El programa Pegasus, desarrollado por la empresa tecnológica israelí NSO Group, es el eje central de una investigación hecha por The Washington Post, Amnistía Internacional y Forbidden Stories, entre otros. Juntos revelaron que más de 50.000 líneas telefónicas de activistas, periodistas y políticos fueron espiadas mediante Pegasus, en nombre de una docena de estados. Algunos de los números intervenidos son de corresponsales extranjeros de France 24.

Miembros de familias reales árabes, líderes de empresas, activistas de los derechos humanos, periodistas, políticos, funcionarios gubernamentales –incluidos jefes de Estado y de Gobierno–, ministros y diplomáticos, hacen parte del grupo de personas cuyas líneas telefónicas fueron intervenidas con el programa Pegasus, un software desarrollado por la tecnológica israelí NSO Group, usada para el espionaje.

Esta revelación hace parte del ‘Proyecto Pegasus’, la investigación publicada este domingo por un consorcio internacional de más de 80 periodistas de 17 medios y 11 países diferentes, coordinado por la organización francesa sin ánimo de lucro Forbidden Stories, con el apoyo técnico del Laboratorio de Seguridad de Amnistía Internacional (AI).

Forbidden Stories, junto a la organización AI, tuvo acceso a una lista con más de 50.000 números telefónicos de muchos países del mundo. La información fue entregada a los medios de comunicación que hicieron parte de una pesquisa de varios meses.

De los números publicados en la lista, se confirmó que por lo menos 37 fueron infiltrados con el spyware que, si se logra descargar en un teléfono, es capaz de recuperar mensajes, fotos, contactos, activar a distancia la cámara y el micrófono, e incluso escuchar las llamadas de su propietario o propietaria.

Pegasus: el arma para socavar la libertad de expresión

El consorcio de Forbidden Stories y Amnistía Internacional logró acceso a una lista –compilada en 2016–, de 50.000 números que clientes de la empresa israelí NSO Group, creadora del software espía, seleccionaron para que fueran investigados.

De esos números, los autores de la investigación publicada este domingo identificaron a 1.000 personas que viven en 50 países.

Entre las víctimas de espionaje hay personalidades de la realeza árabe, 65 altos cargos de empresas, 85 activistas de derechos humanos, 189 periodistas y más de 600 políticos y funcionarios gubernamentales, incluidos jefes de Estado y de Gobierno, así como ministros y diplomáticos.

De los números intervenidos, se sabe que 15.000 son líneas de México pertenecientes a políticos, periodistas y sindicalistas.

Según la publicación, entre los clientes de NSO Group que ordenaron esta operación de espionaje hay Gobiernos y agencias de seguridad que usaron Pegasus para infiltrar los teléfonos.

“Como ilustrará el ‘Proyecto Pegasus ‘en los próximos días, estos clientes gubernamentales incluyen regímenes autocráticos (Bahrein, Marruecos, Arabia Saudita) y democráticos (India, México) y abarcan todo el mundo, desde Hungría hasta Azerbaiyán y Europa, desde Togo hasta Ruanda, en África. Ninguno ha dudado en atacar a periodistas, defensores de derechos humanos, opositores políticos, empresarios e incluso jefes de Estado con esta intrusiva tecnología”, afirma la investigación.

En declaraciones a The Washington Post, NSO Group rechazó identificar a los Gobiernos a los que llegó a vender el software espía.

“Estos números de teléfono filtrados, que Forbidden Stories y sus socios han analizado durante meses, revelan por primera vez la asombrosa escala de vigilancia que pesa sobre periodistas y defensores de derechos humanos, pese a las reiteradas declaraciones de NSO Group, que asegura que sus herramientas se utilizan exclusivamente para apuntar a criminales peligrosos y terroristas”, sentencia la publicación.

Por su parte, Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía, habló sobre cómo algunos quieren controlar la narrativa pública, silenciando voces criticas en el mundo: “Estas cifras muestran de manera llamativa lo generalizados que están estos abusos, que ponen en peligro la vida de los periodistas, pero también la de sus familias y sus colegas. Esto socava la libertad de prensa y cierra la puerta a cualquier medio crítico”.

Además, en la lista de números telefónicos espiados –o que hubo un intento de hacerlo–, aparece el teléfono Android de la egipcia Hanan Elatr, quien fuera una de las esposas del periodista saudita Jamal Khashoggi.

El teléfono de la que fue posteriormente su prometida, Hatice Cengiz, también fue infiltrado por Pegasus, solo unos días después de su asesinato.