Unos 30.000 libios han huido de la región de las Montañas del Oeste de Libia y pasado por la frontera del sur de Túnez en las últimas tres semanas, indicó el martes el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR).

El viernes pasado, ACNUR afirmó que 15.000 personas habían huido de esa región.

“La mayoría de esos refugiados son bereberes y explicaron al personal de ACNUR en Túnez que habían huido de los combates y los bombardeos contra sus ciudades y poblados en las Montañas del Oeste”, declaró un portavoz de la agencia de la ONU, Andrej Mahecic, durante un encuentro con la prensa.

“Según los últimos llegados, las ciudades de Nalut y Wazin han sido completamente abandonadas. Sólo quedan algunos hombres, las mujeres y los niños se fueron todos”, destacó.

Según ACNUR, menos del diez por ciento de los libios que llegan a Túnez se alojan en campamentos. La mayoría de los refugiados libios son recibidos por la comunidad local tunecina que sin embargo ve que sus recursos se agotan, y a la que la ONU cuenta prestar mayor asistencia.

Por otra parte, en el marco de un equipo sanitario que reúne a varias agencias de las Naciones Unidas, el personal de ACNUR viajó el domingo a Trípoli desde la frontera tunecina.

“El objetivo del equipo es restablecer una presencia internacional en la capital libia así como evaluar las necesidades humanitarias”, explicó Mahehic.

“El equipo también tiene conversaciones con las autoridades libias en Trípoli para un acceso humanitario en el oeste del país”, indicó.

En el este de Libia, un avión contratado por ACNUR aterrizó el lunes en Bengasi, llevando a bordo material de ayuda humanitaria. Se trata del primer avión humanitario de la ONU que aterriza en Bengasi desde que comenzó el conflicto.

El cargamento comprendía en particular hospitales de campaña, utensilios de cocina y carpas, así como automóviles y equipo para ACNUR con la perspectiva de la apertura de una oficina en Bengasi en relación con otras agencias de la ONU.