Tras su boda con el príncipe Harry, Meghan Markle ya es parte de la familia real británica, por lo que los compromisos a los que debe asistir no son pocos. Sin ir más lejos, la semana pasada debió hacerse presente en la celebración del cumpleaños de la reina Isabel y luego acompañarla en una visita oficial.

Este domingo, en tanto, asistió junto a su esposo a la boda de la sobrina de la princesa Diana, Celia McCorquodale, donde por supuesto opacó a todos los demás invitados, e incluso a la misma novia.

La duquesa de Sussex llegó con amplio y vaporoso vestido con flores azules de Oscar de la Renta, acompañada de un sombrero blanco y su típico peinado “desordenado”.

Tal como ocurre con Kate Middleton, el diseño que tiene un valor de más de tres millones de pesos, se encuentra fuera de stock, tras la amplia demanda que recibió luego que aparecieran las primeras fotos de Markle con este.

Por supuesto, los expertos de moda tuvieron una opinión al respecto, y varios sitios especializados en el tema, como Vogue, afirmaron que el traje no era el adecuado para ella y que incluso parecía que era una talla demasiado grande.

Sin embargo, muchos también notaron el guiño que tenía el diseño a uno utilizado por la princesa Diana de Gales en 1986, durante una visita oficial a Arabia Saudita.

Pero no sólo llamó la atención por su vestido, ya que al llegar a la ceremonia, sufrió un pequeño traspié al bajar por la colina. Mientras caminaba de la mano de Harry, la duquesa trastabilló y debió sostenerse de su marido.

Durante la ceremonia, Meghan se encontró también con parte de la familia materna de Harry, los Spencer. Entre otros, saludó a los primos de su esposo Louis y Lady Kitty Spencer quienes se robaron la atención en la boda real.

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