Los presidentes José Mujica de Uruguay, y Cristina Fernánez de Argentina, defendieron el lunes la unidad y aseguraron haber dejado definitivamente atrás un diferendo binacional, al reinaugurar con bombos y platillos una interconexión ferroviaria desactivada hace casi tres décadas.

En un acto considerado simbólico de la buena relación entre los dos países vecinos, Fernández arribó a la estación Midland de la ciudad uruguaya de Salto (500 km al noroeste de Montevideo) en un ferrocarril pintado de celeste y blanco y con un gran cartel que rezaba: “El tren de los pueblos libres”.

La campana de la antigua estación y cientos de banderas de los dos países ondeadas por más de un millar de personas -en su mayoría argentinos con carteles a favor de la reelección de su presidenta- recibieron la llegada del tren, que había partido desde la argentina Concordia (400 km al norte de Buenos Aires) y cruzó sobre el río Uruguay, de soberanía compartida y cuya protección ambiental fue el eje del diferendo bilateral.

“Es un día de fiesta y de compromiso porque vamos pasito a pasito estrechando y mejorando permanentemente nuestra relación con los pueblos argentinos, que nacieron en el mismo parto que nosotros”, aseguró Mujica tras recibir a Fernández en el andén de la estación, inactiva desde 1982.

“Cuando cruzábamos el río Uruguay pensaba que no hemos dado un pasito, hemos dado un pasote”, le respondió Fernández. “Porque hasta hace no muy poco tiempo, por esas cosas tontas que pasan cada tanto entre los pueblos hermanos, no podíamos cruzar libremente de un lado a otro”.

La mandataria hacía referencia al conflicto diplomático generado por el bloqueo por parte de pobladores de la ciudad argentina de Gualeguaychú (norte de Buenos Aires) de un puente fronterizo durante tres años y medio, en protesta por la instalación en la uruguaya Fray Bentos (noroeste de Montevideo) de una planta de celulosa que consideran contaminante del río compartido.

Calificando el proceso de integración de “indetenible”, Cristina Fernández llamó a “acentuar y profundizar los procesos de integración regional, que tendrán sus defectos pero son el único camino posible”.

“Y en esto los países más grandes, como los hermanos mayores, también tenemos mayores responsabilidades y debemos hacernos cargo. Por eso también me hice cargo de que era necesario oportunamente terminar con esas diviones entre uruguayos y argentinos y volver a poner las cosas en sus lugar, que es el de abrazarnos en forma fraterna y discutir, si es que hay alguna diferencia, en forma civilizada. Y aquí estan los frutos: este tren”, añadió.

La mandataria consideró al flamante ferrocarril un “símbolo de integración” y unidad, y prometió seguir construyendo conectividad física, vínculos políticos y económicos entre ambos países y con el resto de la región.

En la misma línea, Mujica abogó por unir las infraestructuras y mejorar los puntos de contacto para multiplicar la fuerza.

“Vamos construyendo como podemos, porque el Mercosur (integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) no es un dechado de virtudes. Es lo que hemos podido hacer y lo que vamos a continuar bregando por mejorar a lo largo de las décadas que tenemos por delante”, sostuvo.

Ministros de los dos países firmaron durante el acto el acuerdo para relanzar la conexión ferroviaria entre los dos países.

Tras este primer cruce, en las próximas semanas comenzará un servicio experimental que unirá Buenos Aires con la uruguaya Paso de los Toros (unos 800 km en total).

La meta es que más adelante el tren pueda llegar a Montevideo y represente un punto clave en el proyecto del gobierno uruguayo de reactivar un medio de transporte de escaso peso en el tránsito de mercaderías y pasajeros.