José Félix Oletta, Venezuela aún no ha “entrado en la fase de expansión, a la curva del pico de la onda más importante de la epidemia, por lo tanto, no hemos estado en el momento más difícil”.

¿Cuáles cifras son ciertas y cuáles no?

Hay razones para dudar del chavismo. Desde el año 2015 el gobierno no emite un boletín epidemiológico, no hay información detallada con respecto al suministro de las pruebas y no permite a laboratorios privados realizarlas.

Sin embargo, las críticas a los anuncios emitidos por las autoridades giran en torno a la falta de información más que en acusaciones de que mienten. En efecto, la cifra oficial de contagios confirmados concuerda con las pruebas PCR que administran diariamente. Las dudas que surgen son con casos fuera de esas pruebas que son contabilizados solo después de las denuncias hechas por la oposición.

El diputado opositor en el exilio José Manuel Olivares, por ejemplo, denunció el foco de contagios en la isla de Margarita antes de que fueran añadidos a la lista oficial; además dio a conocer que 22 policías contagiados en el estado Bolívar no han sido contabilizados. Hace días Olivares también denunció 4 muertes por COVID-19 que no están reflejadas en la cifra oficial.

El diputado habló a la Deutsche Welle y afirma que el problema está en que las autoridades “no están reportando las pruebas rápidas, solo las pruebas tipo PCR, y sólo se pueden hacer 100 pruebas PCR diarias en toda Venezuela”.

El estadístico Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, explica a la Deutsche Welle la dificultad de hacer análisis sobre Covid-19 en Venezuela sin tener toda la información necesaria.

A su juicio, las autoridades no mienten sobre los casos que dan positivo a la prueba PCR, pero “no se da a conocer el número de pruebas PCR diarias, sino solo los casos que dan positivo. Así es difícil hacer análisis. Los expertos calculan que el número real de contagios debe estar por el orden de 20 veces más lo que se anuncia oficialmente. Hay razones para creer que el gobierno está reportando la cifra que efectivamente dan positivos. Sin embargo, esa cifra dice poco si no se conoce la base”, indica Seijas.

Según el más reciente anuncio de Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación e Información, se han realizado un total de 616.562 pruebas, que equivalen a 20.552 pruebas por millón de habitantes.

Son cifras que el diputado Olivares ve difícil de realizar ya que no todo el mundo tiene “acceso a la prueba, el promedio que se tarda en recibir el resultado de la prueba fuera de Caracas son 14 días, sin duda, puede haber más casos que no se han podido hacer la prueba porque en Venezuela hay un solo sitio que tiene la capacidad para procesarla, que es el Instituto Rafael Rangel en la capital del país”.

Éxito en la prevención por accidente

Venezuela fue uno de los primeros países de la región en decretar una cuarentena nacional para prevenir los contagios con coronavirus. Ya antes del estado de alarma y la cuarentena por el coronavirus, Venezuela atravesaba varias crisis que limitaban la movilidad de los venezolanos. “Cinco vuelos internacionales por semana, escasez pendular de gasolina, delincuencia en las vías, bajo poder adquisitivo para vacacionar, entre otros. Esto hizo que la entrada y diseminación del virus fuese lenta”, señala Félix Seijas.

En efecto, varios expertos atribuyen las bajas cifras de casos de COVID-19 en Venezuela a un letargo en los contagios iniciales debido al limitado número de viajeros que ingresaban y salían de Venezuela desde antes del brote epidémico. Esto no quiere decir que el país está fuera de peligro. Según el ex ministro Oletta, “hasta que no tengamos las vacunas para prevenir no vamos a reducir el riesgo de contagio a menos de que sea simplemente a través de la inmunidad natural, pero eso requeriría que 60 o 70 por ciento de la población ya hubiese adquirido la enfermedad, lo cual básicamente no se alcanza sino en dos o tres años”.

Por el momento, mantener la cuarentena es la manera más práctica para evitar los contagios y también para que los gobiernos se preparen ante un incremento inminente de casos. Para el diputado Olivares, el gobierno está fallando en ese punto ya que “la lógica de la cuarentena para los gobiernos es construir capacidades, comprar el número de camas, ventiladores, organizarse y equiparse para, de acuerdo con los modelos matemáticos, tener capacidad de atención, lo que ha habido en estos días de cuarentena es un férreo control social y no se han construido capacidades”.

Para los ciudadanos en los sectores más humildes del país la cuarentena también se ha convertido en un desafío cada día más difícil de cumplir. La escasez de agua, gasolina y alimentos se unen a una hiperinflación que obliga a muchos venezolanos a salir de casa para ganarse el pan de cada día, buscar agua o gasolina para atender las emergencias.

Según Félix Seijas, hay temor de que el virus llegue a zonas populares, aunque “no despegó en estos sectores porque a Venezuela el coronavirus llegó por avión y esto se limitó, en un principio, a clases privilegiadas, donde las medidas se han acatado. Ahora, hay miles de migrantes regresando a Venezuela, muchos a pie. Cuando llegan a Venezuela tienen que cumplir con un confinamiento preventivo pero son retos tremendos para el gobierno”.

Es un desafío que el gobierno de Nicolás Maduro está aprovechando políticamente para denunciar a sus enemigos en la región con las acusaciones que hace a su homólogo en Colombia. Los nuevos protagonistas de la narrativa del chavismo ahora son los migrantes que escapaban de la crisis venezolana pero regresan víctimas de una crisis global y como instrumentos geopolíticos en medio de una pandemia cada vez más peligrosa en Venezuela.