Ciertas lagunas en la legislación fiscal en Países Bajos han permitido que intereses, regalías y dividendos se transfieran a otros países. Hace dos años el territorio neerlandés era hogar de 12.400 de estas empresas.

Países Bajos aún atrae a quienes buscan eludir impuestos u ocultar dinero con las llamadas “empresas buzón”, pero eso daña la reputación neerlandesa, rinde poco a su economía y perjudica a los países que pierden ingresos fiscales, concluye una comisión designada por el gobierno neerlandés para investigar el efecto de estas prácticas.

Las lagunas en la legislación fiscal en Países Bajos han permitido que intereses, regalías y dividendos se transfieran a otros países, lo que hace que las multinacionales puedan pagar la menor cantidad de impuestos posibles sobre las ganancias obtenidas en otra jurisdicción, según el informe publicado esta semana.

El esquema que les permite llegar a ese balance positivo son las “empresas buzón”, cuyo número “sigue siendo elevado”, cuando tienen poca o ninguna actividad económica real en el país y proporcionan pocos beneficios para Países Bajos, según la comisión que lideró un alto funcionario neerlandés, Bernard ter Haar.

En 2019, el territorio neerlandés era hogar de 12.400 de estas empresas, con un balance total de 4.500.000 millones de euros -5,5 veces el tamaño del PIB neerlandés- pero solo han creado entre 3.000 y 4.000 puestos de trabajo y representan menos del 1% de los ingresos fiscales del país.

“Lógicamente, el impuesto no se aplica sobre el total de este balance, sino sólo sobre los pagos recibidos y efectuados. Una media de 170.000 millones de euros fluyeron a través de empresas buzón entre 2015 y 2019 (…). En 2019, Hacienda recibió una estimación de 650 millones de euros de compañías buzón, o el 0,2% de los ingresos fiscales totales”, añade.

Esto es “desproporcionado” con respecto a la pérdida de ingresos fiscales que sufren otros países a través de Países Bajos, lo que se estima en alrededor de 22.000 millones de euros, y hace daño a la reputación del país ante el mundo, mientras que las compañías y sus asesores fiscales son los principales beneficiarios de esta práctica.

El gobierno neerlandés en funciones ha intentado cambiar esta práctica en los últimos años, con la introducción de una serie de medidas para hacer menos atractivas las empresas buzón, pero todavía no se está viendo el efecto. “La verdad es que no vemos en las cifras que Países Bajos se haya convertido en un país normal” en este sentido, sentenció Ter Gaar.

Las propuestas para revertir el escenario

El comité pide al gobierno que “aumente la transparencia” sobre las empresas pantalla, que “fortalezca la supervisión del sector y permita que dichas entidades informen más sobre sus actividades”, porque eso hará que el país sea “menos atractivo” para estas compañías y tenga una “posición normal” hacia esta práctica de elusión fiscal.

También propone un registro con los nombres de los beneficiarios finales para dejar en evidencia a “quién se esconde detrás de estas empresas”.

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Además de las medidas nacionales, esta comisión cree que el gobierno neerlandés debería buscar acuerdos firmes en un contexto internacional porque “entonces también sabes con certeza que de verdad disminuirá (la elusión fiscal) y no solo cambiarás el flujo a otro país”.

“Nos gustaría que los países eliminen de forma conjunta los beneficios fiscales para las entidades vacías, como la exención de participación, y compartan activamente datos sobre las empresas buzón”, añade el comité.

El secretario de Estado para Hacienda, Hans Vijlbrief, prometió, como reacción, que el gobierno neerlandés seguirá desempeñando un papel proactivo en la mejora del régimen fiscal internacional, pero lamentó que dependerá del próximo gobierno -aún en proceso de formación- decidir si pone en práctica o no las recomendaciones de esta comisión.

Según un estudio de la Oficina de Análisis de Política Económica (CPB) en 2019 muchas compañías han canalizado sus regalías a Bermudas a través de este país, con el gigante tecnológico Google como uno de los más importante, con desvíos de beneficios europeos a Irlanda y después a las Bermudas a través de Países Bajos, una construcción que ya no utiliza.

La elusión fiscal no es ilegal, puesto que se basa en el uso de vías legales para reducir al máximo el pago de impuestos, pero no se evaden ocultando ingresos. Sin embargo, en los últimos años han aumentado las críticas sobre las multinacionales que utilizan paraísos fiscales para evitar pagar grandes cantidades de dinero a las autoridades estatales.

Diferentes países están actuando para frenar estas prácticas. Irlanda concluyó en 2015 que su estructura era una forma de eludir la retención fiscal islandesa y decidió cambiarla, mientras, Estados Unidos introdujo normas fiscales nuevas para acceder al dinero que sus multinacionales tienen en paraísos fiscales.