Las bancadas de diputados de oposición anunciaron este miércoles que interpelarán al ministro de Salud, Jaime Mañalich, para que exponga las razones de la deuda hospitalaria y el déficit en infraestructura, entre otras materias. El secretario de Estado, en escuetas declaraciones, aseguró desconocer la decisión.
Desde hace días los congresistas de la Democracia Cristiana tenían planificado interpelar al ministro de Salud, particularmente por la grave deuda hospitalaria que supera los 30.000 millones, según antecedentes expuestos por los parlamentarios opositores.
La decisión se terminó de fraguarse durante una reunión-almuerzo realizada el martes, donde los integrantes de la bancada falangista determinaron buscar el acuerdo del resto de los congresistas de la Nueva Mayoría y llevar al ministro Mañalich ante la Cámara de Diputados para que explique los problemas de infraestructura no concretados durante esta administración.
Según confirmó el diputado y jefe de bancada del PPD, Marco Antonio Núñez, al secretario de Estado se le pedirán cuentas además por el trato que ha mantenido con actores sociales y con el Congreso.
Al respecto, el diputado de la UDI Gustavo Hasbún señaló que no hay argumentos jurídicos para abordar esta interpelación constitucional, agregando que si existe algún déficit en materia hospitalaria, se debe a los 20 años de gestión de la Concertación, recordando que la ex presidenta y actual candidata, Michelle Bachelet, encabezó esa cartera ministerial.
Para que prospere esta solicitud se requieren 40 firmas, proceso que estará a cargo del diputado Víctor Torres, integrante de la comisión de Salud de la Cámara Baja, quien además deberá recabar los antecedentes que serán usados como base para la interpelación.
El ministro de Salud, en tanto, supo de la interpelación a través de la prensa, mostrándose dispuesto a concurrir a la Cámara Baja a responder las consultas de los congresistas.
Una vez que sean entregadas las firmas, recién se fijará una fecha para la sesión donde el ministro Mañalich deberá responder a las consultas de un diputado interpelador, el que aún no ha sido definido.
