Entre el 19 y 27 de agosto se llevará adelanta la octava versión del Santiago Festival Internacional de Cine, “SANFIC8″ evento que se ha convertido en una verdadera plataforma cinematográfica, cultural, artística y educativa. Además constituye un símbolo de la ciudad metropolitana y el país en materia de realización fílmica, donde convergen productores, directores, críticos de cine, actores y público en torno a las más recientes y destacadas producciones nacionales e internacionales.

Hace unos días, se dieron a conocer los títulos seleccionados para competir en las diversas categorías propuestas, y entre ellas la cinta “Un fotógrafo”, del realizador Sergio Castro San Martín, donde se narra el viaje de un fotógrafo hasta Puerto Williams, más precisamente a Villa Ukika, con el objetivo de devolver a la comunidad Yagán, fotografías tomadas tiempo atrás.

Para conocer un poco más la historia, y la experiencia de grabar a orillas del canal Beagle junto a la comunidad local en esta inédita experiencia, Prensa Antartica conversó con su director.

¿Cómo nace la idea de “Un fotógrafo”, y porque filmar en Puerto Williams?

Siempre había querido contar una historia sobre un fotógrafo. Al enterarme que al equipo de Proyecto Sur se incorporaría un fotógrafo, nos surgió de inmediato la idea de realizar una película.

Lo de Williams fue algo programado por el equipo de Proyecto Sur. Dentro de esta localidad armamos el Plan de Rodaje junto a Rodrigo. Él tenía un plan de ruta que lo discutimos y con el productor fuimos guionando en la medida que el rodaje avanzaba.

¿Cuál es la historia central de la película?

La historia se centra en el viaje de este fotógrafo hacia la Patagonia. No es la primera vez que viaja a este lugar, pero si este es muy distinto, ya que es un viaje de vuelta y desde aquí es que construimos la historia.

ÉL viaja a devolver las fotografías hechas a esta comunidad Yagán de villa Ukika.
Por otro lado la comunicación con su familia es lo que marca el arraigo a ella y a su realidad. La historia se centra en la experiencia íntima, personal de este exiliado político que tiene un arraigo tremendo hacia la gente y por ende hacia el retrato.

¿Cuál es tu relación con Rodrigo Gómez Rovira?

A Rodrigo lo conocí días antes de partir a la Patagonia. Sabía que su hermano, Fernando, es un gran actor para mí, y desde ahí pensé que a Rodrigo podría interesarle ser puesto en escena.

¿Cómo fue tu experiencia de grabar en la zona austral?

Fue toda una experiencia. Lo que nos dimos cuenta es que el tiempo es algo fundamental, sobre todo para rodar. Es difícil tener planes de rodaje rígidos debido a que el clima esta siempre cambiando. Por otro lado filmar la soledad de un hombre en un lugar intrínsecamente solitario, fue extraordinario debido a que es muy fácil conseguir la motivación y aclarar las ideas antes de filmar.

¿Cómo fue tu relación con los habitantes de Puerto Williams, y las personas que aparecen en la cinta?

Nos mantuvimos bastante al margen. En ese sentido creo que la película observa la acción de este fotógrafo sin intervenir mayormente en las acciones. Los habitantes son ellos. Si bien algunas escenas son absolutamente actuadas, ellos nunca perdieron es propia identidad por el mismo hecho de que fue un rodaje muy poco invasivo, con poca gente en set.

¿Porqué elegir el blanco y negro?

El blanco y negro se eligió ya que la cámara es una extensión de la otra cámara que es la del fotógrafo. Es reflejar la mirada del fotógrafo detrás de la cámara. Consideré que al filmarla en blanco y negro se podía conseguir más afinidad con el trabajo que estaba haciendo el fotógrafo ya que ambos íbamos a estar pensando en esa monocromía.

¿Qué es lo que más te llamó la atención de tu paso por Puerto Williams, y el contacto con la comunidad Yagán?

La identidad. Todo diálogo, toda acción del magallánico en general tiene que ver con su tierra, con sus raíces. Algo que acá en Santiago es muy difícil de ver ya que miramos a USA o Europa sin embargo allá trabajan con su tierra para cualquier fin, lo que les da una identidad sin igual.

¿Ya estrenaste la película en público?

Se hizo un pre-estreno en Punta Arenas en el marco de Proyecto Sur pero recién ahora se estrenará en Santiago en el Festival SANFIC.

¿Cómo tomaste la noticia de que “Un fotógrafo” quedó seleccionada en el Festival Internacional de Cine de Santiago?

Siempre es una alegría que los programadores se interesen en las películas y nos pone contento poder exhibir lugares, personas de una zona tan desconocida para el capitalino.

¿Las personas de Puerto Williams que aparecen en la película, ya la vieron?

No, no la han visto y nos gustaría mucho poder estrenar allá.

¿Existe la posibilidad de estrenar en Puerto Williams?

Aún no hay nada conversado, tal vez esta entrevista pueda ayudar a eso, jaja.

¿Qué te parece este movimiento que hay en el último tiempo de artistas cada vez más relacionados e interesados en la Antártica y la región más austral de Chile?

Me sorprende, hasta el nivel de reflexionar en irme y trasladar mi trabajo hacia allá. Conocimos mucha gente conectada con el arte, con lo audiovisual y lo musical, como el colectivo Última esperanza, el grupo Patagonia Pop y músicos increíbles que colaboraron con el proyecto.

Antártica y Magallanes es una región que siempre ha tenido la investigación científica y biológica como pilar fundamental y siempre comentamos esto con el equipo de Proyecto Sur: De que los artistas son también los nuevos científicos, filmar, fotografiar es sacar muestras y con esas muestras elaborar hipótesis. Una película al final es eso: una hipótesis sobre algo, un ensayo que plantea preguntas más que decir respuestas.

¿Cómo sigue tu trabajo?

En estos momentos estoy trabajando en dos proyectos de largometraje. Uno se titula “Prefiero Dormir” que se encuentra en etapa de postproducción. Es una película bastante personal que filmé en Europa el pasado Noviembre.

También me encuentro desarrollando otro largometraje que se titula” La Mujer de Barro”, que es la historia de una temporera en el norte que sufrió serios abusos laborales y más en su inicio, una película que tiene por título de trabajo “El Indio”, que es la historia de un Aymara que se obsesiona con el universo.