Una salva de cohetes, que alcanzó el lunes una base aérea en el Kurdistán iraquí, mató a un empleado extranjero e hirió a otros cinco civiles más un soldado estadounidense, anunció la coalición liderada por Estados Unidos.

Al menos tres cohetes fueron lanzados contra Erbil, la capital de la región autónoma del norte de Irak, uno de los cuales impactó en un complejo militar donde se encuentran tropas estadounidenses, según la misma fuente.

Es la primera vez en casi dos meses que se produce un ataque contra instalaciones militares o diplomáticas occidentales en Irak.

El ataque fue reivindicado por un grupo poco conocido que se hace llamar Awliyaa al Dam o “los Guardianes de la Sangre”.

Estados Unidos pidió una investigación sobre el ataque y que los autores rindan cuentas.

“Estamos indignados por el ataque”, afirmó el secretario de Estado, Antony Blinken.

“Contacté con el primer ministro del gobierno regional de Kurdistán, Masrur Barzani, para discutir el incidente y prometer nuestro apoyo a todos los esfuerzos para investigar y que los responsables rindan cuentas”, añadió.

En torno a las 15:30 horas del lunes en Chile, un reportero de la AFP escuchó varias explosiones fuertes en las afueras del noroeste de Erbil.

Fuentes iraquíes y occidentales dijeron a la AFP que al menos tres cohetes fueron disparados en dirección al aeropuerto.

Los otros dos cohetes cayeron en zonas residenciales en la periferia de la ciudad.

Delovan Jalal, responsable del departamento de Salud de Erbil, indicó a la AFP que al menos cinco civiles resultaron heridos, uno de los cuales estaba en estado crítico.

El portavoz de la coalición internacional antiyihadista, el coronel Wayne Marotto, confirmó a la AFP que el civil muerto no era iraquí, pero no reveló su nacionalidad.

El Ministerio del Interior del Kurdistán confirmó en un comunicado que “varios cohetes” habían caído en la ciudad, y precisó que los servicios encargados de la seguridad habían abierto “una investigación minuciosa” además de pedir a los civiles quedarse en casa hasta nueva orden.

Fuerzas de seguridad fueron desplegadas alrededor del aeropuerto tras el ataque, y helicópteros sobrevolaron la periferia de la ciudad, según un corresponsal de la AFP.

Medios de propaganda proiraníes fueron los primeros en informar sobre el ataque.

El presidente iraquí, Barham Saleh, declaró en Twitter que el ataque es “un acto terrorista criminal” y constituye “una espiral peligrosa” para la seguridad en la región. Masrur Barzani también condenó el ataque.

Dos fuentes de inteligencia precisaron a la AFP que los cohetes se lanzaron desde el interior de la región autónoma. Y un oficial estadounidense afirmó que se trataba de proyectiles de 107 milímetros disparados a una distancia de ocho kilómetros al oeste de Erbil.

Decenas de ataques

Desde el otoño de 2019, instalaciones militares y diplomáticas occidentales han sido blanco de decenas de cohetes y de ataques con bombas, pero generalmente en Bagdad.

Aun así hubo disparos de misiles iraníes contra el aeropuerto de Erbil en enero de 2020, días después del asesinato del general iraní Qasem Soleimani en un ataque de dron estadounidense en Bagdad.

También se produjeron disparos de cohetes contra la embajada estadounidense en la capital iraquí. Tanto funcionarios estadounidenses como iraquíes han culpado a milicias proiraníes, como el grupo Kataeb Hezbolá o Asaib Ahl al Haq.

Esos grupos se oponen a la coalición liderada por Estados Unidos, que tiene su base en Irak desde 2014 para ayudar a las fuerzas locales a luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Con el EI en gran parte derrotado, la coalición se ha reducido a 3.500 efectivos, de los cuales 2.500 son estadounidenses.

Casi todas estas unidades extranjeras se hallan en el complejo militar del aeropuerto de Erbil, informó a la AFP una fuente de la coalición.

Pese a la retirada gradual de las tropas extranjeras, los ataques con cohetes continuaron. En octubre Washington amenazó con cerrar su embajada si no paraban.

Después varias facciones iraquíes pro-Irán aceptaron una tregua negociada que se violó varias veces, como a finales de diciembre con el disparo de cohetes contra la embajada estadounidense o este lunes en Erbil.

Los disparos del lunes se produjeron en medio de tensiones en el norte de Irak, donde la vecina Turquía combate al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que considera “terrorista”.

Turquía suele llevar a cabo ataques en las zonas montañosas del norte de Irak contra las bases de retaguardia del PKK, que desde 1984 libra una guerrilla en territorio turco que se ha saldado con más de 40.000 muertos.