Anoche, la invitada al programa “De tú a tú”, conducido por Martín Cárcamo, fue la cantante Katherine Orellana.

Hace 8 meses que está viviendo con su hijo nuevamente. Cuenta que el año pasado, después de “Bailando por un sueño” volvió a vivir con su mamá y luego logró independizarse nuevamente. Revela que siempre ha vivido con su hijo, pero intermitentemente por los viajes que hacía, y luego por sus problemas con el alcohol. En ese período, su mamá le quitó a su hijo por tribunales porque ella no podía tenerlos. Toda su familia le dio la espalda.

“Me sentí en el suelo. La única forma que me hizo entender fue arrodillarme y verme tan así, ni con 100 pesos en los bolsillos, así pata. Sin ni uno, tirada, sin mi papá, sin mi mamá, sin mi hermano, sin mis amigos, porque los amigos buenos que tenía ya estaban chatos de que me mandara puras cagás. Me arrodillé y le pedí a Dios con todas mis fuerzas. Le entregué mi vida a Dios”, indicó.

Martín retrocede en la historia de la cantante para tratar de dilucidar todo lo que pasó antes de que ella tocara fondo, por eso le pregunta por la primera vez que consumió droga. Ella responde que a los 15 fumó marihuana y alcohol. Ella dice que cree que es borderline.

“Siempre era muy amiga de los amigos, vamos hasta el final”. Recuerda que era muy rebelde, muy al límite y que enganchaba para demostrar que era buena onda ya que necesitaba la aceptación de sus amigos. Sus papás lo pasaron muy mal. “Me trataban de controlar y castigar, pero era un poco difícil porque ellos son feriantes, y llegaban muy tarde, entonces el control que había con respecto a mí y a mi hermano era mínimo. Después, a los 16 comencé a trabajar, a ganar plata y me quise ir como a los 17, terminado el cuarto medio” pero terminó volviendo a su casa.

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Su mamá fue la que la incentivó a entrar a “Rojo”. Ella la llevó al casting. Recuerda que cantó Fallin’ de Alicia Keys sin saber qué significaba. Asegura que durante lo que duró el programa ella estaba contenida, controlada. Pero cuando terminó el espacio de TVN, se desbordó.

“No seguí trabajando. Seguí pensando que las cosas iban a llegar en bandeja de oro. Y se me fue de las manos. La plata que había juntado se fue. Ahí probé la droga dura. Cocaína”, confesó. Dice que primero fue ocasional, la consumía para seguir bebiendo.

“Estaba haciendo dos cosas a la vez: estaba trabajando en eventos y estaba consumiendo, durmiendo poco. Y siendo mamá. Facundo andaba conmigo para todos lados, le pagaba a una nana que me ayudaba. Me pasó la cuenta cuando me cansé. El cuerpo se te cansa. Me vino como una post depre de cansada de tanto carretear. Partía en la mañana, haciendo el aseo y tomando vodka. Iba a dejar a Facundo al jardín y llegaba a la casa a tomar vodka y así todo el día. Era como una estabilidad ebria. Cuático”. Agrega que “Es como estar atrapada, como que te das cuenta, pero no cachai cómo salir, pero en realidad no quieres salir”. Reconoce que mínimo se tomaba dos vodkas al día. En la noche dormía. No sabía cuánto tomaba. “Era desproporcionado el alcohol que tomaba”.

Confiesa que su problema fue el ego. “Como perdí todo esto que eran las luces, traté de alimentarlo de otra forma”. Martín indaga en su relación con su hijo, estando alcoholizada. “No estaba nunca con mi hijo. Se lo dejaba a mi mamá o a mi cuñada”.

Asegura que lo más peligroso en las adicciones es ser funcional. “Que tú estás en consumo y ser funcional. Hay personas que pierden todo por el consumo, porque no son funcionales. Y hay gente que puede mantener, pero cuánto les va a durar, lo que me duró a mí, la nada misma. Uno colapsa porque no puede hacer las dos cosas. Te mata, te vas envenenando, te vas intoxicando, te vas llenando de prejuicios, de mierda, llenando de malos pensamientos, de morbo. En consumo, tu mente cambia. La persona linda que eres o que tienes se va a la chucha porque empieza todo lo negativo tuyo. Refuerza todo lo malo tuyo”. Kathy reflexiona que su vida va a ser así: “Tocar fondo para aprender. Tocar fondo para aprender”.

Esa Kathy que tocó fondo para ella es una que “tiene furia, con toda la rabia del mundo. Traicionada, pisoteada, angustiada, drogada, alcoholizada. Esa Kathy era”. Cuenta que vio el video de su detención en cuanto salió. “Estaba desatada. No había ni un poco de mi esencia ahí. Pero ojo, que uno tiene que aprender que todo lo malo que soy, no es que me niegue a serlo. Lo admito, yo soy así. Pero ese ‘yo soy así’ tengo que aceptarlo para que no esté aquí”.

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“El momento más complejo fue cuando estaba con mi ex y me llamó mi hijo, y me dijo ‘mamita te extraño’ y se puso a llorar y mi mamá lo retó. Le dijo ‘no llore mijito, si yo estoy aquí para confortarlo’. Ahí me sentí mierda, mierda como mujer. Me dije ‘¿cómo estoy con un hue*** en vez de estar con mi hijo?’ De ahí tomé mis cosas y me fui donde mi mamá. Le dije que me quería devolver a la casa, y me dijo que sí. De todos los cag***s que hice, ese llamado me quebró el saque”. Afirma que su hijo es la fuerza para no recaer.

Cuenta que después se fue a vivir sola nuevamente y le pidió a su mamá que Facundo se fuera a quedar con ella. Lo baño y no tenía secador para secarle el pelo a su hijo. “Le daba gracias al Señor porque decía ‘si yo igual puedo empezar de cero’ porque lo tuve todo y lo perdí todo”, y se quiebra al recordar ese momento.

“Verme en esa situación, de ‘vamos de nuevo’, dije no importa, de a poco voy armando mi casa de nuevo. Y así ha sido. Ya tengo secador. Tengo mis cosas de nuevo, pero ha sido puro ñeque de ahora. Lo he construido en menos de seis o siete meses. Me doy cuenta de que con esfuerzo y con el amor de Dios, mi vida tomó un giro inesperado y bonito que no me hace sentir vergüenza, sino que me hace sentir orgullosa de mi misma por primera vez”. Desde ese día, su mamá no le pidió que le llevara al niño de regreso.

Facundo

Kathy tomó la decisión de que su hijo Facundo no supiera la identidad de su papá. Tomó esa decisión porque “quería ser mamá a toda costa. Tenía esa necesidad de ser mamá. Y en ese tiempo, yo estaba trabajando en Quintero y conocí a alguien. Salimos. Era un buen tipo, un profesional, músico, no es vicioso. Dije ‘aquí la voy a hacer’. Fue súper egoísta de mi parte, tengo que asumirlo. Jugué con la confianza de un encuentro que fue de adultos y mentí en que me estaba cuidando y no”.

A raíz de eso quedó embarazada y la otra persona no quería que tuviera al bebé. Ella le agradeció, pero no le interesaba que se hiciera responsable ni apoyo económico. Estaba decidida a tenerlo sola. Ahora lo está buscando porque el niño lo pidió.

“Tengo que priorizar a mi hijo. Eso me hizo pensar en la Pandemia, a mi hijo siempre lo ponía por debajo de todas las cosas que yo hacía” y dice que ahora ya no. Ahora es su prioridad.

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Sexualidad

Kathy revela sin tapujos que, para ella, el sexo es importante en una relación. “Cuando una tiene vicios una es propensa a que si le gusta algo es con todo. Es lo mismo. Cualquier cosa que yo haga, es con todo. Si tengo una pareja, tiene que ser bien activo. Por la mañana y por la noche”, se ríe pero lo confirma. Confiesa que se ha disfrazado en la intimidad.

Martín le pregunta si con su cambio de peso, cambió su sexualidad. Ella sentencia que sí: “Claro. Cuando era gordita no conocía el orgasmo, porque no disfrutaba. No sabía lo que era porque tenía relaciones sexuales, lo pasas bien pero no llegas al clímax sin saber, porque inexperta. Las primeras veces que tuve relaciones siendo gordita, no fueron muchas, nunca conocí eso. Ya cuando fui flaca, me desaté, con la luz prendida, ahí lo conocí. Ahí conocí a la mujer sexual que era. Antes era como asexuada, si tú no me pescabas yo no hacía nada, era súper quedada”.

Agrega que “adoro tener sexo con la persona que amo. Con la persona que te guste, que te encante, que te pasen cosas. El promiscuo no lo entiendo mucho. A mí me tienen que pasar cosas sino no puedo”.

“Rojo, Fama contra Fama” y su carrera

Kathy recuerda su paso por “Rojo” como la mejor época de su vida. Confirma que la relación más profunda que le dejó el programa de talentos es su amistad con el bailarín Rodrigo Díaz, quien estuvo con ella en las buenas y en las malas. Martín le muestra un video saludo de Rodrigo lo que provoca la emoción de Kathy.

“No lo veo hace mucho tiempo. Rodrigo fue de los primeros amigos que estuvo conmigo cuando caí en la cocaína. Él me trató de ayudar, me abrió las puertas de su casa, me dejó vivir con él”. Martín le pide ahondar en este tema.

“Cuando estaba mal me retaba porque salía en los medios por puras tonteras. Hasta que un día me dijo ‘ya vámonos para mi casa y te vienes a vivir conmigo’. Estuve varios meses viviendo con él. Me invitó a conocer el Centi, que es una organización cristiana que estudia la Biblia. Ahí en su departamento recibí a Cristo. Nos arrodillamos en su casa y Rodrigo oró por mí, por mi vida, por las vidas de mi familia. Y ahí comencé a conocer la parte espiritual y a leer la biblia. Lo que pasa es que soy una hija bastante porfiada, voy y vengo. Cuando me mantengo de la mano de Dios, todo funciona perfecto. Todo encaja perfecto”.

Retomando el tema de su carrera, dice que “siento que cuando se acabó ‘Rojo’ se me acabó el apetito de la música”. Martín le pregunta si es verdad que su tema icónico “Ayayay” es de Celia Cruz. Ella dice que así es. La cantante cubana se la regaló luego de escucharla cantar.

Sus cambios físicos

Cuenta que tiene extensiones, que se puso botox en la frente y en las patas de gallo, y ácido hialurónico en la nariz y en los labios. Implantes de senos. Se hizo la abdominoplastía y el bypass gástrico. Dice que se cuida para comer.

“Igual ha sido un proceso fuerte. Por ejemplo, antes había mucha afinidad con las mujeres. Ahora ya no y te miran y dicen ‘esta está entera operada’”. Enfatiza que no buscaba ser como modelo, sino que “quería estar flaca por comodidad. Se fueron dando las cosas y el proceso y me fui dando cuenta que había cositas que uno se podía hacer (…) Ahora entiendo que es un gusto que ayuda a la seguridad, al ego como mujer”. Declara que siendo gordita se le hacía fácil llegar a todas partes, pero ahora, con kilos menos y la misma intención, la miran feo. “No es que yo haya cambiado mi forma de pensar. La gente cambió la forma en que me ven, pero porque es un envase, yo sigo siendo la misma”.

Para finalizar, Martín le muestra un video con un saludo de su hijo Facundo, quien dice que ella es la mujer más hermosa de su vida. Kathy se emociona al escucharlo y más aún cuando ve el regalo del programa: un dibujo de Facundo enmarcado en donde sale el niño, Kathy y la mamá de Kathy, tomados de la mano.

Este martes, el invitado será el ex futbolista Carlos Caszely.