Investigadores de la ONU pidieron el lunes que la justicia internacional abra una causa contra el jefe de las Fuerzas Armadas de Birmania y otros cinco jerarcas militares por “genocidio”, “crímenes de lesa humanidad” y “crímenes de guerra” por la represión de la minoría rohinyá.

“Los principales generales de Birmania, incluido el comandante en jefe Min Aung Hlaing, deben ser investigados y encausados por genocidio en el norte del estado de Rakáin”, afirmó un informe de la misión de la ONU en Birmania.

También deben ser investigados por crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra en los estados de Rakáin, Kachin y Shan”, sostuvo el informe de la misión.

Más de 700.000 rohinyás tuvieron que huir de Birmania entre agosto y diciembre de 2017 tras una ofensiva del ejército birmano hecha en represalia a los ataques de rebeldes rohinyás contra puestos fronterizos. Estos se refugiaron en Bangladés donde residen en inmensos campamentos de refugiados.

Según la misión de la ONU, es “prudente” la estimación hecha por Médicos Sin Fronteras (MSF) de que hubo unos 10.000 muertos durante la persecución de los rohinyás.

Controvertido papel de Facebook

La misión de la ONU hizo una primera lista con 6 altos cargos militares, entre los cuales figuraba el jefe del ejército, sospechosos de haber cometido “crímenes de lesa humanidad”. Pero también elaboró una segunda lista más extensa, que incluye otros dirigentes supuestamente implicados en la persecución contra los rohinyás.

Facebook cerró este lunes la página del jefe de las Fuerzas Armadas de Birmania por “violación de derechos humanos”.
Según anunció la red social, un total de 20 páginas birmanas fueron eliminadas.

La misión de la ONU había subrayado el controvertido papel de Facebook como “instrumento útil para aquellos que intentan expandir el odio”.

“A pesar de que haya mejorado durante los últimos meses, la respuesta de Facebook fue lenta e ineficaz”, critica el informe.

Según los investigadores de la ONU, la dirigente birmana Aung San Suu Kyi “no utilizó su posición como jefa de gobierno ni su autoridad moral para hacer frente o impedir los hechos ocurridos en el Estado de Rahkin”.

“Por sus actos y omisiones, las autoridades contribuyeron en la ejecución de estos crímenes atroces”, consideraron los investigadores de la ONU.

No obstante, las autoridades civiles de Birmania, según la misión de la ONU, tuvieron “poco margen de maniobra” para controlar las acciones del ejército birmano y “nada indica que participaran directamente en la planificación y la aplicación de las operaciones de seguridad y que formaran parte de la estructura de mando”.

“Tácticas desproporcionadas”

La misión de la ONU, que no recibió la autorización para desplazarse a Birmania, entrevistó a 857 víctimas y también utilizó imágenes de satélite para su investigación.

Según este informe, “los crímenes cometidos en el Estado de Rahkin y la manera en la que fueron perpetrados son de una naturaleza y una gravedad similares a aquellos que permitieron establecer una intención genocida en otros contextos”.

El informe describe una larga lista de crímenes contra la humanidad que habrían sido cometidos contra los rohinyás en los Estados de Kachin, Shan y Rahkin. Por ejemplo, torturas, violaciones, casos de esclavitud sexual o persecuciones. Los expertos también hablan de “exterminio y deportación” como dos crímenes contra la humanidad cometidos en Rahkin.

Las “tácticas” del ejército birmano fueron “sistemáticamente y excesivamente desproporcionadas respecto a la amenaza real a la seguridad,
especialmente en el Estado de Rahkin, pero también en el norte de Birmania”, según el informe.

Los investigadores aconsejaron al Consejo de Seguridad de la ONU que lo denuncie a la Corte Penal Internacional o que establezca un tribunal internacional para juzgar estos crímenes.

El Consejo de Seguridad de la ONU pidió en varias ocasiones a Birmania que detenga las operaciones militares y garantice un retorno seguro a los rohinyás, pero estas iniciativas se confrontaron con la negativa de China, principal aliado de las autoridades birmanas.