Existen lugares donde el tiempo parece detenerse para evocar lo mejor de nuestros recuerdos. Uno de estos lugares es el café Gioco, que este jueves celebra no sólo 3 años desde la remodelación que lo hizo recobrar su vigencia, sino también 39 años desde su apertura.

Ubicado en la galería Tomás Olivieri entre O’Higgins y Aníbal Pinto, frente a la Plaza Independencia, se trata de uno de los puntos más icónicos del gran Concepción. Creado originalmente como una sala de juegos electrónicos, en 2016 cerró temporalmente sus puertas para regresar centrado en el rubro del café y la repostería, pero sin perder su identidad centrada en la época de los 80.

De hecho, en su entrada seguimos encontrando su tradicional helicóptero y tren mecánicos sobre los que han montado varias generaciones de penquistas, así como máquinas clásicas de pinball y recreativas con éxitos que van desde Pac-Man a Street Fighter.

“Una de sus mayores cualidades es ser un café distinto, que nada tiene que envidiar a un café de Buenos Aires o Nueva York, con su estética vintage que lo hace muy vanguardista”, relata su administradora, Érika Vásquez.

Christian Leal | BBCL
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Esto porque una de las principales preocupaciones al resideñar el café Gioco fueron sus espacios, los cuales mezclan modernidad con la estética new wave de los 80, representada en su iconografía y vínculo con los videojuegos. Es precisamente esta diversidad la que también lo convierte en un punto de reunión para todo tipo de público, desde padres con sus hijos pequeños, hasta profesionales que van a trabajar en sus mesas de reuniones, pasando por viejos amigos y familias completas.

“Hemos recibido a personas que venían a jugar y que hoy incluso traen a sus nietos. Las personas nos comparten sus historias de cuando venían con sus padres o con sus amigos, y por eso nos pone muy orgullosos que nos sigan prefiriendo”, cuenta Érika.

Si aún no conoces el café Gioco, puedes hacerlo de lunes a viernes de 8 a 20:30 horas, y los sábados de 10 a 14:30 horas. ¿Y quieres una sugerencia de consumo? Le preguntamos a Érika qué es lo más recomendable del menú.

“Todo es rico y de primera calidad, pero si buscas algo dulce, la torta amor. Y si buscas algo salado, el sandwich de jamón serrano. Todo siempre acompañado por un buen café”, nos dice.

Damos fe de que realmente dan ganas de volver, y durante muchos años más.

Christian Leal | BBCL
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