Chilquinta reconoció haber comprado terrenos rurales en Quillota con el fin de “amarrar” proyecto eléctrico de torres de alta tensión. Dicha confirmación ratificaría los dichos de vecinos que se oponen al proyecto, quienes aseguran que la iniciativa no aceptará modificaciones a un cuestionado trazado.

El proyecto es el Subestación La Palma, que propone una línea de transmisión eléctrica de aproximadamente 5 kilómetros, con 20 torres de alta tensión de hasta 30 metros de altura y que atravesaría Quillota, de cordillera a mar, pasando por sectores rurales, como Santa Olivia, Fundo Santa Teresa, Lo Mardones y La Palma, entre otros.

Eduardo Figueroa, presidente del Comité Por un Campo sin Torres, explicó a Radio Bío Bío que se oponen al trazado, porque afecta la calidad de vida de los residentes y provoca contaminación visual y electromagnética en zonas destinadas para producción agrícola.

El dirigente denunció engaños de parte de la empresa al señalar que el proyecto está en una etapa inicial y que permite la posibilidad de trazados alternativos. Según Figueroa, esto no se condice con la compra de terrenos que ha realizado en la zona.

Dichos que fueron confirmados por José Morales, gerente técnico de Chilquinta, quien explicó que la compra de terrenos corresponde a una estrategia empresarial a fin de “amarrar” el trazado, dijo.

Chilquinta propone el trazado como el más factible, mientras que los vecinos solicitan que no se decida la opción más económica, sino las más sustentable para la gente, en una iniciativa que alcanza los 7 millones de dólares.

En la actualidad el proyecto se encuentra en su etapa de ingeniería. En julio de este año entraría al Sistema de Evaluación Ambiental, para construirlo a principios de 2016 y comenzar a operarlo a fines del mismo año.