Cuando hablamos de iceberg, generalmente nos imaginamos grandes masas de hielo con formas irregulares que destacan por sobre el mar.

Es por esto que la imagen de un iceberg perfectamente rectangular en la Antártida ha llamado la atención en las redes sociales.

Se trata de una fotografía dada a conocer por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), la cual fue tomada gracias a la Operación IceBridge. Este proyecto está diseñado para registrar los cambios en el hielo polar ártico y antártico desde un avión.

Luego que la publicación de la NASA se viralizara en Twitter, diversos usuarios comenzaron a especular con sus propias teorías sobre su origen.

Sin embargo, rápidamente los expertos salieron a aclarar las causas que provocaron la peculiar forma de la masa de hielo, descartando que hayan participado humanos en su formación.

Kelly Brunt, científica de la Universidad de Maryland, explicó al sitio especializado Live Science que existen los típicos iceberg que la mayoría conoce, aquellos similares al “que hundió el Titanic”.

“Y luego tienes lo que se llama ‘icebergs tubulares’. Se forman largos, planos, rectos y se rompen al final (…) Lo que hace que esto sea un poco inusual es que parece casi un cuadrado”, aseveró la especialista.

Por su parte, la NASA añadió otros detalles de este iceberg, indicando que tendría más de 1,6 kilómetros de ancho, y más de 1 kilómetro de longitud. Se cree que se desprendió de la plataforma de hielo Larsen C.

Pero ese no fue el único iceberg que captó la atención de los expertos, ya que otra masa ubicada en el mar de Weddell fue bautizada como Pizzaberg debido a su forma de… pizza.

Según recoge el medio argentino Infobae, este bloque de hielo se desprendió en la misma zona, y en similar periodo, que el rectangular.

Recordemos que fue en julio de 2017 cuando se registró uno de los desprendimientos más grandes en la Península Antártica: un trozo de hielo de entre 5.800 y 6.000 km², equivalente a nueve veces la superficie de la ciudad de Santiago, comenzó a derivar en el Océano Austral.

Esta nueva plataforma recibió el nombre de Larsen C, sumándose a las dos anteriores, Larsen A y B.