El pasado 12 de noviembre Netflix estrenó Tick, tick...BOOM! un drama musical dirigido por Lin Manuel Miranda y que cuenta la historia de Jonathan Larson, un joven compositor preocupado por haber tomado la elección de carrera equivocada, mientras lucha por cumplir su sueño de triunfar en la industria... sin embargo, en la vida real, Larson jamás logró ver su nombre en los grandes carteles de Broadway.

Es 1996 y está pronto a estrenarse uno de los musicales más importantes de la época, con una de sus canciones tan icónicas que se cantaría en fiestas de graduación y especiales de televisión. El gran día es el 25 de enero y cuando en East Village los aplausos hacían eco en las inmediaciones, el director del espectáculo no estaba para recibir los aplausos de los presentes.

Jonathan Larson murió a los 35 años la mañana de aquel día de enero y jamás vería el legado que construyó entre workshops y las paredes de su hogar.

El genio musical

Si bien Jonathan Larson se hizo mundialmente conocido con Rent, su trabajo comenzó en su juventud con Sacrimmoralinority, musical que co escribió con David Glenn Armstrong mientras eran estudiantes de Adelphi University. Sin embargo, su segundo trabajo más importante es Tick, tick… BOOM!, un monólogo rock autobiográfico que completó en 1991, y gracias a este, nació la película del mismo título dirigida por Lin Manuel Miranda (LMM) y que actualmente se ha ganado el reconocimiento de la crítica y llevó a que muchos se preguntaran ¿Quién fue Larson?

“El corazón se puede congelar o quemar. El dolor se aliviará si puedo aprender. No hay futuro, no hay pasado. Vivo el momento como si fuera mi último”, y bueno… Jonathan Larson ciertamente vivió así su vida.

Sin embargo, no logró ver ningún éxito pero en la actualidad es uno de los autores de teatro más importantes y que cambió la vida de aquellos que entraron en contacto con su arte, como la de Miranda, quien años más tarde llevaría la historia de Larson a la pantalla. “Pasé de ser alguien a quien le gustan los musicales, y si ahorra suficiente dinero compra boletos para tikets en descuento en su cumpleaños, a pensar, Oh, la verdad puede ser revelada en un musical. Tienes permitido escribir musicales“, señaló el director en junio, agregando que fue gracias a esto que años más tarde también en la universidad crearía In The Heigths y luego Hamilton, sus dos grandes obras más conocidas que le han otorgado premios desde los conocidos Tony hasta un Pulitzer.

La verdad es que si uno comienza a ver en paralelo la vida de Lin Manuel Miranda y Jonathan Larson, las similitudes saltan en el papel. Ambos buscaron contar en sus obras una realidad que no es muy gloriosa. Larson con la marginalidad y el VIH, Miranda con su representación del migrantes latinos en Nueva York. Y ambos triunfaron en esto abriendo una discusión que no todos estaban preparados para entablar.

Y para eso, ambos debieron escribir como si el tiempo se les fuera de las manos. “No hay tiempo suficiente. Fui al funeral de tres amigos el año pasado y nadie hace lo suficiente. Yo no hago lo suficiente”, son las palabras de Larson (interpretado por Andrew Garfield) en Tick, tick… BOOM!, mientras lo vemos luchar por sacar adelante su sueño. En sus últimos días, el escritor aún trabajaba como camarero en Soho para poder llegar a fin de mes.

Larson creció en escuchando a The Beatles, Elton John y The Doors, cuyas influencias musicales años más tardes se verían reflejadas en sus melodías. Participó en obras teatrales en su escuela pero en su juventud, Stephen Sondheim, reconocido compositor ganador del Oscar, lo animó a dejar la actuación y dedicarse a las letras.

Así, se mudó a Greenwich Village en Nueva York. En una entrevista que dio a American Theatre, Larson demostró su deseo de contar una historia que importara, indicando que “me sorprende que en los musicales, incluso en las obras de teatro que se estrenan hoy en día, no se vea la motivación que hay detrás de ellas, más allá de alguien con una idea brillante que quiere hacerse rico”.

Su primera obra, una adaptación de 1984, fracasó y sólo se presentó en un teatro pequeño. Esta sería la motivación para escribir su siguiente monólogo musical. Inicialmente Tick, tick… BOOM! se llamaba 30/90, por el miedo de alcanzar los 30 sin haber triunfado y si bien nuevamente no tuvo gran éxito, sí llamó la atención de Jeffrey Seller, quien produciría Rent y mucho tiempo después, también sería el productor de In The Heights y Hamilton, los grandes éxitos de Lin Manuel Miranda.

Miranda no sólo fue un gran fan del trabajo de Larson, sino que el también actor participó en la producción de Tick, tick… BOOM! de 2014, muy distinta a la original. En esta se incluían más actores y estaba basada en el trabajo de David Auburn que creó a finales de los 90 tras la muerte de Larson. Esta versión de la obra sería la que se usaría para su material cinematográfico que actualmente está en Netflix.

Según indcó LMM a The New Yorker, esta adaptación “lleva nadando en mi subconsciente desde que decidí que me quería dedicar a esto”, porque de acuerdo al artista, cuando vio la presentación “se sintió como un mensaje en una botella solo para mí”.

Netlfix

Rent y la fama que no conoció

El musical Rent, una adaptación de La bohème de Puccini nació inicialmente de la mente de Billy Aronson a quien le recomendaron trabajar con Jonathan Larson. Sin embargo, éste termino apropiándosela (con el permiso de Aronson) al ver en la obra el medio para poder contar sus experiencias en el bajo Manhattan.

La obra cuenta la historia de los inadaptados. Aquellos que no pueden pagar la renta, que tienen que vivir en departamentos pequeños, con mala calefacción y tratando de mantener sus sueños a flote mientras deben lidiar con la homofobia, drogadicción y la epidemia del SIDA. El mismo Larson tuvo tres amigos que murieron a causa del virus.

La obra se presentó en el mismo barrio en el que estaba inspirado con un elenco joven y la mañana de aquel 25 de enero del ’96, mientras Larson se preparaba un té, cayó desplomado y jamás despertó. Los médicos le habían dicho previamente que los síntomas que tenían eran producto del estrés o un resfrío, pero la muerte fue por una aneurisma de aorta causado por un síndrome de Marfan no diagnosticado.

La presentación estuvo a punto de suspenderse, pero los padres del escritor dieron su bendición para que esta siguiera adelante. El éxito de la obra fue tal que vendió entradas todas las noches y posteriormente fue llevada a Broadway en abril de ese mismo año donde se mantuvo hasta el 2008. También fue llevada al cine con parte del elenco original como protagónico y Seasons of Love ha aparecido incluso en un capitulo de The Office.

Jonathan Larson

Parte de su triunfo, de acuerdo a Miranda, se debe -además de la música y producción- a que cuenta historias donde las personas se pueden identificar. “Fue el primer musical realmente contemporáneo que vi. Recuerdo pensar: ‘¿Esto está pasando ahora? ¿En Nueva York?’ Todo era muy personal y no sabía que los musicales podían ser así”, declaró para New Yorker.

Si bien existió una demanda de Lynn Thomson, quien acusó plagio por parte de Larson, durante el juicio, según un socio de la firma que representa a los bienes de Larson, Thomson no pudo recordar la letra de las canciones que supuestamente escribió, ni las estructuras del libreto que afirmó haber creado, según recogió Playbill.

25 años después, el legado de Jonathan Larson persiste y se mantiene presente en la mente de todos los que participaron en ella. “Era como si Jonathan hubiera escrito su propio servicio conmemorativo o funeral y lo estuviéramos realizando para nosotros y sus seres queridos”, recuerda Anthony Rapp (actor original de la obra) para NPR. “Fue un momento asombroso que, ya sabes, sí, fue hace 25 años. Nunca lo olvidaré, mientras viva”.