El Banco Central explicó de manera enfática por qué un eventual cuarto retiro no se compararía con los tres anteriores. ¿Algunas secuelas?: daños permanentes en el mercado de capitales que pueden afectar al Gobierno, las empresas y los propios hogares.

El presidente del Banco Central (BC), Mario Marcel, realizó una presentación ante la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado sobre el proyecto de ley que modifica la Carta Fundamental para autorizar un nuevo retiro de ahorros previsionales (el cuarto).

La exposición abordó los posibles efectos económicos y financieros del proyecto en discusión, sin mayores referencias a las administradoras de fondos (AFP). Eso, en atención a que sus implicancias son independientes de quien administra los fondos e incluso del propio régimen de pensiones, explicó el BC en un reporte de prensa.

Marcel destacó que el instituto emisor ha dispuesto medidas en línea con su mandato, en el ejercicio de sus facultades legales, “todo con el objetivo de generar condiciones para que, una vez aprobados, éstos se materialicen con el menor impacto posible para la economía y para los propios afiliados, una capacidad que también ha variado con el tiempo”.

Efectos de un eventual cuarto retiro

Durante el desarrollo de la sesión, Marcel presentó un análisis comparado de los proyectos de retiro de ahorros previsionales y de rentas vitalicias.

En este escenario, destacó que los primeros acumulan cerca de US$50.000 millones, con porcentajes decrecientes de afiliados que han hecho uso de este beneficio: 91% en el primero, 81% en el segundo y 67% en el tercero, llegando a 4 millones de cotizantes y pensionados sin saldo en sus cuentas.

“Si bien parte de ellos han vuelto a cotizar, 2 millones no cuentan con recursos en sus cuentas de capitalización individual”, sostuvo el presidente del BC.

Asimismo, destacó que el costo tributario acumulado por los tres primeros retiros llegaría a US$4.700 millones y, de agregarse un cuarto, alcanzaría US$6.100 millones, equivalente a cerca de un 7% del PIB.

La autoridad monetaria planteó en esta instancia que el actual proyecto en tramitación no representa una mera repetición de los anteriores, como tampoco lo serán los eventuales efectos económicos que se generen a partir de su implementación, pues involucran mayores exigencias para el sistema previsional y de rentas vitalicias; encuentran un mercado de capitales más debilitado y expuesto; tiene un mayor costo fiscal; y beneficia proporcionalmente más a personas menos afectadas por la crisis.

Además, se aplicaría en un contexto sanitario, económico y social diametralmente opuesto al primer retiro, lo que revela un desbalance creciente entre beneficios y costos.

Más consecuencias

Marcel destacó que los retiros masivos de ahorros han tenido impactos significativos en el mercado local de capitales, reflejados en el alza de las tasas de interés en todos los plazos y tipos de créditos; la pérdida de valor del peso frente a otras monedas; y la volatilidad y preferencia por moneda extranjera.

En cuanto a las personas, apuntó al incremento del costo del crédito y a la disminución de la rentabilidad de los fondos.

En el mismo contexto, hizo notar que, si bien el primer retiro permitió el pago de deudas y la disminución de la morosidad, posteriormente este efecto se ha ido diluyendo por cuanto quienes enfrentan mayores problemas de endeudamiento tienen pocos fondos que retirar.

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El costo económico de los retiros “ha dejado de ser una hipótesis o advertencia, para tener un efecto concreto, que ya se puede observar en variables como el IPC, las tasas de interés y el tipo de cambio.
- Mario Marcel, presidente del Banco Central

En cuanto a los potenciales efectos de nuevos retiros y cambios estructurales en el mercado financiero, el presidente del Banco Central llamó la atención sobre posibles perjuicios fiscales adicionales y daños permanentes en el mercado de capitales que pueden afectar al Gobierno, las empresas y los propios hogares.

En primer lugar, apuntó a la “menor recaudación fiscal por exenciones tributarias, un aumento abrupto de los costos de financiamiento si se agudizan las salidas de capitales, y la significativa reducción de la actividad económica de mediano plazo”.

En segundo término, a la afectación de la capacidad de pago de los usuarios de crédito ante un aumento de las tasas de interés y de la inflación, así como mayores dificultades para acceder al crédito, especialmente de largo plazo, y a un costo mayor.

En este último caso, ejemplificó con el impacto que tiene un aumento de 2% en la tasa de interés y un alza de la inflación de 2% por sobre la meta del BC, en el costo de un crédito hipotecario por un monto de UF 2.000.

Al año 2024, en un escenario sin estos factores, el dividendo alcanzaría $380.400. Sin embargo, al considerar el alza de la tasa y del IPC, este valor llegaría a $470.767. “En este escenario, los mayores intereses equivalen a cerca de $12 millones, prácticamente un 20% más a pagar por el total de este crédito hipotecario”, puntualizó Marcel en su exposición.

El costo económico de los retiros “ha dejado de ser una hipótesis o advertencia, para tener un efecto concreto, que ya se puede observar en variables como el IPC, las tasas de interés y el tipo de cambio. Estas afectarán la evolución de la economía y el bienestar de la población en los próximos años”, finalizó Mario Marcel.