El ejército afgano lanzó el martes con apoyo aéreo estadounidense una contraofensiva para recuperar Kunduz, la estratégica ciudad del norte de Afganistán ocupada la víspera por los talibanes.

Es la primera vez que los talibanes logran conquistar una gran ciudad afgana desde que fueron expulsados del poder en 2001 por la invasión estadounidense.

“Refuerzos del ejército afgano comenzaron la operación para reconquistar la ciudad de Kunduz”, informó el martes un comunicado del ministerio afgano de Defensa.

“La batalla está en marcha. Las fuerzas afganas se enfrentan a la resistencia de los talibanes pero logran avanzar”, dijo Sayed Sarwar Hussaini, portavoz de la policía de la provincia de Kunduz.

“Ya se han recuperado la sede central de la policía y la cárcel de la ciudad”, agregó por su parte el ministerio de Defensa.

El ejército afganos movilizó efectivos de otras provincias y a sus fuerzas especiales, que instalaron su base en el aeropuerto de Kunduz, la estratégica ciudad de 300.000 habitantes en la carretera entre Kabul y Tayikistán.

El ejército afgano ya no puede contar con el apoyo terrestre de la OTAN, cuyos 13.000 soldados en Afganistán se dedican exclusivamente a una tarea de consejo y formación.

En cambio, las fuerzas armadas estadounidenses, que regularmente atacan con drones a los insurgentes en el este del país, aportaron un apoyo aéreo al ejército afgano.

El martes por la mañana, por primera vez, hubo un ataque aéreo en Kunduz para apoyar a las fuerzas afganas y a las de la OTAN desplegadas en la zona, indicó un portavoz de la Alianza.

Esa ayuda aérea apunta a respaldar a las tropas afganas, desbordadas por los insurgentes islamistas, que el lunes se ampararon de Kunduz y liberaron a “centenares de presos”, entre ellos muchos de sus combatientes.

Situación caótica

Los talibanes exhortaron a los habitantes de Kunduz a seguir con la vida de todos los días, para ganarse la simpatía de la población civil.

Sin embargo, un empleado de una ONG dijo que los talibanes habían derribado la puerta de la sede y que “habían robado el material de otras organizaciones”.

La toma de Kunduz, quinta ciudad más poblada de Afganistán, ocurrió al cumplirse el primer aniversario del gobierno de unión nacional formado por el presidente Ashraf Ghani.

Ashraf Ghani prometió instaurar la paz en un país en conflicto permanente desde hace 30 años, de los cuales 14 con los talibanes.

“Sí. El enemigo está en la ciudad y se amparó de la cárcel y otros edificios públicos, pero se están desplegando refuerzos y vamos a retomar la ciudad”, afirmó categórico Sediq Sediqqi, portavoz del ministerio del Interior.

Los talibanes desplazaron la batalla al terreno simbólico. Su portavoz habitual, Zabihullah Mudjahid, difundió en Twitter una foto donde se ven a combatientes izando la bandera blanca de los talibanes en el centro de la ciudad.

“La situación es caótica. No puedo hablarle, me estoy subiendo a un helicóptero para irme”, dijo a la AFP Safiullah, un representante local.

Los talibanes “tomaron el control del hospital municipal de Kunduz, de 200 camas”, indicó un responsable tribal.

Desde el lunes hubo 16 muertos en Kunduz, dijo el ministerio de Salud de Afganistán, sin precisar si se trataba de civiles o soldados. Por su parte, un responsable del ministerio del Interior había dado cuenta de dos policías, cuatro civiles y 25 talibanes muertos.

El retorno de los talibanes preocupa a las mujeres, que temen que vuelvan a aplicar un política discriminatoria.

“Tenemos miedo de salir a la calle, de ser golpeadas por los talibanes”, dijo Sadiqa Sherza, una mujer que dirige una radio.

Se trata de “una gran victoria”, declaró el jefe de los talibanes, el molá Ajtar Mansur, que remplazó al fallecido Omar.

Esa victoria le permite reafirmar su autoridad frente a la familia del molá Omar, que había cuestionado su designación al frente del movimiento.

“Quizás no podamos mantener el control de la ciudad a largo plazo, pero es una respuesta al gobierno afgano que afirma que sólo tenemos fuerza en la zona fronteriza con Pakistán”, en el este de Afganistán, dijo a la AFP un comandante talibán instalado en la ciudad paquistaní de Peshawar.

Kunduz es un centro comercial estratégico, situado a menos de 100 km de la frontera con Tayikistán, que los talibanes ya habían atacado en dos ocasiones este año.

Además de la guerrilla de los talibanes, que nunca cesó desde 2001, las fuerzas policiales y militares deben luchar contra milicianos del Estado Islámico (EI), cada vez más presentes en Afganistán.

El domingo pasado, militantes del EI lanzaron una primera gran ofensiva contra la policía afganas en la ciudad de Nangarhar, matando a dos policías.