15 años después del icónico cortometraje Evolution sobre la manipulación de imágenes en la publicidad, la marca Dove nuevamente quiso abordar el problema de la distorsión digital con el lanzamiento de un nuevo corto: “Selfie a la Inversa”.

La cinta muestra hasta qué punto las aplicaciones de retoque pueden alterar la realidad y cómo las jóvenes están auto distorsionando digitalmente su apariencia en las redes sociales.

La secuencia devela las etapas emocionales y físicas de publicar una selfie, destacando la manera en que las herramientas de edición, que antes solo estaban disponibles para profesionales, ahora pueden tenerlas las jóvenes con solo tocar un botón y sin ningún tipo de regulación.

Y en lugar de modelos en un set, son niñas en sus habitaciones filtrando sus identidades. Después de un año de pandemia, en donde ha habido un aumento del tiempo que se pasa frente a la pantalla, y por consiguiente de exposición a ideales y presiones de belleza poco realistas.

“Con el auge y el aumento de las redes sociales en los últimos 10 años, la distorsión digital ahora está ocurriendo a una escala mucho mayor, y entre las y los más jóvenes, sin ningún tipo de regulación. Vemos mucha creatividad y expresión de la propia identidad mediante el uso de filtros y aplicaciones de edición, pero cuando se utilizan filtros para distorsionar digitalmente las apariencias, para que se ajusten a estrechos estándares de belleza, puede resultar perjudicial para la autoestima de las y los jóvenes”, comenta Firdaous El Honsali, Directora de Sostenibilidad y Comunicaciones Globales de Dove.

“Las niñas, en particular, comienzan a sentir la presión de editar y distorsionar su imagen para crear algo ‘perfecto’ que no se puede lograr en la vida real”, agrega

Los filtros de las redes sociales y de las aplicaciones de edición han cambiado drásticamente la forma en que las niñas pueden ser creativas con sus fotografías; permitiéndoles experimentar con la autoexpresión. Pero cuando distorsionan la apariencia real de las niñas en un intento por cumplir con estándares poco realistas que no se pueden lograr en la vida real, pueden tener un impacto duradero y dañino en su autoestima.

El corto surgió luego de una investigación del Programa para la Autoestima de Dove que reveló el alcance del problema:

El 80% de las niñas de 13 años ya ha aplicado un filtro o ha utilizado una aplicación para cambiar la forma en que aparecen en sus fotos.

● El 77% de las niñas intenta cambiar u ocultar al menos una parte/característica de su cuerpo antes de publicar una foto de sí mismas en las redes sociales.

Sobre la relación entre las presiones de la apariencia en las redes sociales y la autoestima:

● Cuanto más tiempo pasan las niñas editando sus fotos, más denotan una estima corporal baja: El 52% de las niñas que dedican entre 10 y 30 minutos a editar sus fotos tiene una estima corporal baja.

● Las niñas que distorsionan sus fotos tienen más probabilidades de tener una estima corporal baja (48%) en comparación con aquellas que no distorsionan sus fotos en absoluto (28%).

● Las niñas con menor estima corporal distorsionan sus fotos más (56%) que las niñas con alta estima corporal (42%).

Es importante destacar que las niñas dijeron que si las imágenes en las redes sociales fueran más representativas de la forma en que lucen en la vida cotidiana, se sentirían más seguras:

● El 68% de las niñas dicen que no terminarían sintiéndose juzgadas por su apariencia.

● El 67% de las niñas estarían menos preocupadas por su apariencia.

● El 61% de las niñas desearían que el mundo se centrara más en quiénes son en lugar de en cómo se ven.

“Aunque ciertos aspectos de las redes sociales pueden promover la conexión y el bienestar, en los últimos años, decenas de estudios científicos han demostrado que estas pueden influir negativamente en la confianza corporal, el estado de ánimo y la autoestima”, explica la profesora Phillippa Diedrichs, psicóloga investigadora del Centro para la Investigación de la Apariencia de la Universidad de West England y experta en imagen corporal.

“Esto sucede cuando los usuarios pasan una cantidad significativa de tiempo publicando selfies, usando aplicaciones de edición y filtros para alterar su apariencia, comparándose con otros y buscando validación a través de comentarios y “me gusta”. Por lo tanto, es imperativo que ayudemos a las y los jóvenes a desarrollar habilidades para navegar por las redes sociales de una manera saludable y productiva”, añadió.