Han debido pasar miles de años para llegar a ser lo que somos, con diferentes cambios por los que los humanos hemos pasado, tanto a nivel biológico como mental.

Es así como la evolución ha hecho que algunos órganos de nuestro cuerpo hayan dejado de cumplir con la función que originalmente tenían.

Los cambios en la alimentación y el modo de vida han influido en este tipo de cambios, los que vistos en perspectiva resultan sumamente interesantes.

¿Alguna vez te has preguntado qué partes de nuestro cuerpo ya no cumplen una función, o al menos ninguna importante? A continuación te presentamos algunas de ellas.

Apéndice

El apéndice es un órgano que ha sido extirpado en varias personas, pues es propenso a inflamarse, dando paso a la conocida apendicitis, una dolorosa afección.

Hace un tiempo investigadores de la Universidad de Midwestern de Arizona, del Centro Médico de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, de la Universidad de Stellenbosch en Sudáfrica y el Museo Nacional de Historia Natural de Francia, publicaron un estudio en el que indicaban que el apéndice podía ser un reservorio de bacterias intestinales beneficiosas.

No obstante, esto no ha sido confirmado, por lo que la comunidad científica coincide en que el apéndice no cumple una función en nuestro organismo.

Tal como recoge el sitio News Medical, diversos biólogos apoyan la teoría de que el apéndice es un órgano rudimentario que fue utilizado una vez por nuestros antepasados herbívoros.

“Fue encontrado que en vertebrados herbívoros, el apéndice es comparativamente más grande y ayudó en la digestión de la comida herbívora resistente tal como la corteza de un árbol”, señala el portal.

Muelas del juicio

Aunque hubo un tiempo en que el ser humano necesitaba estas muelas, conocidos como terceros molares, por su dieta, luego de comenzar a cocinar sus alimentos su rol fue quedando de lado.

Hoy en día son inservibles, precisamente debido a que la dieta que llevamos las hace innecesarias.

Cabe destacar que no siempre deben ser extraídos, ya que si al erupcionar se encuentran en una posición adecuada, y son de accesibilidad al paciente para poder higienizarse, pueden funcionar como un diente cualquiera.

Heraldo Seguel, cirujano Máxilo Facial de Clínica Ciudad del Mar, explicó anteriormente que estas muelas no sólo pueden dar origen a serios problemas infecciosos, sino que también pueden desarrollar procesos tumorales benignos o malignos.

Oleg Magni | Pexels (CCO)
Oleg Magni | Pexels (CCO)

Músculos en las orejas

Hoy en día hay algunas personas que son capaces de mover sus orejas debido a que aún mantienen el gen que determina la presencia de tres músculos en esta zona: el anterior, el posterior y el superior.

Hace miles de años, este movimiento permitía dirigir las orejas y agudizar el oído. Sin embargo, actualmente esto no tiene ninguna función.

Los expertos creen que los seres humanos perdimos esta habilidad sencillamente porque ya no tenemos depredadores a la vista, así como también dejamos de cazar.

Músculo palmar

El llamado músculo palmar, o palmar largo, se perdió en entre un 10 y un 15% de los seres humanos, y según los expertos, es una clara evidencia de la evolución.

Se trata de un músculo largo y estrecho que se extiende desde el codo hasta la muñeca, y que era utilizado por nuestros ancestros para trepar.

No obstante, debido a que el ser humano no trepa -al menos como actividad frecuente- el músculo fue desapareciendo.

Este tendón sirve mucho para nuestros parientes, como los chimpancés y orangutanes, quienes pueden sujetarse mejor a las ramas de los árboles.

Yazemeenah Rossi | The Dreslyn
Yazemeenah Rossi | The Dreslyn

Pezones masculinos

En el caso de los hombres, los pezones no cumplen ninguna función en específico, y es probable que no lo hagan en el futuro.

Así lo afirma un artículo del portal español 20 Minutos, en el que se indica que esta protuberancia tiene su origen en el vientre materno y en cómo nos desarrollamos durante las primeras etapas de la gestación.

Será en la pubertad cuando las niñas comiencen el desarrollo de mamas y pezones, cuya función principal a futuro será la de amamantar a sus bebés.

Sin embargo, estos cambios fisiológicos no son experimentados por los varones, ya que ni sus mamas ni pezones cumplirán algún rol. Y aunque el hombre efectivamente aporta sus genes para lograr el embarazo, no intervendrá orgánicamente en el desarrollo del feto.