Si bien muchas personas con depresión parecen frías, tristes o apáticas de manera permanente, hay otras que en apariencia lucen muy normales y felices, pese a que también padecen este trastorno.

De hecho un estudio de la Universidad de Rochester Medical Center, recogido por la revista Muy Interesante, señala que muchas personas esconden su depresión tras una disposición alegre y sociable.

Los psicólogos llaman a estos pacientes “personas con depresión perfectamente oculta” (PHD, por su sigla en inglés) y afirman que pueden haber algunos rasgos que dan indicios de que alguien lleva un dolor por dentro, escondido debajo de una apariencia de confianza y felicidad.

En este contexto, la psicóloga experta en depresión, ansiedad y relaciones sociales, Margaret R Rutherford, quien es autora del libro Perfectly Hidden Depression: How to Break Free from the Perfectionism that Masks Your Depression (Depresión perfectamente oculta: cómo liberarse del perfeccionismo que oculta tu depresión), indicó en una columna en el portal Psychology Today que se pueden identificar 10 características comunes de la gente con PHD.

1. Eres altamente perfeccionista, con una voz interior constante y crítica de intensa vergüenza.

La experta explica que se trata de personas que intentan hacer las cosas lo mejor posible siempre y que suelen criticarse y regañarse mucho internamente por no estar en lo más alto o rendir al máximo.

Pueden permitirse no ser tan competentes en cosas que realmente no les interesan tanto (como los deportes o la música, por ejemplo), pero que cuando se trata de actividades que de verdad les preocupan, se mortifican por no ser los mejores.

“Si se trata de una actividad que es significativa para ti, debes parecer perfecto, especialmente si eres evaluado o visto por otros. Eres el padre perfecto, el abogado más experimentado, el mejor de la clase o el mejor amigo. Mides y evalúas constantemente tu estado, y si no cumples con las expectativas percibidas, aumenta la presión. La vergüenza interior gobierna tus elecciones y tu mundo”, explica.

Pexels (CCO)
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2. Demuestras un sentido elevado o excesivo de la responsabilidad

“Estás muy consciente del deber, la obligación y la lealtad, y se puede contar contigo cuando haya problemas. Eres el primero en notar cuando algo va mal y buscar soluciones. Eres un buen líder, aunque no el mejor delegador”, explica la profesional.

“Este sentido de responsabilidad puede volverse doloroso, ya que puedes culparte fácilmente, en lugar de tomarte un momento para comprender la imagen completa. Esta tendencia puede dejarte vulnerable a la manipulación”, añade.

3. Tienes dificultades para aceptar y expresar emociones dolorosas

“Sé que cuando estoy sentado frente a alguien que me sonríe alegremente y al mismo tiempo describe una pérdida o decepción significativa, me encuentro frente a alguien que se está escondiendo. No siempre. Pero es una pregunta que comienzo a hacerme como terapeuta”, afirma Rutherford.

“La ira se evita o se niega. La tristeza es desterrada al fondo del armario, la decepción es para los llorones. Puede que ni siquiera tengas las palabras para expresar estas emociones. Permanecen en tu cabeza la mayor parte del tiempo, en lugar de conectarte con el corazón: analizas, decodificas, piensas las cosas”, señala la psicóloga.

4. Te preocupas mucho y evitas situaciones donde el control no es posible

“No eres alguien que pueda permanecer fácilmente en el presente. Si haces yoga, puedes odiar la posición final, para lo cual la sugerencia es respirar y relajarte. Puede que te guste cocinar, pero te resulta muy difícil sentarte con los invitados y disfrutar de la comida”, ejemplifica Margareth.

“La necesidad de control es fuerte, por lo que te pasas mucho tiempo preocupándote por las cosas que podrían ocurrir para interrumpir ese control. Irónicamente, es importante ocultar esta preocupación. Por lo tanto, podría no ser obvio para otros que existe. La gente sacudirá la cabeza y se preguntará en voz alta: ‘Nunca pareciera que te importa el mundo. No te preocupas por las cosas pequeñas"”, comenta.

“Apuesto a que parecerá que las cosas son fáciles para ti y sin mucho esfuerzo; tu preocupación está oculta, justo debajo de la sonrisa”, enfatiza la experta.

Pexels (CCO)
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5. Te enfocas intensamente en las tareas, usando los logros como una forma de sentirte valioso

La profesional explica que se trata de personas que se sienten “buenas” de acuerdo a sus logros, pues les ayudan a esconder su inseguridad interna y temor.

Margareth dice que si bien todos hacemos esto hasta cierto punto (todos nos sentimos orgullosos de un ascenso, que alguien destaque tu amabilidad o inteligencia, etc), pero las personas con PHD lo llevan demasiado lejos.

“Es posible que no sepas lo que te da valor, a excepción de esos logros y tareas. Y ese es el problema”, afirma.

6. Tienes una preocupación activa y sincera por el bienestar de los demás, pero no permites -o muy poco- que otros se ocupen por el tuyo

“Esta no es una preocupación falsa, y no es fingida o poco sincera. Es real: cuidar a los demás es lo que haces muy bien. Sin embargo, no dejas que otros sientan ninguna vulnerabilidad de tu parte. No revelas el dolor de tu pasado. Hay un muro contra cualquiera que descubra que estás solo o cansado, vacío o abrumado”, indica la experta.

“Esto puede ser especialmente aterrador cuando la ideación suicida está presente. Y no puedes dejar entrar a nadie. Devastadoramente, incluso si lo haces, es posible que no te crean. ‘¿Qué, tú? ¿Deprimido? Tienes todo en el mundo a tu favor’. Y eso podría llevar a consecuencias devastadoras”, advierte la profesional.

7. Escondes o minimizas el daño o abuso que sufriste en el pasado o el presente

“La compartimentación es una habilidad. Es la capacidad de sentirte lastimado, triste, decepcionado, asustado o enojado por algo y de alejar esos sentimientos hasta un momento en que puedas tratarlos mejor. Las personas sanas lo hacen todo el tiempo. Incluso puedes hacerlo con alegría o felicidad”, comenta Margareth.

“Sin embargo, si tienes PHD, rígidamente compartimentas en exceso. Has desarrollado cajas muy fuertes donde encierras sentimientos dolorosos, consciente o inconscientemente, empujándolos a un oscuro recoveco de tu mente. Esto te permite descontar, negar o descartar el impacto de las experiencias de la vida que causaron dolor en el pasado o en el presente”, expresa la experta.

Frases como “lo que me pasó no fue gran cosa” o “le han sucedido cosas mucho peores a otras personas”, son frases típicas de quienes ocultan su sufrimiento. “Eso puede o no ser cierto, pero el dolor sigue siendo dolor”, dice la profesional.

8. Tienes problemas de salud mental vinculados con el control y escape a la ansiedad

“Vives tu vida de una manera muy controlada y bien gobernada. Por lo tanto, los diagnósticos psiquiátricos reales que podrían coexistir con el PHD podrían ser trastornos relacionados con el control, como los trastornos alimentarios y/o los rasgos obsesivo compulsivos. El alcohol o los medicamentos sedantes también podrían usarse para escapar de la ansiedad”, comenta.

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9. Sueles enumerar mentalmente tus “privilegios” o “bendiciones” para convencerte de que está todo bien

“Creo en contar tus bendiciones. Es saludable y puede mantenerte optimista y agradecido. Sin embargo, si has leído hasta aquí y te sientes identificado con el PHD, puedes sentir culpa o incluso vergüenza si no eres positivo”, dice la experta, señalando que muchas personas con PHD suelen pensar mucho en todas las “bendiciones” que tienen en su vida y eliminan cualquier pizca de autocompasión. Tratan de nunca quejarse o lamentarse por su vida.

10. Tienes dificultades emocionales en las relaciones personales, pero demuestras un éxito profesional significativo

“La vulnerabilidad que está vinculada con la verdadera intimidad es difícil para ti. Si bien te impulsas a ser productivo y lograr cosas, no es probable que seas alguien que pueda relacionarse fácilmente en un nivel íntimo. Y es posible que hayas elegido una pareja que, de hecho, tampoco permite la vulnerabilidad o no tiene esa capacidad. Tu relación se basará principalmente en lo que hacen el uno por el otro, en lugar de en lo que son el uno para el otro, con el énfasis en los hijos (si es que hay), sus carreras y ser la pareja perfecta”, comenta la especialista.

Pide ayuda

Rutherford advierte que la depresión puede suceder tan lentamente que no te das cuenta hasta que se vuelve insostenible.

“Entonces, es sorprendente un día cuando comienzas a imaginar tu propia muerte, o algún tipo de escape del mundo en el que estás viviendo”, indicó en el diario electrónico Huffington Post.

Margareth explica que la depresión se arraiga en quién eres y cómo piensas. “Te aleja de la capacidad de ver oportunidades, darte cuenta de las opciones o concentrarte en los demás. La enfermedad de la depresión te roba tu vitalidad”, explica.

“Vas a trabajar, pero no puedes concentrarte. Entonces le das excusas a las personas por las cuales no estás cumpliendo una fecha límite. Te estás reprendiendo constantemente por lo que no eres, lo que no has logrado o quién podrías haber sido, si hubieras tenido la oportunidad”, ejemplifica.

“Así es la depresión. Si es lo suficientemente grave, pierdes tu deseo o capacidad de funcionar en absoluto. La buena noticia es que puedes mejorar. Con ejercicio, terapia, medicamentos, atención plena y trabajo duro, muchos pueden levantar el velo que los ha cortado del disfrute de la vida”, comenta.

“La depresión perfectamente oculta es un síndrome, o un conjunto de características y comportamientos que permiten a las personas esconderse o separarse del dolor emocional. Eso no significa que el dolor no esté allí o que no esté teniendo efecto. Hacer todo lo mejor que puedas, todo el tiempo, todos los días. Empujándote al límite. Poner a los demás antes que a ti, siempre, creer que centrarte en ti mismo es egoísta”, señala la especialista.

Por lo mismo, la especialista llama a pedir ayuda si te identificas con esta descripción. “Porque mostrar vulnerabilidad no equivale a falta de fuerza. Porque aunque muchas de las cosas en las que se enfoca alguien con PHD son admirables, ser invisible duele. No necesitas esconderte”, puntualizó.