En el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago se inicia este lunes, a eso de las 09:00 horas, el juicio oral contra Carlos Riquelme Ariz, acusado de conducir bajo los efectos del alcohol, atropellar y causar la muerte de Miguel Castro Aguilera (31 años), quien volvía de su trabajo, el 26 de junio de 2013.

La Fiscalía Metropolitana Centro Norte está solicitando que se aplique al inculpado, una pena de 10 años de presidio efectivo e inhabilitación perpetua para manejar. La alcoholemia practicada al sujeto al momento de los hechos arrojó un nivel de 2.76 gramos por mil de alcohol en la sangre.

El caso reviste importancia al considerar que Riquelme Ariz ha sido condenado dos veces anteriormente por el mismo hecho y, al momento del accidente, acontecido en el sector de calle Balmaceda, había quebrantado una sentencia anterior que le impedía conducir e incluso intentó darse a la fuga.

Estando a 15 cuadras de los hechos personal de Carabineros, sin estar en conocimiento del atropello previo, lo fiscalizó. El imputado intentó engañarlos, informando que su auto estaba abollado porque había participado de un choque.

Carabineros observó existencia de restos orgánicos del cuerpo de una persona en la carrocería e informó al Ministerio Público.

Entre otras diligencias se ordenó la práctica de examen de ADN de los restos orgánicos y determinaron que éstos pertenecían a la víctima que había sido embestida.

El sujeto se encuentra actualmente en prisión preventiva, dado que la Fiscalía Centro Norte ha demostrado que su libertad constituye un peligro para la seguridad de la sociedad y se solicitará que se le mantenga bajo las máximas de las cautelares.

En la indagatoria se estableció que Riquelme Ariz conducía a exceso de velocidad, no estando atento a las condiciones del tránsito, y sin respetar la luz roja del semáforo existente en Balmaceda con Amunátegui, atropelló a Miguel de la Cruz Castro Aguilera, que cruzaba el paso peatonal existente en el lugar, lanzándolo cerca de 25 metros en dirección al poniente, causándole la muerte inmediata, para luego darse a la fuga y ser posteriormente detenido, en calle Compañía con Almirante Barroso.