¿Cómo mejoramos el problema de la seguridad?

La tecnología se ha convertido en una herramienta fundamental para lograr la reducción de actos delictivos. Estudios en la región han demostrado que la simple presencia de aparatos físicos, como cámaras de vigilancia, persuade y aleja a los delincuentes. Por ejemplo, según el estudio “El efecto disuasivo de las cámaras de videovigilancia sobre el delito” se demostró que en Medellín, una de las ciudades que anteriormente tenía uno de los más altos índices de criminalidad de América del Sur, gracias a la implementación de cámaras de seguridad los delitos violentos se redujeron hasta un 27% desde el 2013 hasta el 2021.

Estos productos también disuaden otros tipos de delitos, como el vandalismo y los atropellos y fugas. Un estudio realizado en el Reino Unido reveló que los parkings con cámaras de seguridad experimentaron una disminución del 51% en la delincuencia. De manera similar, los delitos cometidos en el transporte público también se redujeron gracias a la implementación de sistemas de videovigilancia.

El fácil manejo de estas cámaras también es un punto a favor. Actualmente, muchas de estas pueden ser controladas y monitoreadas a través de dispositivos móviles, lo que permite a los usuarios estar alerta y tener acceso a las imágenes en tiempo real desde cualquier lugar y en cualquier momento.

Si bien los sistemas de videovigilancia no son una solución infalible y no van a terminar con la delincuencia, los beneficios que ofrecen son significativos. La inversión en un sistema de cámaras de seguridad vale la pena, ya que la evidencia sugiere que son altamente efectivas para disuadir actos delictivos. Además, con los avances tecnológicos, se ha vuelto más accesible implementar estos sistemas, incluso en áreas rurales donde el vandalismo y otros delitos pueden pasar desapercibidos