Una de las primeras grandes ofensivas del Ejército afgano contra los talibanes sin ayuda de la OTAN terminó en debacle, con muchos soldados muertos o capturados y los comandantes pidiendo auxilio a la coalición internacional, indicó el viernes The New York Times.

La ofensiva, lanzada el 3 de agosto en una escarpada región al este de Kabul, movilizó un batallón de 300 militares afganos con el objetivo de retomar el control de la zona, dominada desde hace tiempo por los talibanes, señaló el diario The New York Times el viernes.

Según un jefe militar norteamericano en conocimiento de la misión -al parecer no coordinada de antemano con oficiales de la OTAN-, los comandantes afganos pidieron ayuda a las fuerzas extranjeras después de que al menos diez de sus soldados murieran y cerca de 20 fueran capturados.

Los combates se hicieron tan intensos la semana pasada, que impidieron que la Cruz Roja llegara a la zona de batalla, en los alrededores del poblado de Bad Pakh, provincia de Laghman, para evacuar a heridos y fallecidos, indicó.

“Hay muchos soldados desaparecidos y muertos”, dijo la fuente militar citada por el diario, que pidió el anonimato debido a que el operativo sigue en curso.

Un alto funcionario del Ministerio de Defensa afgano habló de “traición”: el plan fue entregado y los talibanes les tendieron una emboscada, dijo.

“No podemos decir el número de capturados porque muchos están en lugares de difícil acceso, pero algunos de nuestros soldados fueron apresados por los talibanes”, admitió el portavoz de la cartera de Defensa, teniente general Muhammed Zahair Azimi, al diario.

Por otra parte, un vocero de los talibanes dijo que 27 militares murieron, 14 resultaron heridos y ocho fueron capturados, según el Times.