Como estaba pronosticado, a eso de las 19:10 horas de Chile, la sonda Osiris-Rex de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa, por su sigla en inglés), tocó la superficie del asteroide Bennu en la denominada maniobra Touch and Go.

La misión busca traer al menos unos 60 gramos de material del cuerpo celeste, conocido popularmente como “asteroide de la muerte”. Esto, porque en 2135 pasará entre la Luna y la Tierra, pudiendo causar un desastre sin proporciones.

“Aterrizaje confirmado”… “Muestreo terminado”, anunció la agencia espacial durante la retransmisión en directo de las operaciones, arrancando una ovación entre el equipo al final de esta operación de algunos segundos, que llega más de cuatro años después del lanzamiento de la sonda.

Osiris-Rex fue lanzada en septiembre de 2016 y, tras un largo viaje, llegó a las cercanías del asteroide en diciembre de 2018.

A través de Twitter, la Nasa informó el paso a paso de las maniobras. A las 19:07 horas dio cuenta que estaba a 25 metros de la superficie del cuerpo celeste. “Es casi tiempo”, escribieron.

Más tarde, a las 19:11 horas se encontraba a sólo 5 metros. “No hay peligros a la vista”, detallaron, por lo que prosiguieron con la misión. A segundos de ese anuncio se produjo el aterrizaje, para luego moverse “a una distancia segura lejos de Bennu”.

“Los datos preliminares muestran que el evento de recolección de muestras de hoy fue según lo planeado. Más detalles vendrán una vez que todos los datos del evento estén conectados a la Tierra”, anunciaron desde la agencia tras finalizar las maniobras.

Se espera que la sonda arribe nuevamente a nuestro planeta en septiembre de 2023.