Todo se pudrió desde el momento en que Aylwin dijo que habría justicia en la medida de lo posible", reflexionó Alfredo Castro a raíz de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.

Alfredo Castro es uno de los candidatos al Premio Nacional de Artes de la Representación 2023. La iniciativa, que emana desde un grupo de colegas, corona casi cinco décadas de carrera en medio de un prolífico presente cinematográfico.

“Cuando me propusieron postular al premio, no dije que sí de inmediato. ¡Lo pensé harto! (…). El foco está puesto en mis 45 años dedicado al teatro y como pedagogo. Esa es mi labor más contundente e histórica, porque también está el reconocimiento a mi trayectoria, pero esos son honores para el cine chileno más que para mí. Siempre he pensado que uno para ser docente tenía que demostrar en su cuerpo quién era uno en su obra. Y pienso que los alumnos y alumnas que he tenido han podido comprobar que mi cuerpo es evidencia del trabajo que he hecho durante todos estos años”, señaló en diálogo con The Clinic.

“Siempre ha sido esquiva mi relación con la academia y las instituciones, a pesar de que siempre he estado ligado a varias. He hecho clases en la Universidad de Chile, en la Católica, en el Duoc, en la Mayor y en la Andrés Bello, donde además fui director de carrera. En regiones también, he estado en muchas partes, pero siempre ha sido de manera muy esporádica. Uno, porque yo tengo que trabajar en otras cosas para poder vivir y nunca puedo amarrarme”, agregó.

La candidatura del actor y director del Teatro La Memoria la impulsa la compañía Teatro La Provincia, dirigida por Rodrigo Pérez, colaborador de Castro desde 30 años. El Premio Nacional de Artes Plásticas, Gonzalo Díaz; la escritora Diamela Eltit y Héctor Noguera, entre otros, apoyan al artista.

Por el galardón, Castro competerá contra el documentalista Patricio Guzmán, el dramaturgo Marco Antonio De la Parra, y los actores Luz Jiménez, José Soza y Jaime Vadell.

Consultado por su visión sobre la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, Castro se mostró apesadumbrado: “Sin pasado, no hay futuro, y eso al parecer no es compartido por todos y ha dado espacio al negacionismo y a la regresión de ciertas ideologías nefastas. Se requiere entonces más memoria y más justicia, pero no la ha habido, tampoco educación al respecto”.

“Habría sido muy distinto si en Chile se hubiera hecho algo similar a lo que se hizo en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, que no fueron solo los juicios sino que se levantó desde el Estado un discurso de no repetición y la población era llevada a los centros de detención para que supieran lo que había sucedido allí. Aquí, esa labor de memoria la han hecho las agrupaciones de detenidos desaparecidos, no el Estado. Todo se pudrió desde el momento en que Aylwin dijo que habría justicia en la medida de lo posible. Fue sumamente desafortunada esa frase y aún la arrastramos como una tragedia que se repite”, reflexionó.