El gobierno argentino anunció este jueves la caída del contrato de concesión de dos líneas de ferrocarril a la empresa local Trenes de Buenos Aires (TBA), a tres meses de un grave accidente en una terminal de Buenos Aires que dejó 51 muertos y más de 700 heridos.

La medida se tomó por decreto, debido al “deficiente estado del material rodante y de la estructura de prestación de servicio y por graves incumplimientos” por parte de la empresa, explicó el ministro de Planificación, Julio De Vido, en una rueda de prensa.

La empresa TBA, que tenía la concesión de las líneas Mitre (periferia norte-Buenos Aires) y Sarmiento (periferia oeste-Buenos Aires) que trasladan un total de 600.000 pasajeros diarios, había sido intervenida a finales de febrero tras el grave accidente.

La explotación de ambas líneas quedará a cargo de las empresas Metrovías y Ferrovías, que operan además otras dos líneas urbanas de pasajeros y una de cargas, precisó el ministro.

De Vido aseguró que “el proceso de rescisión de ninguna manera debe ser mezclado con la causa penal que se está llevando adelante en la justicia” por el accidente.

El 22 de febrero pasado, un tren urbano de la línea Sarmiento proveniente de la periferia oeste y atiborrado de pasajeros impactó contra un paragolpe de la estación terminal de Once, en el centro de Buenos Aires, en el tercer accidente más grave de la historia ferroviaria de Argentina.

El hecho, que conmovió al país, puso al descubierto la falta de inversiones y el deficiente estado de los ferrocarriles privatizados en los años 90.

El accidente es investigado por el juez Claudio Bonadío, quien citó a indagatoria a unas 30 personas, entre ellos los exsecretarios de Transporte Juan Pablo Schiavi y Ricardo Jaime, y los hermanos Antonio y Sergio Cirigliano, empresarios del grupo local que controlaba la firma TBA.