El pond skaters, “zapatero” o Gerris lacustris –es tan relativo eso de los nombres: en alemán sería “der Wasserläufer”- tiene una capacidad que lo hace singular: camina sobre el agua. También se les llama “enclaraguas”. La reconvierte en elemento humano. Como Camila Fadda Gacitúa en su libro “Mover el agua” (Editorial Los Perros Románticos).

Por Marcel Socías Montofré

Por la palabra. Ese instrumento de comunicación tan desperfilado por estos días. Como cantos de sirena sin mar. Ni marinos. Ni magia. Ni sonido. Vacías. Pero necesarias. Como todo proceso de autopoiesis. Como todo realmente creativo. Crear y recrear. Por ejemplo, Camila Fadda en su propuesta poética de “Matriz”:

Ni luz ni sombra ni ruido
ni cosa que se moviera.
Quietud y silencio y agua
sin arriba sin abajo
sin vértigo ni gravedad.
Nada que se mantuviera erguido
nada que se desmoronara.
Ni frío ni calor ni hambre ni sed.

Sólo
líquido y latido.

(Página 10).

Camila Fadda (c)

Igual que el “der Wasserläufer”. Oportunamente conocido por caminar sobre los espacios de agua dulce en Europa. Pero también de América -la nuestra por derecho de palabra, idioma y lenguaje-, la “Opción”:

Un día creí necesitar.
Estuve a punto y casi acciono
palabras urgentes desde mi orilla:
tres pulsos cortos
tres pulsos largos
tres pulsos cortos
pero la piedra en el zapato
me recordó el rumbo y fui asumiendo la cojera.
Opté por no necesitar
tarareé una canción.
Dije cualquier cosa.

(Página 20).

Vaya engaño, ¿eh? Porque en las manos de Camila Fada Gacitúa “cualquier cosa” realmente puede ser cualquier cosa. Hay cierta sensación de arcilla y artesana en su escritura. Sopla y da vida. Camina sobre el agua. La mueve, la aclara y hasta provoca y genera “Reflejo”:

Yo eres un ave que no me canta
tú soy el alpiste en el comedero
yo eres rocío de la mañana
tu soy la hierba que lo recibo
yo eres esa imagen en el agua
tu soy yo que te reflejas
te adornan las plumas que llevo puestas
escucho tu canto en mi garganta
háblame de pájaros con mi voz
para decirme cómo suena
y quién me canta.

(Página 46).

¿Vio que es como caminar sobre el agua? Por cierto, como Camila Fadda en todo tiempo, retorno y sentido:

Camila Fadda Gacitúa – Chillán Poesía 2016

Ahora bien. En este ahora tan necesario de recuperar sentidos, la propuesta de Camila Fadda es incluso más profunda y más 2020. Es “Mover el Agua II”:

Me posé sobre el agua
y la tensión que fue del cuerpo
es ahora de la superficie y así
me mantuve a flote sin esfuerzo.
Fui de una orilla a otra orilla
vórtices espirales tras de mí.
En cada costa asomaron los curiosos
nadie se atrevió a decir mi nombre.
Me llamaron zancudo gekko argyroneta
y otros nombres que por ajenos no recuerdo.
Yo pasé ante todos con la mirada puesta lejos
propagando una estela que se diluyó
antes de alcanzar las costas.
Un junco se meció apenas.

(Página 56).

“Mover el agua”, Editorial Los Perros Rabiosos (c)

“Mover el agua”
Camila Fadda Gacitúa

Editorial Los Perros Rabiosos