La exMiss Universo Cecilia Bolocco revivió la antigua polémica del llamado “Bolocazo” de 2000, y afirmó que la fotografía que acaparó cientos de lineas en los medios de comunicación, está “trucada”.

El momento, tal como contó BioBioChile, ocurrió cuando por primera voz Bolocco coanimó el Festival de Viña del Mar junto a Antonio Vodanovic.

En el contexto de la obertura de dicho festival, fue que la mujer decidió dar una sorpresa y presentar un pequeño baile, el cual dejó a muchos asombrados porque, sin querer, habría mostrado más de la cuenta.

En el estreno del programa de Emilio Sutherland y Tonka Tomicic Los 2000, un zapping al pasado, este jueves, Bolocco se refirió a lo ocurrido hace ya 21 años.

“Siempre me pareció tan raro todo… Esa foto, sin lugar a dudas, está trucada”, dijo.

Cecilia Bolocco y su otra confesión

BioBioChile adelantó este jueves que Bolocco, además, se referiría a uno de los más duros episodios de su vida en medio del embarazo de su hijo Máximo.

Mientras hablaron sobre el matrimonio de Bolocco y el fallecido expresidente argentino Carlos Menem, que estuvo en boca de todos los comentaristas de farándula de ambos lados de Los Andes en 2001, llegó la confesión.

“Yo estaba esperando a Máximo, y ya había perdido una guagüita. Carlos estaba en campaña (electoral), y los médicos me dijeron que mejor regresara a Chile, que estuviera con mis doctores en casa”, dijo.

Agregó que “cuando llegué, me acosté y al día siguiente me levanto y empecé con síntomas de pérdida de nuevo“, añadiendo que mientras esperaba a su doctor decidió prender la televisión para mantenerse tranquila. Un error del que hasta hoy, confesó, se arrepiente.

“Cuánto lo lamento, Dios mío. No voy a decir quién era, porque falleció, pero él hablaba pestes de mí, las cosas más duras que he escuchado. Yo sentí que me ahogaba, y siento en mi estómago caliente todo, y era sangre”, recordó.

“Llamo desesperada a mi nana, a mi mamá y al doctor, que se viene corriendo… yo pensé que mi niño ya no estaba”, se lamentó.

No obstante, todo resultó de forma positiva, pues según continuó, “el doctor casi se muere cuando abre la cama, él sabía todo lo que me había costado, hasta que de repente grita ‘¡ahí está, ahí están los latidos!’… fue verdaderamente un milagro”.