La orden religiosa de los Sagrados Corazones, de origen francés, pidió el viernes al cardenal peruano Juan Luis Cipriani reconsiderar una sanción contra un sacerdote que habría defendido la unión civil de parejas homosexuales.

La decisión de Cipriani, integrante del Opus Dei y cabeza visible del ala conservadora de la iglesia católica en América Latina, impide al sacerdote Gastón Garatea desempeñar su labor pastoral en Lima -pero si en el resto de Perú- por opinar a favor de las parejas gays, entre otros controvertidos temas.

“Hacemos votos para que esta medida sea revertida en los próximos meses”, dice un comunicado enviado al cardenal por el padre Raúl Pariamachi, Superior Provincial de la Congregación a la que pertenece Garatea.

“Lamentamos profundamente esta decisión del Señor Cardenal; al mismo tiempo manifestamos que el padre Garatea acatará la medida con obediencia religiosa”, acotó Pariamachi, según la nota, sobre la actitud que tomará el sacerdote, al que se le vincula con la teología de la liberación.

Aunque ni el cardenal Cipriani ni el padre Garatea han precisado las razones de la suspensión, trascendió que una de las fuentes del conflicto fue una declaración a favor de la unión civil de parejas del mismo sexo.

La sanción provocó una inusual ola de rechazos entre defensores de derechos humanos, intelectuales e incluso religiosos, con manifestaciones públicas en una reacción que parece crecer sin pausa, que incluso llegó a las redes sociales.

Según el arzobispado de Lima, el cardenal Cipriani “invitó en varias oportunidades (al padre Garatea) a tener prudencia con ciertas declaraciones” que pudieran colisionar con la ortodoxia del Vaticano a la largo de los últimos seis años.

El laico del Opus Dei y ex ministro de Defensa Rafael Rey dijo a la radio RPP que “si Garatea muchas veces habló a favor de la unión de las gays, de la píldora del día siguiente y cuestionó el celibato sacerdotal está yendo contra la doctrina, no de su superior ni del cardenal, sino de la Iglesia Católica”.

Garatea es un sacerdote conocido públicamente por su participación en la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que analizó en 2003 los 20 años de guerra y 70.000 muertos que dejó la guerrilla comunista de Sendero Luminoso.