En las últimas semanas, se han registrado manifestaciones y evasiones masivas en el Metro de Santiago por parte de escolares, esto por el alza en el costo del pasaje. Situación que mantiene preocupados tanto a personal y locatarios del lugar, como también a usuarios que se ven afectados por ello.

Desde que se hizo afectivo el alza de $10 en el pasaje del transporte público en la región Metropolitana, los secundarios han convocado a manifestaciones y evasiones masivas, especialmente en el Metro de Santiago.

Situación que a locatarios, usuarios y personal de la red subterránea, les recuerda a 2019, cuando comenzó el denominado estallido social.

Recordemos que la tarifa general estuvo congelada desde ese entonces hasta el recién pasado 20 de agosto, mientras que la de adulto mayor y escolar mantienen su valor hasta fin de año.

Una locataria que trabaja al interior de una estación de la Línea 1, la cual fue recientemente cerrada por disturbios, indicó que “es casi como revivir 2019”, según consignó El Mercurio.

Agregando que “no salimos porque igual da miedo por lo que pueda pasar. Nos afecta porque viene menos gente, o la gente si los escucha o ve las protestas, se va al tiro. Acá es supercomplejo, porque les pegan a los guardias y les pegan a todos. La otra vez dejaron a dos guardias heridos, con cuchillos”, contó.

“La gente ya está aburrida, ¿qué ganamos con el estallido? Nada”, aseveró, “¿por qué ellos no nos dejan trabajar si a ellos no les subieron los $10? No sé por qué hacen esto”, cuestionó a los escolares.

Por su parte, el presidente del Sindicato Interempresa de Trabajadores de Metro, Luis Cortes, confirmó que desde 2019 que no ocurrían estas situaciones. Lo que le parece “preocupante, porque así empezó el estallido anterior, con las evasiones de los estudiantes”.

Cortes aseguró que existe preocupación entre los funcionarios. “Todo esto tiene un costo. A lo mejor están en su derecho de manifestarse, pero el destruir, el dañar y golpear a trabajadores, el amenazar… Hay preocupación por parte de los trabajadores de que vivamos lo que vivimos hace unos años”, explicó.

En cuanto a los usuarios, también se ven afectados con los desmanes, ya que se registran mayores demoras en los viajes y cierres de estaciones.

La usuaria, Natalia Valdebenito, contó al medio antes mencionado, que para el estallido social vivía en Maipú y su trayecto de viaje aumentó de dos a más de tres horas.

“Todos los días era una incertidumbre saber si el metro iba a estar abierto cuando llegaría abajo; a veces llegaba y estaba cerrado. Tenía que buscar otras vías y tomar miles de micros para llegar a un metro, o una micro que me llevara directo a Maipú, pero también conllevaba que entre medio había barricadas y era un peligro constante”, relató.

Y profundizó en que “ahora me veo afectada de nuevo y esto es malo para miles de personas, pero, por otra parte, es una crítica a todos los gobiernos. No sé si será la forma correcta (de manifestarse), pero creo que hay algo que está fallando“.

Otra usuaria del Metro de Santiago, Daniela, afirmó no estar de acuerdo con las manifestaciones. “Cuando veo convocatorias de estudiantes de liceos que toman esas acciones, ya no estoy de acuerdo, porque al final solo genera daño a las mismas cosas por las que tanto se lucha para que sean mejores”, aseveró.

Asimismo, Nicolás Silva, quien usa la red subterránea a diario, opinó que “siento que lo hacen simplemente por ocio y llamar la atención. Lo que se luchaba antes tenía su propósito, pero ahora no se ve el propósito claro, se ve confuso y difícil de entender (…). En las estaciones hubo daños en los torniquetes, cosa que es parte de todos“.