No sólo se vive en las denominadas horas punta. La congestión vehicular se apoderó del Gran Concepción todo el día. Hay callles en mal estado, trabajos que entorpecen el tránsito, pero también una falta de planificación a largo plazo.

Largas esperas, bocinazos y tiempos de traslado mucho más largos que los habituales son pan de cada día para quienes circulan por la intercomuna, incluso dentro de una misma ciudad.

Los primeros meses, el consuelo era el terremoto y los estragos que generó en calles y rutas, pero han pasado los meses, los caminos han sido reparados y el problema de la congestión vehicular no sólo persiste, sino que se agravó.

Para los especialistas son varios los factores que inciden en este tema y van desde secuelas del megasismo hasta una total falta de planificación y proyección de crecimiento de las ciudades.

Conoce los detalles en la crónica de Victoria Haquin: