"Yo soy el jefe de todo esto, te voy a quemar tu casa y te voy a matar", le dijo ebrio el comunero Víctor Llanquileo Pilquiman al jefe de Operaciones del CET de Cañete estel 18 de septiembre, tras ser fiscalizado. Al interior del recinto encontraron cajas de vino, un bidón con pipeño, cervezas y granadina. Llanquileo no fue el único en ese estado al interior del CET.
Personal de Gendarmería denunció amenazas de muerte por parte del comunero Víctor Llanquileo Pilquiman al interior del Centro de Educación y Trabajo (CET) de Cañete, quien se encontraba ebrio al interior del recinto la tarde del 18 de septiembre.
Así quedó registrado en un documento de la institución, donde detallan los hechos que ocurrieron ese día.
A eso de las 19:00 horas, Óscar Pilquiman Pilquiman, condenado por robo con violencia e intimidación, fue visto deambulando por el recinto en evidente estado de ebriedad. A los minutos más tarde se trasladó hasta el área agrícola del CET e ingresó al espacio habilitado para recibir visitas.
La denuncia de Gendarmería detalla que en ese lugar encontraron una caja de dos litros de vino blanco, dos botellas de granadina, un bidón de cinco litros de pipeño, además de dos latas y otras dos botellas de cerveza.
Su mal estado no le permitió a Pilquiman movilizarse, por lo que solicitó quedarse unos minutos más en el lugar, acompañado de un gendarme.
El comunero ebrio le dijo “te voy a quemar tu casa y te voy a matar”
Este no fue el único hecho que involucró a un interno condenado que estaba en estado de ebriedad esa tarde.
A las 19:45 horas, el jefe Operativo, sargento 1° Wilson Moya, concurrió hasta el lugar donde estaba Víctor Llanquileo, condenado por porte ilegal de arma de fuego, robo con violencia y tenencia de municiones, para decirle que la visita que tenía en ese momento se tenía que retirar, ya que no estaba en el horario correspondiente.
El comunero condenado no solo se negó, sino que ebrio le respondió “yo soy el jefe de todo esto, te voy a quemar tu casa y te voy a matar”.
La denuncia consigna que tenía dificultades para hablar y desplazarse.
Cuando su visita se retiró, Llanquileo se dirigió hasta el Cuerpo de Guardia, donde nuevamente amenazó al sargento Moya.
Todo lo anterior quedó plasmada en la denuncia correspondiente por parte de Gendarmería, e informado al fiscal de turno, sin embargo, se debe aclarar cómo se ingreso todo el alcohol que dejó a los comuneros ebrios en el recinto.
