Varios enfrentamientos sacudieron este lunes las inmediaciones del Parlamento tunecino, un día después de que el presidente Kais Saied suspendiera la actividad parlamentaria y destituyera al primer ministro, sumiendo a la joven democracia en una crisis política.

El domingo por la noche, tras una jornada de manifestaciones en numerosas ciudades del país, el presidente Saied anunció que “suspendía” la actividad del Parlamento durante 30 días. Además, destituyó al jefe del gobierno, Hichem Mechichi, en un contexto de fuerte descontento popular por la gestión de la crisis social y sanitaria por parte del Ejecutivo.

Tras dicha decisión, también decretó el cese de los ministros interinos de Defensa y Justicia, Ibrahim Bartaji y Hasna Ben Slimane respectivamente.

Este lunes, frente al Parlamento -en la ciudad de Túnez-, varios centenares de seguidores del presidente Saied impidieron que los simpatizantes del principal partido parlamentario, Ennahdha, se acercaran a su jefe, Rached Ghannouchi, que también es presidente del Parlamento, observaron periodistas de la Agence France-Presse.

Ghannouchi, que llevaba horas estacionado en un vehículo frente a la puerta cerrada del Parlamento, no logró entrar en el edificio porque los militares desplegados para custodiar la cámara se lo impidieron.

El partido Ennahdha, de orientación islamista, criticó duramente la medida de Saied, que denunció como “un golpe de Estado contra la revolución”, según un comunicado publicado en Facebook.

La víspera, Saied anunció que se hará cargo del poder ejecutivo “con la ayuda del gobierno”, tras una reunión de emergencia con responsables de las fuerzas de seguridad, en el palacio presidencial de Cartago.

Pulso

Rached Ghannouchi y el presidente Saied se hallan inmersos en un pulso político desde hace seis meses, que ha paralizado el gobierno y perturbado a los poderes públicos, en medio de la ola de contagios de covid-19 que sacude Túnez desde principios de julio.

Con casi 18.000 muertos por coronavirus, el país, de 12 millones de habitantes, presenta una de las peores tasas de mortalidad del mundo.

Hacia las 03:00 de la madrugada (22:00 en Chile), Ghannouchi acudió al Parlamento junto con varios diputados de Ennahdha y la vicepresidenta de la Asamblea, Samira Chaouachi, del partido aliado Qalb Tounes.

“¡Queremos entrar en el Parlamento! […] Somos los protectores de la Constitución”, dijo Chaouachi a los soldados desplegados detrás de la puerta del Parlamento, cerrada, según un video publicado por medios locales y que fue difundido en redes sociales.

“Nosotros somos los protectores de la nación”, respondió uno de los militares, que agregó que se limitaba a cumplir “órdenes”.

“El pueblo tunecino nunca aceptará un poder autoritario, intenten ustedes lo que intenten, así que no continúen con este juego”, reaccionó Ghannouchi.

Tensión popular

Además de Ennahdha, las formaciones de su coalición, Qalb Tounes y el movimiento islamista nacionalista Karama, también condenaron las decisiones de Saied.

En la oposición, la Corriente Democrática, un partido socialdemócrata que ha apoyado a Saied en varias ocasiones, también rechazó la medida, aunque la achacó a “la tensión popular y a la crisis social, económica y sanitaria y a falta de horizontes de la coalición en el poder dirigida por Ennahdha”.

Sin embargo, Saied defendió que tomó la decisión para “salvar Túnez, al Estado y al pueblo tunecino”.

Después del discurso de Saied, tunecinos, enojados por las luchas de poder y la cuestionada gestión de la crisis social y sanitaria por parte del gobierno, salieron a la calle a pesar de un toque de queda, lanzando fuegos artificiales y haciendo sonar las bocinas de sus autos en la capital Túnez y otras ciudades.