Inmolarse es considerado por expertos como "el último sacrificio" y una de las formas de protesta más extremas del último siglo.
El pasado domingo 25 de febrero, el mundo se detuvo cuando un militar perteneciente a la Fuerza Aérea estadounidense se prendió fuego frente a la embajada de Israel en Washington DC. Las últimas palabras del joven de 25 años fueron “Palestina libre”, mientras procedía a inmolarse. Su nombre era Aaron Bushnell.
Su caso no es el único. La inmolación es considerada como una de las formas de protesta más extremas, y al mismo tiempo, no violentas del último tiempo. Decenas de personas alrededor del mundo han concurrido a esta práctica, considerada como un último sacrificio para manifestar una postura ante determinadas situaciones.
“Es un acto de desesperación”, dice Ralph Young, profesor de historia en la Universidad de Temple a Time Magazine. “Sientes que no hay nada que puedas hacer, o que la gente esté dispuesta a hacer, así que este es el máximo sacrificio: tú mismo”.
Desde protestas por el clima, hasta la condena a guerras y persecuciones políticas, las motivaciones varían de país en país según su propio contexto.
”Es el tipo de acción no violenta más violenta. La gente se está suicidando de una manera explícitamente espantosa”, dice Jack Downey, profesor de la Universidad de Rochester al mismo medio. “Están eligiendo poner fin a su propia vida como declaración pública”.
Actualmente, existen registros de más de 50 casos de inmolaciones alrededor del mundo en el último siglo. En BioBioChile recopilamos algunos de los más mediáticos e impactantes, y que estuvieron enmarcados en algún contexto de protesta política o social.
Los casos de inmolación más impactantes en el último siglo
1. Thích Quảng Đức
Corría el año 1963 cuando, un día de junio, el monje budista Thích Quảng Đức se prendió fuego en una concurrida calle de la ciudad más poblada de Vietnam.
Se trató del primer registro de inmolación como protesta política en el mundo, en el contexto de la guerra de Vietnam y los tratos a los monjes por parte de las fuerzas del sur respaldadas por los Estados Unidos.
De su caso nace el concepto de “quemarse a lo bonzo”, donde el término “bonzo” puede hacer referencia a monje budista o bon.
2. Norman Morrison
El monje budista no fue el único en inmolarse como protesta a la guerra de Vietnam. Un día de noviembre de 1965, Norman Morrison, un cuáquero de Baltimore, salió de casa con su hija, condujo 40 millas hasta Washington DC y, a pocos metros del Pentágono, se echó queroseno encima antes de prenderse fuego.
Las llamas se elevaron a más de 10 metros de altura.
“Les dije que su padre había muerto porque los niños sufrían en un país lejano y que murió para ayudarlos y detener la guerra que les estaba causando tanto dolor y sufrimiento”, relató su esposa a The Guardian 45 años después, recordando el momento en que le contó a sus hijos lo que había hecho su padre.
3. Ryszard Siwiec
En 1968, en la Polonia comunista, un hombre llamado Ryszard Siwiec se prendió fuego en protesta contra la invasión de Checoslovaquia por el Pacto de Varsovia.
Según los cercanos al hombre, este tenía un profundo conocimiento de la historia y se sentía extremadamente desesperanzado ante la realidad de la Polonia comunista. Además, según profesionales de la salud, consta que Siwiec no padecía de ningún tipo de trastorno mental o emocional al momento de su inmolación.
A pesar de su sacrificio, el incidente fue inmediatamente suprimido por las autoridades y la prensa del momento, quienes inventaron que el incidente se produjo por beber vodka y fumar al mismo tiempo. Recién una vez que cayó el régimen en Polonia es que se supo su caso de forma masiva, recibiendo varios honores de forma póstuma.
4. Rafael Elizalde MacClure
En 1970, el politólogo, escritor y activista ambiental chileno, Rafael Elizalde, se inmoló a los 63 años en Santiago de Chile ante la profunda desesperanza que le producía el futuro del país y el mundo en el marco de la crisis climática.
Actualmente, se le considera como el precursor del movimiento ambientalista chileno.
Según explica la Biblioteca Nacional, Elizalde escribió el libro la Sobrevivencia de Chile. En este, se denuncia y llama la atención en torno a la explotación de los recursos naturales en el país. También, advierte que se estaba poniendo en juego la propia supervivencia de la nación.
5. Sebastián Acevedo Becerra
“Que la CNI devuelva a mis hijos”, fueron las palabras que pronunció el chileno Sebastián Acevedo antes de prenderse fuego frente a la Catedral de Concepción en 1983. Estos habían sido detenidos por el Centro Nacional de Informaciones (CNI), la oficina de inteligencia del régimen de Augusto Pinochet.
Después de 3 días buscando sin parar, el hombre, como último recurso, se inmoló. Tras su sacrificio, su hija fue liberada y el hombre pudo hablar con ella a través de un citófono, antes de morir en el hospital por la gravedad de sus heridas.
“Buscaba decirle al mundo entero que en Chile se torturaba, que en Chile había cárceles secretas y, por lo tanto, también fue un llamado de atención y un llamado a que la sociedad en su conjunto se diera cuenta de los horrores que se estaban cometiendo en nuestro país”, comentó María Candelaria Acevedo, su hija, en el marco del estreno de un documental sobre su padre.
6. Eduardo Miño
El año 2001, Chile volvió a presenciar un acto de inmolación por causa política. Se trataba de Eduardo Miño, un hombre de 50 años, miembro de la Asociación Chilena de Víctimas del Asbesto y militante del Partido Comunista.
Momentos antes de prenderse fuego frente al Palacio de la Moneda, entregó una carta a los transeúntes donde explicaba sus motivaciones para inmolarse. En ella, aludía, entre otras cosas, a las víctimas de la asbestosis. Esto, en protesta ante los daños causados por la utilización de asbesto en faenas industriales.
7. David Buckel
La mañana del 14 de abril de 2018, David Buckel, un abogado de derechos de los homosexuales y activista medioambiental, salió de su acogedora casa en Brooklyn.
El hombre jubilado de 60 años se dirigió a una extensión de césped, donde envió por correo electrónico a los medios de comunicación una declaración denunciando la pasividad de la humanidad ante la contaminación y el calentamiento global.
Unos minutos más tarde, se roció con gasolina y se prendió fuego.
“La mayoría de los seres humanos en el planeta ahora respiran aire que los combustibles fósiles han vuelto insalubre y, como resultado, muchos mueren prematuramente”, decía su declaración. “Mi muerte temprana a causa de los combustibles fósiles refleja lo que nos estamos haciendo a nosotros mismos”.
8. Aaron Bushnell
El caso más reciente de inmolación por una causa política fue el de Aaron Bushnell, joven de 25 años que se inmoló frente a la embajada de Israel en Estados Unidos por la ofensiva en Gaza, la cual ha dejado un saldo de 30 mil muertos y cientos de miles de desplazados.
“Soy un miembro en activo de la Fuerza Aérea y no voy a seguir siendo cómplice de genocidio. Estoy a punto de participar en un acto de protesta extremo, pero que comparado con lo que están sufriendo los palestinos en manos de sus colonizadores, no es extremo en absoluto. Esto es lo que la clase dominante ha decidido que será normal”.
Antes de prenderse fuego, sus últimas palabras fueron “Palestina libre”.
