Hay pesar en la ciudad de Punta Arenas por la muerte de apreciado cuidador de la Escuela Bernardo O’Higgins, Carlos Ojeda Bahamonde. El fallecido llegó en 1983 junto a su mujer a trabajar al establecimiento de calle Chiloé, cumpliendo una función importante en el recinto, por lo que siempre recibió mucho afecto de toda la comunidad educativa.

Pesar hay entre algunos habitantes de la ciudad de Punta Arenas, en la región de Magallanes, tras conocerse la mañana de este lunes, el fallecimiento de un adulto mayor que vivía en el terreno de un colegio y prestaba ayuda como vigilante de la sede.

Carlos Ojeda Bahamonde desde 1983 vivía en una casa al interior del terreno donde se encuentra la Escuela Bernardo O’Higgins, luego de que su mujer fuera contratada como cuidadora del establecimiento.

Ella falleció ella hace algunos años, y él se mantuvo en el lugar debido a una determinación del alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, cumpliendo una función indirecta de cuidador.

Falleció por causas naturales

El pasado lunes, una familiar lo encontró sin vida en la vivienda, hecho que fue informado al SAMU, los que acudieron para constatar el fallecimiento, entregando luego el procedimiento a Carabineros.

Al respecto, el director del establecimiento de educación básica, Julián Mancilla, lamentó lo ocurrido y señaló que el hecho se trataría de un fallecimiento por causa natural.

“Carlitos Ojeda Bahamonde es un antiguo amigo nuestro, era esposo de la señora Gloria, que falleció hace dos años. Ella era quien cuidaba el colegio y él se quedó aquí por un tema humanitario del señor alcalde, que lo dejó pernoctar aquí”, señaló el director de la escuela.

“Lamentamos mucho esta situación, a Carlos lo conocemos toda la vida. Murió tranquilo, se notaba tranquilo, y debe haber sido, según el diagnóstico médico, una muerte natural”, agregó.

Respecto de su tratamiento médico, indicó que él se sometía a diálisis, además de que durante las noches, cuando se presentaba alguna situación, daba cuenta de lo que ocurría para tomar las medidas respectivas.

“Él tenía en claro que iba a diálisis los lunes, miércoles y viernes. Él vivía del año 83 en el establecimiento, y su mujer se jubiló como el 2012 o 2014, y ellos se quedaron en la casa, y nos daban una manito por la noche; si había alguna anormalidad nos avisaban, si quebraban un vidrio o algo así”, manifestó.

Para finalizar dijo que junto a su mujer “eran muy buenas personas, están fallecidos ambos. En su trabajo siempre estaban alertas y con una sonrisa para todos nosotros”.

Luego del procedimiento policial se descartó la intervención de terceros en el fallecimiento, siendo retirado el cuerpo por el Servicio Médico Legal (SML), tras las pericias realizadas por Labocar de Carabineros.