Este sábado 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer. En Chile se estima que hacia el 2015, habrá unas 300 mil personas afectadas con esta dolencia.

Una tarea fundamental para quienes cuiden de alguien afectado con esta patología es procurarles una alimentación saludable.

Un reciente estudio de la Universidad Columbia en Estados Unidos, demostró que la llamada dieta mediterránea puede ayudar a las personas mayores a mantener la agudeza de sus habilidades mentales y su memoria.

Al respecto, la nutricionista de Benexia, Carolina Chica, dijo que es recomendable que coman pescado, aceite de oliva y otros alimentos ricos en ácidos grasos Omega 3, como, la semilla de chía, que además es muy beneficiosa para la salud de adultos mayores por sus propiedades antiinflamatorias.

Los Omega 3 son los ácidos grasos más abundantes en el cerebro e intervienen durante los primeros años de vida en el desarrollo cerebral y de la retina. Posteriormente, podría proteger las células cerebrales de enfermedades como Alzheimer, Parkinson, depresión, etcétera.

Según un estudio sobre Omega 3 realizado por Greg Cole de la Universidad de California (UCLA), consumir productos que tengan altos porcentajes de este ácido graso son ideales para los adultos mayores, debido a que incrementan una proteína que es deficiente en pacientes con Alzheimer, la cual se asocia a la destrucción de proteínas que forman las placas en el cerebro en quienes lo sufren.

Por otra parte, para quienes padecen de Alzheimer, es bueno darles de comer siempre en los mismos horarios. Seguir pautas repetitivas permitiría que puedan identificar lo que hacen.

Según los expertos, hay que tratar que el ambiente les sea agradable. Nunca levantarles la voz y hablarles directamente mirándolo a los ojos. Puede que no entienda lo que se le dice, sin embargo, se sentirá tranquilo al verse tratado con cariño y afecto.

Para darle de comer es conveniente sentarlo con la cabeza hacia delante siempre, ya que así nunca aspirará comida hacia los pulmones, y dándole cucharada a cucharada, asegurándose de que trague antes de seguirle dando más alimentos.

Asimismo, hay que explicarles lo que va a hacer sin olvidar que tardará en comprender y en reaccionar más que cualquier otra persona. Las instrucciones debe dárselas de manera sencilla y clara, con frases cortas y directas.